/ martes 6 de julio de 2021

Tiempos & Espacios | El último Iceberg

Manuel Uruchurtu Ramírez (Hermosillo, Sonora, 27 de junio de 1872 - Atlántico norte, 15 de abril de 1912) fue un abogado, senador y político mexicano, conocido por ser el único pasajero de esta nacionalidad perecido en el desastre del Titanic.

Miembro de una familia de la oligarquía porfiriana (hijo del capitán Mateo Uruchurtu Díaz y Mercedes Ramírez Estrella),1 el joven Uruchurtu viajó a la Ciudad de México para estudiar abogacía. Contrajo matrimonio con su compañera de estudios, la aristócrata Gertrudis Caraza y Landero, con quien tuvo siete hijos. Él y su familia se establecieron en la Ciudad de México. Su amistad con el prominente porfirista y miembro del grupo de los "científicos" Ramón Corral le abrió las puertas a la vida política del país. Sus estrechos lazos con la dictadura lo obligaron, a la caída del régimen y destierro de Porfirio Díaz en 1911, a abandonar el país y refugiarse en Europa.

En 1912 visita en Francia a su amigo y padrino político, el también desterrado Ramón Corral. El 1 de marzo de ese año se efectúa el encuentro entre Uruchurtu y Corral. Cumplido su cometido, el sonorense adquiere su boleto para viajar el 10 de abril en el trasatlántico París, de Cherburgo (Francia) a Veracruz (México).

A finales de marzo o principios de abril de ese año Uruchurtu, hospedado en el Hotel París, recibe la visita de Guillermo Obregón, yerno de Ramón Corral y presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados. Obregón había pagado un poco más de 27 £ por un boleto de primera clase que le permitiría navegar en el lujoso trasatlántico RMS Titanic en su viaje inaugural, pero había cambiado de parecer y deseaba intercambiar boletos, a lo que Uruchurtu accedió sellando así su suerte; Guillermo Obregón viajaría en el París y Uruchurtu en el Titanic con el boleto No. P-C-17601.

El 8 de abril Uruchurtu fue invitado a una fiesta con los exiliados leales a Porfirio Díaz y el 10 del mismo mes envió a su madre, en Hermosillo, una postal diciéndole que la foto se trataba ni más ni menos que del barco en el que viajaría, que llegando a México la visitaría en Hermosillo para platicarle todo acerca del viaje en el famoso barco. Ese mismo día, en Cherburgo, él abordó el Titanic junto con 273 pasajeros más.

Tras el naufragio de la nave, el cuerpo de Uruchurtu nunca fue recuperado

Popularmente, se había aceptado como verídica la historia que relata las acciones de Manuel Uruchurtu a bordo del trasatlántico. Dicha historia asegura que la noche del hundimiento del Titanic, Uruchurtu fue subido al bote salvavidas número 11 gracias a su estatus de diputado en visita oficial. Una vez a bordo, observó a una dama inglesa que viajaba en segunda clase, de nombre Elizabeth Ramell-Nye (29 años), quien suplicaba ser incluida en el bote salvavidas, alegando que su esposo e hijo la estaban esperando en Nueva York. Los oficiales se negaron a dejarla subir al bote ya que estaba a su máxima capacidad y pondría en peligro la estabilidad de éste. Uruchurtu abandonó el bote salvavidas y cedió su lugar a la dama pidiéndole que en caso de que muriera visitara a su esposa y familia en México (Hermosillo y Xalapa) para hacerles saber sobre sus últimos minutos en vida. Nye salvó su vida al ser rescatada; no así Uruchurtu quien falleció en el hundimiento del Titanic. Tiempo después se descubrió que Elizabeth Ramell-Nye había mentido, ya que no estaba casada ni tenía hijo alguno. No obstante, la mujer cumplió su promesa y en 1924 viajó a Xalapa, Veracruz a investigar de la viuda de Uruchurtu y contarle la historia de los últimos momentos de su marido.

El 24 de agosto de 2012, la periodista Guadalupe Loaeza, autora del libro El caballero del Titanic, que escribió y publicó con motivo del centenario del hundimiento, narra los sucesos antes descritos. Sin embargo, ha afirmado públicamente que no existe prueba alguna sobre dicha anécdota.4

Manuel Uruchurtu Ramírez (Hermosillo, Sonora, 27 de junio de 1872 - Atlántico norte, 15 de abril de 1912) fue un abogado, senador y político mexicano, conocido por ser el único pasajero de esta nacionalidad perecido en el desastre del Titanic.

Miembro de una familia de la oligarquía porfiriana (hijo del capitán Mateo Uruchurtu Díaz y Mercedes Ramírez Estrella),1 el joven Uruchurtu viajó a la Ciudad de México para estudiar abogacía. Contrajo matrimonio con su compañera de estudios, la aristócrata Gertrudis Caraza y Landero, con quien tuvo siete hijos. Él y su familia se establecieron en la Ciudad de México. Su amistad con el prominente porfirista y miembro del grupo de los "científicos" Ramón Corral le abrió las puertas a la vida política del país. Sus estrechos lazos con la dictadura lo obligaron, a la caída del régimen y destierro de Porfirio Díaz en 1911, a abandonar el país y refugiarse en Europa.

En 1912 visita en Francia a su amigo y padrino político, el también desterrado Ramón Corral. El 1 de marzo de ese año se efectúa el encuentro entre Uruchurtu y Corral. Cumplido su cometido, el sonorense adquiere su boleto para viajar el 10 de abril en el trasatlántico París, de Cherburgo (Francia) a Veracruz (México).

A finales de marzo o principios de abril de ese año Uruchurtu, hospedado en el Hotel París, recibe la visita de Guillermo Obregón, yerno de Ramón Corral y presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados. Obregón había pagado un poco más de 27 £ por un boleto de primera clase que le permitiría navegar en el lujoso trasatlántico RMS Titanic en su viaje inaugural, pero había cambiado de parecer y deseaba intercambiar boletos, a lo que Uruchurtu accedió sellando así su suerte; Guillermo Obregón viajaría en el París y Uruchurtu en el Titanic con el boleto No. P-C-17601.

El 8 de abril Uruchurtu fue invitado a una fiesta con los exiliados leales a Porfirio Díaz y el 10 del mismo mes envió a su madre, en Hermosillo, una postal diciéndole que la foto se trataba ni más ni menos que del barco en el que viajaría, que llegando a México la visitaría en Hermosillo para platicarle todo acerca del viaje en el famoso barco. Ese mismo día, en Cherburgo, él abordó el Titanic junto con 273 pasajeros más.

Tras el naufragio de la nave, el cuerpo de Uruchurtu nunca fue recuperado

Popularmente, se había aceptado como verídica la historia que relata las acciones de Manuel Uruchurtu a bordo del trasatlántico. Dicha historia asegura que la noche del hundimiento del Titanic, Uruchurtu fue subido al bote salvavidas número 11 gracias a su estatus de diputado en visita oficial. Una vez a bordo, observó a una dama inglesa que viajaba en segunda clase, de nombre Elizabeth Ramell-Nye (29 años), quien suplicaba ser incluida en el bote salvavidas, alegando que su esposo e hijo la estaban esperando en Nueva York. Los oficiales se negaron a dejarla subir al bote ya que estaba a su máxima capacidad y pondría en peligro la estabilidad de éste. Uruchurtu abandonó el bote salvavidas y cedió su lugar a la dama pidiéndole que en caso de que muriera visitara a su esposa y familia en México (Hermosillo y Xalapa) para hacerles saber sobre sus últimos minutos en vida. Nye salvó su vida al ser rescatada; no así Uruchurtu quien falleció en el hundimiento del Titanic. Tiempo después se descubrió que Elizabeth Ramell-Nye había mentido, ya que no estaba casada ni tenía hijo alguno. No obstante, la mujer cumplió su promesa y en 1924 viajó a Xalapa, Veracruz a investigar de la viuda de Uruchurtu y contarle la historia de los últimos momentos de su marido.

El 24 de agosto de 2012, la periodista Guadalupe Loaeza, autora del libro El caballero del Titanic, que escribió y publicó con motivo del centenario del hundimiento, narra los sucesos antes descritos. Sin embargo, ha afirmado públicamente que no existe prueba alguna sobre dicha anécdota.4