/ martes 20 de octubre de 2020

Tiempos & Espacios | Poemínimos

“Todas las cosas se parecen a su sueño. Cuidado amigos, las experiencias engañan. Me voy de aquí en busca de mujeres horizontes“ -Efraín Huerta- escritor guanajuatense del siglo XX, nacido en la vorágine de la revolución mexicana, creó un tipo de poema singular, breve, de timbre humorístico, irónico, incluso sarcástico; su particularidad es el juego de palabras con expresiones de uso popular, con dichos, con frases célebres, con sentencias, con refranes, etc. Es un juego con palabras para darle un giro sorprendente. Es un chiste, le dijo Octavio Paz. “Todas las mujeres que amo están casadas ¡Hasta la mía! Hasta no beber no creer” -E.H.- La infancia y adolescencia de Efraín Huerta fueron de mudanzas constantes debido al trabajo de su padre. Vendió pan y aprendió tipografía, atrayéndole más el futbol. “Bienaventurados los poetas pobres, porque de ellos será el reino de los suelos. Todo cabe en poemínimo sabiéndolo acomodar. Y todavía el holgazán se preguntaba será verdad tanta pereza”. En 1930, a sus 16 años vivió en el barrio de Tepito, intentó ingresar a la Academia de san Carlos, pero su educación básica no había sido consistente, por lo que tuvo que ponerse al corriente. “Si no fuera por mi buena salud ya me habría muerto. Hoy amanecí dichosamente herido de muerte natural. Después de todo todas han sido el amor de mi vida”. Sus compañeros de escuela quienes lo superaban en edad se convirtieron en sus mentores para explorar las zonas prohibidas de la capital, las que combinaba con sus visitas a la biblioteca. Hizo amistad con un estudiante adinerado quien le prestaba libros para transcribirlos en sus libretas. “El que a buen árbol se acerca se queda a dormir la siesta“. “Sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar, y levantarse a tiempo” -Raler-. Al ingresar a la Preparatoria Nacional de san Ildefonso, estableció vínculos con otros dos grandes de la literatura: Octavio Paz y José Revueltas. En 1934, Huerta empezó la carrera de Derecho, que abandonó después. Estaba inmerso en el periodismo, la poesía, y el compromiso social. En uno de sus poemas da cátedra de, cómo tomar un tequila _“...ya está servido en la copita larga (nunca supe por qué – dice Huerta- lo, la llaman caballito: será tal vez porque a las 5 copas empieza uno a galopar por mar y cielo en la yegua 7 leguas, el “ caballo” que Villa más estimaba). Dejó un gran legado en la literatura mexicana su gran influencia de sus poemas y ensayos hicieron reconocerle allende las fronteras. Murió el 3 de febrero de 1983 en la Ciudad de México a la edad de 71 años. “Hombre pervertido vale por dos. Nadie dirá jamás que no cumplí siempre con mi beber,. Algún día ya no funcionarán mis luces ereccionales. Dispense usted las molestias que le ocasiona esta obra. Del dicho al lecho hay mucho trecho. Lo dramático para muchos muchísimos mexicanos es que en México no hay embajada de México” -E.H -…Finalizamos con uno muy ad hoc: “El lugar más peligroso para ejercer la política y el periodismo en el mundo es nuestro México, que Dios nos ampare” –Raler-.

“Todas las cosas se parecen a su sueño. Cuidado amigos, las experiencias engañan. Me voy de aquí en busca de mujeres horizontes“ -Efraín Huerta- escritor guanajuatense del siglo XX, nacido en la vorágine de la revolución mexicana, creó un tipo de poema singular, breve, de timbre humorístico, irónico, incluso sarcástico; su particularidad es el juego de palabras con expresiones de uso popular, con dichos, con frases célebres, con sentencias, con refranes, etc. Es un juego con palabras para darle un giro sorprendente. Es un chiste, le dijo Octavio Paz. “Todas las mujeres que amo están casadas ¡Hasta la mía! Hasta no beber no creer” -E.H.- La infancia y adolescencia de Efraín Huerta fueron de mudanzas constantes debido al trabajo de su padre. Vendió pan y aprendió tipografía, atrayéndole más el futbol. “Bienaventurados los poetas pobres, porque de ellos será el reino de los suelos. Todo cabe en poemínimo sabiéndolo acomodar. Y todavía el holgazán se preguntaba será verdad tanta pereza”. En 1930, a sus 16 años vivió en el barrio de Tepito, intentó ingresar a la Academia de san Carlos, pero su educación básica no había sido consistente, por lo que tuvo que ponerse al corriente. “Si no fuera por mi buena salud ya me habría muerto. Hoy amanecí dichosamente herido de muerte natural. Después de todo todas han sido el amor de mi vida”. Sus compañeros de escuela quienes lo superaban en edad se convirtieron en sus mentores para explorar las zonas prohibidas de la capital, las que combinaba con sus visitas a la biblioteca. Hizo amistad con un estudiante adinerado quien le prestaba libros para transcribirlos en sus libretas. “El que a buen árbol se acerca se queda a dormir la siesta“. “Sabia virtud de conocer el tiempo, a tiempo amar, y levantarse a tiempo” -Raler-. Al ingresar a la Preparatoria Nacional de san Ildefonso, estableció vínculos con otros dos grandes de la literatura: Octavio Paz y José Revueltas. En 1934, Huerta empezó la carrera de Derecho, que abandonó después. Estaba inmerso en el periodismo, la poesía, y el compromiso social. En uno de sus poemas da cátedra de, cómo tomar un tequila _“...ya está servido en la copita larga (nunca supe por qué – dice Huerta- lo, la llaman caballito: será tal vez porque a las 5 copas empieza uno a galopar por mar y cielo en la yegua 7 leguas, el “ caballo” que Villa más estimaba). Dejó un gran legado en la literatura mexicana su gran influencia de sus poemas y ensayos hicieron reconocerle allende las fronteras. Murió el 3 de febrero de 1983 en la Ciudad de México a la edad de 71 años. “Hombre pervertido vale por dos. Nadie dirá jamás que no cumplí siempre con mi beber,. Algún día ya no funcionarán mis luces ereccionales. Dispense usted las molestias que le ocasiona esta obra. Del dicho al lecho hay mucho trecho. Lo dramático para muchos muchísimos mexicanos es que en México no hay embajada de México” -E.H -…Finalizamos con uno muy ad hoc: “El lugar más peligroso para ejercer la política y el periodismo en el mundo es nuestro México, que Dios nos ampare” –Raler-.