/ martes 28 de diciembre de 2021

Tiempos & Espacios | Encuentro de Revolucionarios

Hacia 1922 del siglo XX los nombres de Albert Einstein y Francisco Villa eran muy trillados en toda la prensa escrita de la mayor parte el mundo. Aquellos primeros días de semana, a la oficina del general en la hacienda de Canutillo, Dgo. Méx; se presentó de rutina el asistente de apellido Piñón, con un altero de periódicos, entre ellos los de“ El Paso Herald" de días anteriores. El más reciente presentaba en su portada el encabezado a letras grandes: “ Doctor Einstein galardonado con Nobel de Física 1921 “ ( traduccion ); luego, la imagen cómica de él, sacando la lengua al fotógrafo. La segunda nota – en la parte inferior de la plana – diferente imagen, y en pie de foto, alusión a Pancho Villa y Mr. Caldwell (vendedor de maquinaria agrícola) moliendo forraje para alimento de sus animalitos en la hacienda antes mencionada. “ ¡A ver, muchachito! – le ordenó el general - traduzca la nota. “VILLA compra tecnolog…- inició leyendo Piñón, y fue interrumpido ipso facto. “ ¡No, no, mijo ! – Gritó Pancho (a su manera de hablar)- ¡ La nota esa del “ médico “ premiado ! Su secretario paciente tradujo perfectamente la nota referente al doctor en física, explicando con peras y manzanas el significado e importancia de dicho reconocimiento, amén de respuestas a las interrogantes que, inundaban la mente también inquieta del centauro. Medio tibio pregunta el asistente:- ¿Por qué le interesa más ésta nota, mi general? A lo que refirió en reflexión Pancho: - ¡ Mire, “ piñoncitos" ! -Éste muchacho y yo, casi somos de la misma edad. Y, la vez pasada que fui a El Paso. TX con “Gallardito", coincidimos en la confitería del primo de la güera Lucita. “El Betito" me advirtió de la llegada estrepitosa de reporteros y fotógrafos al lugar, creyendo que los periodistas abordarían nuestra mesa, pero…no fue así. Hacia la esquina opuesta corrieron como caballos los periodistas. Al notar mi inquietud por tratar de reconocer al personaje importante a entrevistar, John Reed - prensa- vino hacia nosotros el solo, invitándonos a acompañar al doctor en física ( hasta hoy supe que, ¡no es “médico” sino otro revolucionario… - Lo interrumpió Piñón- “ Disculpe, mi general, pero él no es militar, aunque sobrevivió bajo el bombardeo de la guerra mundial.” Villa se quitó la tejana “ 4 pedradas”, y le dijo: - “ Lo se muy bien , mijito. Me refiero que él, sí es un verdadero transformador del pensamiento de las “gentes", y aunque no me lo crea, mi muchachito, la aportación de esa ciencia derramará más sangre que, en nuestra revolución inconclusa para siempre”. De nuevo preguntó el secre- “ ¿Por qué dice Ud; eso, jefe?” – Porque así me lo dijo a través de John – contesto el nuevo amo de esa hacienda-. Piñón, algo confuso, titubeó y habló:- “ ¿Entiendo que Reed, él, y Ud; compartieron charla de sobremesa?- ¡ Sí, señor, así fue !- Se levantó el general, golpeando a nudillos su escritorio, diciendo:- Ese “ dotorcito” es un buen viejo, pero, lo notė abrumado, fatigado, y muy preocupado, porque, sus aportaciones serán utilizadas para construir poderosas bombas bélicas en un futuro cercano. “ Lo comprendo" - agregó Villa- “Constantemente sufre de pesadillas, y por eso, prefiere casi no dormir". Le siguió Piñón: - “ No lo creería, mi general, si no fueran sus palabras en persona que me ponen a pensar “muncho" en cómo serán esas armas del futuro”. A mí también – dijo el jefe, exclamando con una sonrisa camuflajeada por un espeso y picudo bigote: - “ ¡ Míre, me regaló esta pipa para tabaco ¡ Trae grabada las iniciales A. E. B. La compró en Europa antes de la guerra, en Berlin”. Los dos guardaron un minuto de silencio admirando el souvenir que aquel doctor había entregado al general. “ – ¿ Leo su nota, jefe ? – dijo Piñón. Contesto el general:- “ ¡No señor! Recordé que iremos a Parral ahora mismo a celebrar el día de los Santos inocentes, y a saludar a ésta Blanca palomita”. Felices Fiestas. ¡SALUD!


Ramón Lerma Alvídrez | Profesor

Hacia 1922 del siglo XX los nombres de Albert Einstein y Francisco Villa eran muy trillados en toda la prensa escrita de la mayor parte el mundo. Aquellos primeros días de semana, a la oficina del general en la hacienda de Canutillo, Dgo. Méx; se presentó de rutina el asistente de apellido Piñón, con un altero de periódicos, entre ellos los de“ El Paso Herald" de días anteriores. El más reciente presentaba en su portada el encabezado a letras grandes: “ Doctor Einstein galardonado con Nobel de Física 1921 “ ( traduccion ); luego, la imagen cómica de él, sacando la lengua al fotógrafo. La segunda nota – en la parte inferior de la plana – diferente imagen, y en pie de foto, alusión a Pancho Villa y Mr. Caldwell (vendedor de maquinaria agrícola) moliendo forraje para alimento de sus animalitos en la hacienda antes mencionada. “ ¡A ver, muchachito! – le ordenó el general - traduzca la nota. “VILLA compra tecnolog…- inició leyendo Piñón, y fue interrumpido ipso facto. “ ¡No, no, mijo ! – Gritó Pancho (a su manera de hablar)- ¡ La nota esa del “ médico “ premiado ! Su secretario paciente tradujo perfectamente la nota referente al doctor en física, explicando con peras y manzanas el significado e importancia de dicho reconocimiento, amén de respuestas a las interrogantes que, inundaban la mente también inquieta del centauro. Medio tibio pregunta el asistente:- ¿Por qué le interesa más ésta nota, mi general? A lo que refirió en reflexión Pancho: - ¡ Mire, “ piñoncitos" ! -Éste muchacho y yo, casi somos de la misma edad. Y, la vez pasada que fui a El Paso. TX con “Gallardito", coincidimos en la confitería del primo de la güera Lucita. “El Betito" me advirtió de la llegada estrepitosa de reporteros y fotógrafos al lugar, creyendo que los periodistas abordarían nuestra mesa, pero…no fue así. Hacia la esquina opuesta corrieron como caballos los periodistas. Al notar mi inquietud por tratar de reconocer al personaje importante a entrevistar, John Reed - prensa- vino hacia nosotros el solo, invitándonos a acompañar al doctor en física ( hasta hoy supe que, ¡no es “médico” sino otro revolucionario… - Lo interrumpió Piñón- “ Disculpe, mi general, pero él no es militar, aunque sobrevivió bajo el bombardeo de la guerra mundial.” Villa se quitó la tejana “ 4 pedradas”, y le dijo: - “ Lo se muy bien , mijito. Me refiero que él, sí es un verdadero transformador del pensamiento de las “gentes", y aunque no me lo crea, mi muchachito, la aportación de esa ciencia derramará más sangre que, en nuestra revolución inconclusa para siempre”. De nuevo preguntó el secre- “ ¿Por qué dice Ud; eso, jefe?” – Porque así me lo dijo a través de John – contesto el nuevo amo de esa hacienda-. Piñón, algo confuso, titubeó y habló:- “ ¿Entiendo que Reed, él, y Ud; compartieron charla de sobremesa?- ¡ Sí, señor, así fue !- Se levantó el general, golpeando a nudillos su escritorio, diciendo:- Ese “ dotorcito” es un buen viejo, pero, lo notė abrumado, fatigado, y muy preocupado, porque, sus aportaciones serán utilizadas para construir poderosas bombas bélicas en un futuro cercano. “ Lo comprendo" - agregó Villa- “Constantemente sufre de pesadillas, y por eso, prefiere casi no dormir". Le siguió Piñón: - “ No lo creería, mi general, si no fueran sus palabras en persona que me ponen a pensar “muncho" en cómo serán esas armas del futuro”. A mí también – dijo el jefe, exclamando con una sonrisa camuflajeada por un espeso y picudo bigote: - “ ¡ Míre, me regaló esta pipa para tabaco ¡ Trae grabada las iniciales A. E. B. La compró en Europa antes de la guerra, en Berlin”. Los dos guardaron un minuto de silencio admirando el souvenir que aquel doctor había entregado al general. “ – ¿ Leo su nota, jefe ? – dijo Piñón. Contesto el general:- “ ¡No señor! Recordé que iremos a Parral ahora mismo a celebrar el día de los Santos inocentes, y a saludar a ésta Blanca palomita”. Felices Fiestas. ¡SALUD!


Ramón Lerma Alvídrez | Profesor