/ martes 9 de noviembre de 2021

Tiempos & Espacios | La Primera Foto

“Un retrato es pobre don, y nada vive con él, sólo alienta la ambición de guardar en un papel, escondido un corazón. Recuerdo en este (ilegible) y en nuestra amistad constante porque se olvida un amante pero una amiga jamás. A mi fina amiga Jesusita (...) en prueba de sincero cariño que le profesa su amiga: Luz C. de Villa “.

La primera fotografía de la historia que se conserva fue tomada en 1826 por el ingeniero francés Nicéphore Niépce desde la ventana de su granero, en Francia.


Un equipo completo de daguerrotipo y 80 láminas de plaqué. Estos materiales fotográficos fueron, al parecer, los primeros en pisar tierra mexicana a tan sólo seis meses de su descubrimiento, y con la misma rapidez con que llegaron su uso se expandió, y se prepararon nuevos profesionales con la intención de crear y recrear las “imágenes dibujadas con luz”. La primera imagen fotográfica fue tomada en el puerto y ciudad de Veracruz alrededor de 1839. Está considerada la más antigua realizada en México y muestra la iglesia del convento de San Francisco y al fondo el castillo de San Juan de Ulúa.

De este modo, se abrieron diversos estudios fotográficos en las ciudades más importantes del país, a donde sólo iban los personajes más acaudalados para “hacerse retratar", pues su costo era muy elevado. Billy the Kid, pistolero famoso del viejo oeste ni siquiera imaginó que su pequeña foto tuviera con el tiempo un valor monetario e histórico, exorbitante 2. 3 millones de dólares fue el cierre de subasta. Si bien es cierto que el género del retrato es el que más se desarrolló durante esos primeros años fotográficos, también se hicieron tomas de paisajes, de ruinas precolombinas, vistas de la ciudad e incluso se llegaron a registrar algunos hechos bélicos.

El daguerrotipo se utilizó en México principalmente de 1840 a 1847, pero perdió popularidad con la llegada de otras técnicas de realización: el ambrotipo y el ferrotipo utilizados básicamente entre los años de 1848 y 1860, que gracias a sus bajos costos fue posible que las clases populares tuvieran acceso al retrato fotográfico. Sin embargo, su escasa calidad gráfica contribuyó a que fueran sustituidos por otra técnica que presentaba mejores tiempos de exposición, más brillantes contrastes y múltiples tonos en la representación. Fue el colodión húmedo con el que la foto tuvo su mayor auge comercial, pues además, como innovación, creó la posibilidad de reproducir en serie la misma imagen.

Uno de los ejemplos más claros de cómo se aprovechó la oportunidad de multirreproducción se vio durante el imperio de Maximiliano y Carlota entre 1863 y 1866, ya que a través de las fotos éstos difundieron su imagen como recurso publicitarlo propiciando que la fotografía comenzara a realizarse con diferentes intenciones y usos sociales. Durante el porfiriato la fotografía de registro tuvo un lugar destacado, ya fuera para dar seguimiento a la construcción de puertos, del Ferrocarril Nacional e incluso para reconocimiento de las zonas geográficas y Haciendas más distantes del país. Porfirio Díaz contrató a fotógrafos extranjeros para realizar este tipo de trabajos como Abel Briquet, Charles B. W alte, W. Scott y William Henry Jackson. Luego, Agustín Víctor Casasola, quien reunió las placas de fotógrafos Nacionales y extranjeros: un amplio e invaluable archivo que tuvo como condición original el servir de agencia gráfica informativa a diversos periódicos y revistas desde el año de 1911.


Ramón Lerma Alvídrez | Profesor


“Un retrato es pobre don, y nada vive con él, sólo alienta la ambición de guardar en un papel, escondido un corazón. Recuerdo en este (ilegible) y en nuestra amistad constante porque se olvida un amante pero una amiga jamás. A mi fina amiga Jesusita (...) en prueba de sincero cariño que le profesa su amiga: Luz C. de Villa “.

La primera fotografía de la historia que se conserva fue tomada en 1826 por el ingeniero francés Nicéphore Niépce desde la ventana de su granero, en Francia.


Un equipo completo de daguerrotipo y 80 láminas de plaqué. Estos materiales fotográficos fueron, al parecer, los primeros en pisar tierra mexicana a tan sólo seis meses de su descubrimiento, y con la misma rapidez con que llegaron su uso se expandió, y se prepararon nuevos profesionales con la intención de crear y recrear las “imágenes dibujadas con luz”. La primera imagen fotográfica fue tomada en el puerto y ciudad de Veracruz alrededor de 1839. Está considerada la más antigua realizada en México y muestra la iglesia del convento de San Francisco y al fondo el castillo de San Juan de Ulúa.

De este modo, se abrieron diversos estudios fotográficos en las ciudades más importantes del país, a donde sólo iban los personajes más acaudalados para “hacerse retratar", pues su costo era muy elevado. Billy the Kid, pistolero famoso del viejo oeste ni siquiera imaginó que su pequeña foto tuviera con el tiempo un valor monetario e histórico, exorbitante 2. 3 millones de dólares fue el cierre de subasta. Si bien es cierto que el género del retrato es el que más se desarrolló durante esos primeros años fotográficos, también se hicieron tomas de paisajes, de ruinas precolombinas, vistas de la ciudad e incluso se llegaron a registrar algunos hechos bélicos.

El daguerrotipo se utilizó en México principalmente de 1840 a 1847, pero perdió popularidad con la llegada de otras técnicas de realización: el ambrotipo y el ferrotipo utilizados básicamente entre los años de 1848 y 1860, que gracias a sus bajos costos fue posible que las clases populares tuvieran acceso al retrato fotográfico. Sin embargo, su escasa calidad gráfica contribuyó a que fueran sustituidos por otra técnica que presentaba mejores tiempos de exposición, más brillantes contrastes y múltiples tonos en la representación. Fue el colodión húmedo con el que la foto tuvo su mayor auge comercial, pues además, como innovación, creó la posibilidad de reproducir en serie la misma imagen.

Uno de los ejemplos más claros de cómo se aprovechó la oportunidad de multirreproducción se vio durante el imperio de Maximiliano y Carlota entre 1863 y 1866, ya que a través de las fotos éstos difundieron su imagen como recurso publicitarlo propiciando que la fotografía comenzara a realizarse con diferentes intenciones y usos sociales. Durante el porfiriato la fotografía de registro tuvo un lugar destacado, ya fuera para dar seguimiento a la construcción de puertos, del Ferrocarril Nacional e incluso para reconocimiento de las zonas geográficas y Haciendas más distantes del país. Porfirio Díaz contrató a fotógrafos extranjeros para realizar este tipo de trabajos como Abel Briquet, Charles B. W alte, W. Scott y William Henry Jackson. Luego, Agustín Víctor Casasola, quien reunió las placas de fotógrafos Nacionales y extranjeros: un amplio e invaluable archivo que tuvo como condición original el servir de agencia gráfica informativa a diversos periódicos y revistas desde el año de 1911.


Ramón Lerma Alvídrez | Profesor