/ martes 7 de diciembre de 2021

Tiempos & Espacios | Reflexiones

Recordamos haber leído un breve texto cuya autoría se le atribuye a la exitosa actriz de Hollywood: Meryl Streep, cuya reflexión transcribimos a continuación:

“Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. No tengo paciencia para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme. Ya no dedico un minuto a quién miente o quiere manipular. Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos. No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez académica. No me ajusto más con la barriada o el chusmerío. No soporto conflictos y comparaciones. Creo en un mundo de opuestos y por eso evito personas de carácter rígido e inflexible. En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición. No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales. Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no merece mi paciencia.”

Reflexionar de éste modo como Meryl, es común pero no justificable y, suena a derrota. Nos sucede a la mayoría de las personas en un momento crítico y desesperante en nuestras vidas.

No obstante, Gandhi, en otra época, dejó grabada como gran lección para la humanidad la siguiente frase:

“A veces cuando me desespero pienso que a través de la historia sólo el amor y la verdad han triunfado”.

Cierto, que la desesperación nos puede llevar al fracaso en muchas ocasiones. Debemos, no desistir ante las adversidades, todos anhelamos un mundo diferente, pero, la realidad está ahí: siempre habrá algo o alguien que desagrade, cinismo, críticas, exigencias. No perdamos la voluntad de amar. Ni tratar de agradar a otros sino a uno mismo; siempre habrá quien nos mienta, perdonémonos pues también lo hemos hecho nosotros, y lo tratamos de justificar, entonces, evitemos esta acción, y seguir con la sonrisa para todos. Es cierto nuestro tiempo vale y no lo quisiéramos desperdiciar con alguien ajeno a nuestros juicios, debemos ser tolerantes dejando a un lado la vanidad y la soberbia, sin olvidarnos de nuestro origen que, al referirlo despectivamente, caeremos en la arrogancia. Siempre estaremos expuestos a los conflictos y comparaciones, de los cuales, hay que evitarlos o salir bien librados, habrá quienes no aprecien tu esfuerzo y dedicación ¡tus aciertos!; siempre señalarán tus errores, y, uno solo te estigmatizará tal vez para siempre en esas mentes débiles; entonces, es cuando tendrá que aparecer nuestra paciencia, sin dejar de amar a la naturaleza. No olvidemos a Gandhi ante crueles adversidades. Para cerrar les dejo otra bella frase, en palabras de otro notable:

“Preocúpate más por tu consciencia que por tu reputación, la consciencia es lo que realmente eres. La reputación es lo que la gente piensa de ti. Y lo que otros piensan de ti, es problema de ellos “ A. Einstein. ¿Qué significan conciencia y consciencia?

La consciencia es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella, mientras que la conciencia es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal.

¡ Buen día ¡

Ramón Lerma Alvídrez | Profesor

Recordamos haber leído un breve texto cuya autoría se le atribuye a la exitosa actriz de Hollywood: Meryl Streep, cuya reflexión transcribimos a continuación:

“Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. No tengo paciencia para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme. Ya no dedico un minuto a quién miente o quiere manipular. Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos. No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez académica. No me ajusto más con la barriada o el chusmerío. No soporto conflictos y comparaciones. Creo en un mundo de opuestos y por eso evito personas de carácter rígido e inflexible. En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición. No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales. Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no merece mi paciencia.”

Reflexionar de éste modo como Meryl, es común pero no justificable y, suena a derrota. Nos sucede a la mayoría de las personas en un momento crítico y desesperante en nuestras vidas.

No obstante, Gandhi, en otra época, dejó grabada como gran lección para la humanidad la siguiente frase:

“A veces cuando me desespero pienso que a través de la historia sólo el amor y la verdad han triunfado”.

Cierto, que la desesperación nos puede llevar al fracaso en muchas ocasiones. Debemos, no desistir ante las adversidades, todos anhelamos un mundo diferente, pero, la realidad está ahí: siempre habrá algo o alguien que desagrade, cinismo, críticas, exigencias. No perdamos la voluntad de amar. Ni tratar de agradar a otros sino a uno mismo; siempre habrá quien nos mienta, perdonémonos pues también lo hemos hecho nosotros, y lo tratamos de justificar, entonces, evitemos esta acción, y seguir con la sonrisa para todos. Es cierto nuestro tiempo vale y no lo quisiéramos desperdiciar con alguien ajeno a nuestros juicios, debemos ser tolerantes dejando a un lado la vanidad y la soberbia, sin olvidarnos de nuestro origen que, al referirlo despectivamente, caeremos en la arrogancia. Siempre estaremos expuestos a los conflictos y comparaciones, de los cuales, hay que evitarlos o salir bien librados, habrá quienes no aprecien tu esfuerzo y dedicación ¡tus aciertos!; siempre señalarán tus errores, y, uno solo te estigmatizará tal vez para siempre en esas mentes débiles; entonces, es cuando tendrá que aparecer nuestra paciencia, sin dejar de amar a la naturaleza. No olvidemos a Gandhi ante crueles adversidades. Para cerrar les dejo otra bella frase, en palabras de otro notable:

“Preocúpate más por tu consciencia que por tu reputación, la consciencia es lo que realmente eres. La reputación es lo que la gente piensa de ti. Y lo que otros piensan de ti, es problema de ellos “ A. Einstein. ¿Qué significan conciencia y consciencia?

La consciencia es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella, mientras que la conciencia es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal.

¡ Buen día ¡

Ramón Lerma Alvídrez | Profesor