Para algunas o muchas personas tal vez sea difícil dar la bienvenida al 2021, sobre todo si el miedo toca la puerta con una sepa nueva de coronavirus, crisis sociales, económicas, muerte y devastación. Sin embargo lo nuevo siempre trae oportunidades y el año nuevo siempre es tiempo para recomenzar para hacer algo diferente que cambie la conciencia y las acciones.
En este enero me siento agradecido por el final y el comienzo de un giro de nuestro planeta. Una vuelta de rueda. Me detengo a agradecer por lo que tengo. “Reconozco y honro a los muertos y a los vivos” Y con la fuerza del amor me detengo a mirar hacia adelante, de comenzar planes y proyectos.
Es tiempo de limpiar el hogar de arriba abajo, de tirar lo que no sirve de donar lo que puede servir a otros y a mi ya no me hace falta. Es una oportunidad para depurar y ventilar física y espiritualmente cada rinconcito de la casa.
Me despido de los planes que no funcionaron, de viejas prácticas que no me benefician. Perdono y me perdono. Me abrazo para hacer de este año un año mágico.
Agradezco a mis familiares y amigos, me siento agradecido por la amistad y el apoyo que me ofrecieron.
Sobretodo agradezco a mi Dios.
Le doy la bienvenida a este año nuevo 2021 y le pido que me proteja para que no falte lo necesario, casa, comida, sustento y sobretodo nos bendiga con salud.
Les deseo un bendecido 2021 en compañía de todos sus seres queridos. Agradezco a mis lectores por haberme acompañado en este desafiante año, sentarme a pensar en Ustedes y escribir para quienes me leen es una oportunidad que fortalece mi mente y espíritu y me siento muy agradecido. Imaginar que alguien se conecta en mis letras es una inspiración invaluable. Son un motivo para pensar, mediar y sentarme por horas para organizar qué pudiera escribirles. Gracias porque saber que hay alguien que estará leyéndome me regala aventuras en mi propio desarrollo espiritual.
