/ martes 17 de noviembre de 2020

Tiempos & Espacios | La alambrada de púas (continuación)

De ascendientes ingleses, Glidden se estableció en Illinois en 1844, donde tras morir su esposa y dos hijos, llegando a ser sheriff del condado. En 1874 solicitó la patente de un alambre de espino fabricado de una forma diferente (fijaba las púas entre dos alambres tensados en espiral con un molino de café) y entonces llegó una demanda de Smith, que consideraba que aquello no era nuevo y, por tanto, no debía ser admitido. La Oficina de Patentes y Marcas, en efecto, negó la petición de Glidden pero éste no se conformó y apeló a la Corte Suprema. Empezaba una batalla legal que ha pasado a la posteridad conocida como The Barbed Wire.

El tribunal tenía que determinar si la innovación introducida en su fabricación -un segundo alambre que aseguraba las púas mediante tensión- era lo suficientemente original como para considerar esa alambrada algo distinto y patentable. Ésa era la clave del caso, puesto que, por lo demás, su barbed wire seguia el mismo concepto que la de Lucien Smith, como el propio Glidden admitió. A favor tenía el éxito de su alambrada, que había sustituido a la del otro en casi todas partes y ya era la más común. También que hubo otros imitadores pero posteriores a su solicitud de patente.

El tribunal tenía que determinar si la innovación introducida en su fabricación -un segundo alambre que aseguraba las púas mediante tensión- era lo suficientemente original como para considerar esa alambrada algo distinto y patentable. Ésa era la clave del caso, puesto que, por lo demás, su barbed wire seguia el mismo concepto que la de Lucien Smith, como el propio Glidden admitió. A favor tenía el éxito de su alambrada, que había sustituido a la del otro en casi todas partes y ya era la más común. También que hubo otros imitadores pero posteriores a su solicitud de patente.

Triunfante, Glidden fundó la Barb Fence Company, con sede en DeKalb (Illinois) y dedicada a la producción de alambrada de espino, que promocionó por todo el territorio nacional haciendo exitosas demostraciones de su eficacia y obteniendo jugosas ventas. Gracias a ello se enriqueció hasta el punto de que al morir en 1906 era uno de los hombres más acaudalados de EEUU, antes tuvo tiempo de ser candidato demócrata al Senado, vicepresidente del DeKalb National Bank, director del ferrocarril North Western Railroad y filántropo de la enseñanza (era maestro). Una ciudad de Iowa lleva su nombre.

De ascendientes ingleses, Glidden se estableció en Illinois en 1844, donde tras morir su esposa y dos hijos, llegando a ser sheriff del condado. En 1874 solicitó la patente de un alambre de espino fabricado de una forma diferente (fijaba las púas entre dos alambres tensados en espiral con un molino de café) y entonces llegó una demanda de Smith, que consideraba que aquello no era nuevo y, por tanto, no debía ser admitido. La Oficina de Patentes y Marcas, en efecto, negó la petición de Glidden pero éste no se conformó y apeló a la Corte Suprema. Empezaba una batalla legal que ha pasado a la posteridad conocida como The Barbed Wire.

El tribunal tenía que determinar si la innovación introducida en su fabricación -un segundo alambre que aseguraba las púas mediante tensión- era lo suficientemente original como para considerar esa alambrada algo distinto y patentable. Ésa era la clave del caso, puesto que, por lo demás, su barbed wire seguia el mismo concepto que la de Lucien Smith, como el propio Glidden admitió. A favor tenía el éxito de su alambrada, que había sustituido a la del otro en casi todas partes y ya era la más común. También que hubo otros imitadores pero posteriores a su solicitud de patente.

El tribunal tenía que determinar si la innovación introducida en su fabricación -un segundo alambre que aseguraba las púas mediante tensión- era lo suficientemente original como para considerar esa alambrada algo distinto y patentable. Ésa era la clave del caso, puesto que, por lo demás, su barbed wire seguia el mismo concepto que la de Lucien Smith, como el propio Glidden admitió. A favor tenía el éxito de su alambrada, que había sustituido a la del otro en casi todas partes y ya era la más común. También que hubo otros imitadores pero posteriores a su solicitud de patente.

Triunfante, Glidden fundó la Barb Fence Company, con sede en DeKalb (Illinois) y dedicada a la producción de alambrada de espino, que promocionó por todo el territorio nacional haciendo exitosas demostraciones de su eficacia y obteniendo jugosas ventas. Gracias a ello se enriqueció hasta el punto de que al morir en 1906 era uno de los hombres más acaudalados de EEUU, antes tuvo tiempo de ser candidato demócrata al Senado, vicepresidente del DeKalb National Bank, director del ferrocarril North Western Railroad y filántropo de la enseñanza (era maestro). Una ciudad de Iowa lleva su nombre.