/ domingo 29 de marzo de 2020

Sólo la fe 

Cuando salimos a las calles de la cuidad nos damos cuenta del gran silencio que impera en estos momentos por las circunstancias de sobra conocidas. Las calles están solas, los columpios en los parques están quietos. Muchos trabajos se han parado. El bullicio alegre de los niños en las escuelas está en pausa. El tráfico aéreo y terrestre parece suspendido. En sí, la vida parece que avanza en cámara lenta.

Algunos dicen “no creo que todo esto sea cierto, es una treta del gobierno” Otros dicen “el fin está cerca” Unos más “el Rey ya viene”

La realidad es que, en medio de todo nos hemos dado cuenta que como seres humanos somos más frágiles de lo que creemos. Ni la potencia de los países de primer mundo ha podido detener en avance destructor de este letal enemigo. No distingue pobres o ricos, sabios o indoctos, a los ojos de este enemigo, todos somos iguales. Para muchos el futuro es incierto

Reconocemos que muchos son los esfuerzos y sacrificios de los profesionales de la salud para poner un freno al avance inmisericorde del enemigo número uno de la sociedad en este momento. Unido a ello, está el esfuerzo personal de cada ciudadano para seguir las recomendaciones emitidas por las autoridades. Seguramente todo ello contribuye en mejorar las condiciones de salud en la sociedad. Pero ¿Será suficiente? ¿No será que Dios nos está diciendo algo? Creo, mi estimado lector, que este el mejor momento de nuestras vidas para conocer a Dios y confiar en Él. Si no es ahora ¿Cuándo?

Dice en Proverbios 18:10 “Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado” El Señor nuestro Dios es torre fuerte, el mejor lugar de refugio contra las tormentas de la vida. En él está el lugar más seguro donde vivir. En este eterno refugio podemos encontrar protección contra las angustias de la vida presente. Dios, siempre ha sido morada de los que confía en Él y que en el día de la calamidad y el peligro corren a través de la fe y la oración a su alto refugio.

Todos los que corremos a esta Torre disfrutamos e seguridad y protección. Ni todos los poderes del mundo, ni todos los problemas que nos asechen son capaces de destruirla. Es en este momento de nuestra realidad que tenemos que tomar una decisión, o nos quedamos parados en medio del tornado, o aprovechar ese mismo viento para conocer a Dios, su amor, su cuidado y su poder. Es en este momento que necesitamos una fe inquebrantable, porque sin esa fe es imposible sobrevivir en la tormenta.

Podemos ver al COVID-19 CO como un aliado, una oportunidad, para conocer al Señor Jesucristo más profunda y personalmente, pues al conocerlo así, sabemos no estamos solos, sino que Dios está a nuestro lado peleando la batalla.

En este episodio de la vida, que dicho sea de paso, no hubiéramos deseado que llegara, es importante mantener la llama de fe en Dios encendida por medio de la oración.

Dios nos dice hoy en Isaías 43 “Ahora, así dice Jehová: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”

Ceo que solo la fe verdadera, la fe inquebrantable en Dios, será la barca que nos lleve a puerto seguro y en paz en medio de la tormenta.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo

Cuando salimos a las calles de la cuidad nos damos cuenta del gran silencio que impera en estos momentos por las circunstancias de sobra conocidas. Las calles están solas, los columpios en los parques están quietos. Muchos trabajos se han parado. El bullicio alegre de los niños en las escuelas está en pausa. El tráfico aéreo y terrestre parece suspendido. En sí, la vida parece que avanza en cámara lenta.

Algunos dicen “no creo que todo esto sea cierto, es una treta del gobierno” Otros dicen “el fin está cerca” Unos más “el Rey ya viene”

La realidad es que, en medio de todo nos hemos dado cuenta que como seres humanos somos más frágiles de lo que creemos. Ni la potencia de los países de primer mundo ha podido detener en avance destructor de este letal enemigo. No distingue pobres o ricos, sabios o indoctos, a los ojos de este enemigo, todos somos iguales. Para muchos el futuro es incierto

Reconocemos que muchos son los esfuerzos y sacrificios de los profesionales de la salud para poner un freno al avance inmisericorde del enemigo número uno de la sociedad en este momento. Unido a ello, está el esfuerzo personal de cada ciudadano para seguir las recomendaciones emitidas por las autoridades. Seguramente todo ello contribuye en mejorar las condiciones de salud en la sociedad. Pero ¿Será suficiente? ¿No será que Dios nos está diciendo algo? Creo, mi estimado lector, que este el mejor momento de nuestras vidas para conocer a Dios y confiar en Él. Si no es ahora ¿Cuándo?

Dice en Proverbios 18:10 “Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado” El Señor nuestro Dios es torre fuerte, el mejor lugar de refugio contra las tormentas de la vida. En él está el lugar más seguro donde vivir. En este eterno refugio podemos encontrar protección contra las angustias de la vida presente. Dios, siempre ha sido morada de los que confía en Él y que en el día de la calamidad y el peligro corren a través de la fe y la oración a su alto refugio.

Todos los que corremos a esta Torre disfrutamos e seguridad y protección. Ni todos los poderes del mundo, ni todos los problemas que nos asechen son capaces de destruirla. Es en este momento de nuestra realidad que tenemos que tomar una decisión, o nos quedamos parados en medio del tornado, o aprovechar ese mismo viento para conocer a Dios, su amor, su cuidado y su poder. Es en este momento que necesitamos una fe inquebrantable, porque sin esa fe es imposible sobrevivir en la tormenta.

Podemos ver al COVID-19 CO como un aliado, una oportunidad, para conocer al Señor Jesucristo más profunda y personalmente, pues al conocerlo así, sabemos no estamos solos, sino que Dios está a nuestro lado peleando la batalla.

En este episodio de la vida, que dicho sea de paso, no hubiéramos deseado que llegara, es importante mantener la llama de fe en Dios encendida por medio de la oración.

Dios nos dice hoy en Isaías 43 “Ahora, así dice Jehová: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”

Ceo que solo la fe verdadera, la fe inquebrantable en Dios, será la barca que nos lleve a puerto seguro y en paz en medio de la tormenta.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo