/ lunes 6 de abril de 2020

SOY MEXICANO, ¡HAGO LO QUE ME DE LA GANA!


¡ASI SOY Y QUE!

Este tema para no hablar en general, pero es cierto, le indico que voy a hablar en lo personal, como si yo lo hiciera y lo hago como todo buen mexicano, y es llevar la contra, más por actitud vanidosa que por sentido común, y es una de las tantas causas de que la historia de nuestro país camine como el burrito, un pasito pa delante y otro para atrás, pero eso sí, gritando grandezas a todos lados.

Por ejemplo, hoy con el coronavirus, y otros bichos, le señalan a uno los médicos ciertas reglas de comportamiento relativo a costumbres y de higiene, como en el saludo, beso, abrazo, pero si yo quiero ir a la playa ahí no me pasa nada, estoy lejos de la casa y el lugar peligroso, o me voy al antro a pistear a mis anchas, contento, riéndome de todo y de todos, en lugar cerrado y con humo, saludando a placer y con alegría, y tampoco ahí pasara nada, solo en las noticias y los asustados, yo nada, me la pela ese microbio o lo que sea, bacteria, me vale su nombre.

Como grande, nadie me da órdenes y es mi voluntad la que manda, les guste o no, así que es para empezar y si me señalan que no vaya a salir por cierto tiempo, pues a mí nadie me amarra y voy a donde sea, pero el peligro de contagio no me pasa por mi grandísimo cerebro, solo lo que vea y compruebe, o me convenga, es más les grito ¡no pasa nada!

El largo tiempo que pasamos en una zona de confort o medio que no cambiaba nada, nos acostumbró a no temer a los cambios, pero al darse, es difícil aceptarlos, es decir no estamos preparados para las eventualidades de este tipo, es más creo de ninguna otra, como terremotos, volcanes, y hasta la violencia, la vemos con cierta indiferencia.

Pero agregue la ignorancia que siembra los dizques poderosos, que no sepa uno que es o que se puede hacer, ya que han salido noticias de estudiantes que han encontrado curas y nada de nada, como si no existiera.

Que decir de los balnearios, que está lleno de hongos, y que se pegan, pero recio, y yo con mis patas me meto dónde sea y como sea, a mí que me importan los demás, mientras yo me la pase a gusto, pues ni modo, se aguantan.

No me opera ni el instinto de conservación, ni siquiera para saber qué tipo de peligro representa esa bacteria, ni otra ni nada, lo que se traduce en algunos sociólogos y psicólogos, soy una gente no pensante, solo actuar por existir, nada más, y no importa si pongo en riesgo a los demás, ya les tocaba, o de algo se ha de morir y frases ut, increíbles.

Seguir indicaciones es molesto, pero es, peor el daño o enfermedad, o, pero la estupidez disfrazada de grandeza y soberbia, tan peligrosa como un volcán en erupción, destroza lo que le rodea.

VICTOR SANTINI REZA

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¡ASI SOY Y QUE!

Este tema para no hablar en general, pero es cierto, le indico que voy a hablar en lo personal, como si yo lo hiciera y lo hago como todo buen mexicano, y es llevar la contra, más por actitud vanidosa que por sentido común, y es una de las tantas causas de que la historia de nuestro país camine como el burrito, un pasito pa delante y otro para atrás, pero eso sí, gritando grandezas a todos lados.

Por ejemplo, hoy con el coronavirus, y otros bichos, le señalan a uno los médicos ciertas reglas de comportamiento relativo a costumbres y de higiene, como en el saludo, beso, abrazo, pero si yo quiero ir a la playa ahí no me pasa nada, estoy lejos de la casa y el lugar peligroso, o me voy al antro a pistear a mis anchas, contento, riéndome de todo y de todos, en lugar cerrado y con humo, saludando a placer y con alegría, y tampoco ahí pasara nada, solo en las noticias y los asustados, yo nada, me la pela ese microbio o lo que sea, bacteria, me vale su nombre.

Como grande, nadie me da órdenes y es mi voluntad la que manda, les guste o no, así que es para empezar y si me señalan que no vaya a salir por cierto tiempo, pues a mí nadie me amarra y voy a donde sea, pero el peligro de contagio no me pasa por mi grandísimo cerebro, solo lo que vea y compruebe, o me convenga, es más les grito ¡no pasa nada!

El largo tiempo que pasamos en una zona de confort o medio que no cambiaba nada, nos acostumbró a no temer a los cambios, pero al darse, es difícil aceptarlos, es decir no estamos preparados para las eventualidades de este tipo, es más creo de ninguna otra, como terremotos, volcanes, y hasta la violencia, la vemos con cierta indiferencia.

Pero agregue la ignorancia que siembra los dizques poderosos, que no sepa uno que es o que se puede hacer, ya que han salido noticias de estudiantes que han encontrado curas y nada de nada, como si no existiera.

Que decir de los balnearios, que está lleno de hongos, y que se pegan, pero recio, y yo con mis patas me meto dónde sea y como sea, a mí que me importan los demás, mientras yo me la pase a gusto, pues ni modo, se aguantan.

No me opera ni el instinto de conservación, ni siquiera para saber qué tipo de peligro representa esa bacteria, ni otra ni nada, lo que se traduce en algunos sociólogos y psicólogos, soy una gente no pensante, solo actuar por existir, nada más, y no importa si pongo en riesgo a los demás, ya les tocaba, o de algo se ha de morir y frases ut, increíbles.

Seguir indicaciones es molesto, pero es, peor el daño o enfermedad, o, pero la estupidez disfrazada de grandeza y soberbia, tan peligrosa como un volcán en erupción, destroza lo que le rodea.

VICTOR SANTINI REZA

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