Las dificultades de estos últimos años debido a la pandemia por Covid-19 y sus nuevas variantes hacen inevitable valorar la bendición de la salud, los momentos que pasamos con las personas que amamos y muchos hemos tenido que aprender a disfrutar de nosotros mismos en soledad y conectar con nuestra propia paz.
Esta crisis de salud continúa afectando de muchas formas, hemos perdido seres amados, la economía nos ha afectado a la mayoría. Hemos tenido que cambiar nuestras rutinas y formas de trabajo. Sin embargo “soy mi esfuerzo de cada día” El que fui ayer ya murió, renacemos cada día. Este renacer encierra compromiso y renueva la esperanza y más en tiempos difíciles como los que estamos pasando en todo el mundo.
Cada año tenemos la tendencia a iniciar con nobles propósitos, este año que se acerca en especial nos obliga a buscar lo más bello y puro que tengamos en nuestro corazón para hacer nuestros propósitos de año nuevo. Debemos perseverar en esta bonita costumbre. Tiene un significado profundo que es importante recordar. Así, los antiguos, conscientes de que el sol se mueve cada vez más cerca de nosotros trayendo influencias renovadoras y de que la Vida es una, tomaban ventaja del nacimiento del año para reafirmar sus aspiraciones más elevadas. Que nadie imagine que esto de darle importancia al nacimiento del sol es mera fantasía. La tierra pasa a través de sus fases y la humanidad con ella. Y tal como un día puede ser coloreado, así también el año. Estamos en tiempo de formular deseos y de tener una fuerza extra para realizarlos. “Si tus sueños son grandes, es porque tu capacidad de lograrlos también lo es”. Siempre habrá un mañana lleno de esperanza.
Para estas fechas nos mueve la nostalgia de la navidad y las últimas horas del año. Hacemos recuento de nuestros triunfos y fracasos, el tiempo pasa, no perdona y vamos envejeciendo. Se ven pasar bruscamente los tiempos, nos queda sentarnos y dejarnos caer el lo creativo del destino. Cuando nos descubrimos como seres de luz y amor tenemos el derecho de que nuestros sueños se hagan realidad.
Como si este año que se va me estrujará fuerte, pidiéndome honestidad y sinceridad para encarar las situaciones que traerá el año que estamos por iniciar. Ante la impotencia de sentir la omnipotencia del tiempo me queda tomar como fuerza para encarar las situaciones los vínculos de amor tan desinteresado como el que se tiene por los hijos. Ante las ansias de la fugacidad del tiempo, con el cobijo del amor encuentro el remanso necesario para retomar el camino que me lleva a una vida más sana, plena de amor y paz.
Agradezco a todos los que se conectan conmigo a través de la lectura de mis artículos. Este es mi último artículo de este año, esperemos seguir en contacto el próximo año
LES DESEO UN 2022 CON SALUD, AMOR, PAZ Y SUEÑOS HECHOS REALIDAD.
Ing. Adalberto Gutiérrez Chávez | Ing. Agrónomo
