/ martes 15 de junio de 2021

Tiempos y espacios | Las meninas y el mayorazgo

El Rey Felipe IV, a quien se le atribuye (por vox populi ) haber nombrado al otrora Parral, “ La capital del Mundo de La Plata” ( Pero no, no se ha encontrado en ningún archivo histórico regional, nacional, o de Europa, ningún documento que constate tal aseveración. Así es que, seguiremos con esa ilusión como las de “Sucursal del Cielo”, “Futuro Puerto Marítimo”, “Sede del Juicio Final”, etc. etc. y otras fantasías mineras de quienes tratan de ensalzar al terruño. El rey, Casado con Mariana de Austria, de quien ella, sí se conserva referencia en documentos de nuestro Archivo Histórico Municipal de Parral, permisos para fundar Mayorazgos:

“ […] Por cuanto por parte de vos, Valerio Cortés del Rey, se me ha presentado que sois natural de la ciudad de Zaragoza, del Reino de Aragón, hijodalgo y vecino del Real y minas de san José del Parral, en la provincia de la Nueva Vizcaya donde os habéis empleado desde el año de 1632, en la defensa y conservación de aquella tierra, y servido 13 años la plaza de capitán y sargento mayor en ella, sin sueldo alguno habiendo os hallado en diferentes ocasiones de guerras y entradas de indios infieles, con vuestras armas, criados y caballos a vuestra costa, y que desde el año de 1657 habéis poblado en el Río de Conchos, frontera de indios gentiles, 18 sitios que estaban yermos, habiendo puesto en ellos cantidad de ganado y hechos de acequia de agua y labor de semillas a vuestra costa, sirviendo a aquella población de reprimir las hostilidades de las naciones rebeldes, y de haber asegurado Nuestro Reino comercio de las provincias del Nuevo México y la conservación de todas las minas del contorno […] Os doy y concedo facultad para que los dichos vuestros bienes y haciendas, muebles y raíces, rentas, heredamientos, jurisdicciones, casas y otros cualesquier bienes y derechos que al presente tenéis, y en adelante tuvieres y que en cualquier manera os pertenezcan o puedan pertenecer, de la parte que de ellos quisieres, podéis hacer instituir y establecer los dichos dos mayorazgos (…) Dada en Madrid a dos de octubre de mil seiscientos setenta y cuatro años.”

La hija del rey Felipe IV y de la reina en mención, se llamó Margarita María Teresa como «la infanta Margarita», obtuvo popularidad a partir de la pintura Las Meninas (Velázquez, 1656) cuando era apenas una pequeña de 5 años.

Al cumplir los 9 años de edad, la infanta Margarita comenzaría a ser parte de una estrategia política que permitiría la reconciliación de las dos ramas de la dinastía Habsburgo -una de las casas reales más influyentes de Europa entre 1438 y 1740-, por medio de su matrimonio con Leopoldo I, hermano de su madre, Mariana de Austria y, por consiguiente, su tío.

Una niña que creció sin deseos propios

La verdadera tragedia en torno a la vida de Margarita radica en el hecho de que su vida estuvo planificada desde muy temprana edad. Tal y como les ocurría a muchas mujeres en posiciones iguales o similares a las de la infanta, su género sería empleado como pieza política para conciliar estrategias y acuerdos que permitieran concebir la armonía entre poderosas casas regidas por monarcas masculinos.

CONTINUARA……..

El Rey Felipe IV, a quien se le atribuye (por vox populi ) haber nombrado al otrora Parral, “ La capital del Mundo de La Plata” ( Pero no, no se ha encontrado en ningún archivo histórico regional, nacional, o de Europa, ningún documento que constate tal aseveración. Así es que, seguiremos con esa ilusión como las de “Sucursal del Cielo”, “Futuro Puerto Marítimo”, “Sede del Juicio Final”, etc. etc. y otras fantasías mineras de quienes tratan de ensalzar al terruño. El rey, Casado con Mariana de Austria, de quien ella, sí se conserva referencia en documentos de nuestro Archivo Histórico Municipal de Parral, permisos para fundar Mayorazgos:

“ […] Por cuanto por parte de vos, Valerio Cortés del Rey, se me ha presentado que sois natural de la ciudad de Zaragoza, del Reino de Aragón, hijodalgo y vecino del Real y minas de san José del Parral, en la provincia de la Nueva Vizcaya donde os habéis empleado desde el año de 1632, en la defensa y conservación de aquella tierra, y servido 13 años la plaza de capitán y sargento mayor en ella, sin sueldo alguno habiendo os hallado en diferentes ocasiones de guerras y entradas de indios infieles, con vuestras armas, criados y caballos a vuestra costa, y que desde el año de 1657 habéis poblado en el Río de Conchos, frontera de indios gentiles, 18 sitios que estaban yermos, habiendo puesto en ellos cantidad de ganado y hechos de acequia de agua y labor de semillas a vuestra costa, sirviendo a aquella población de reprimir las hostilidades de las naciones rebeldes, y de haber asegurado Nuestro Reino comercio de las provincias del Nuevo México y la conservación de todas las minas del contorno […] Os doy y concedo facultad para que los dichos vuestros bienes y haciendas, muebles y raíces, rentas, heredamientos, jurisdicciones, casas y otros cualesquier bienes y derechos que al presente tenéis, y en adelante tuvieres y que en cualquier manera os pertenezcan o puedan pertenecer, de la parte que de ellos quisieres, podéis hacer instituir y establecer los dichos dos mayorazgos (…) Dada en Madrid a dos de octubre de mil seiscientos setenta y cuatro años.”

La hija del rey Felipe IV y de la reina en mención, se llamó Margarita María Teresa como «la infanta Margarita», obtuvo popularidad a partir de la pintura Las Meninas (Velázquez, 1656) cuando era apenas una pequeña de 5 años.

Al cumplir los 9 años de edad, la infanta Margarita comenzaría a ser parte de una estrategia política que permitiría la reconciliación de las dos ramas de la dinastía Habsburgo -una de las casas reales más influyentes de Europa entre 1438 y 1740-, por medio de su matrimonio con Leopoldo I, hermano de su madre, Mariana de Austria y, por consiguiente, su tío.

Una niña que creció sin deseos propios

La verdadera tragedia en torno a la vida de Margarita radica en el hecho de que su vida estuvo planificada desde muy temprana edad. Tal y como les ocurría a muchas mujeres en posiciones iguales o similares a las de la infanta, su género sería empleado como pieza política para conciliar estrategias y acuerdos que permitieran concebir la armonía entre poderosas casas regidas por monarcas masculinos.

CONTINUARA……..