/ miércoles 12 de mayo de 2021

Sobremesa | Realidad virtual

En una época donde la realidad está siendo distorsionada o transformada por nuevas plataformas de representación del mundo. El presente, el gran desafío es la realidad virtual. Una realidad conjetural en la que pasamos buena parte del tiempo. Se trata de un proceso novedoso; tan novedoso que me atrevo a decir que somos los bárbaros de una nueva civilización. Apenas estamos aprendiendo los códigos de uso de esta nueva realidad. En una famosa canción, John Lennon dijo: “la vida es lo que sucede mientras hacemos otras cosas”. Es decir, la sustancia de la vida se nos escapa; no captamos su esencia porque estamos distraídos haciendo algo. Y la entendemos mejor como pasado cuando la recordamos, o como futuro cuando la anhelamos, pero difícilmente somos capaces de captar el instante en toda su intensidad. Esta frase dicha antes de la realidad virtual, hoy en día se ha vuelto más compleja y más urgente en la medida en que pasamos buena parte de nuestra vida representándonos a nosotros mismos en espacios virtuales y tenemos un PIN para entrar a una cuenta, tenemos un password, tenemos muchas veces un alias, un seudónimo con el que entramos en Twitter, etc. Esta capacidad del ser humano de llevar una existencia en el mundo de los hechos y, al mismo tiempo, representarse a sí mismo de manera espectral, en un simulacro de identidad que tiene que ver con las plataformas digitales, es un nuevo fenómeno que antes no existía y que pone en cuestionamiento los discursos. El texto anterior corresponde a Juan Villoro, que exalta una nueva adaptación que los seres humanos estamos afrontando.

Es importante cuestionar, las nuevas formas de interacción virtuales que tanto en el ámbito económico, social, cultural y político nos estamos ajustando. Ante la imposibilidad de ir a las tiendas físicamente, las personas están adquiriendo productos via internet. Las ventas de las tiendas virtuales se han incrementado. Los romances cibernéticos están aumentando.

Es importante saber que nuestros datos personales no pertenecen a la esfera privada, ya que las bases de información son vendidas a los bancos y a las empresas, que buscan nichos de mercado.

El gobierno será capaz de garantizar nuestra seguridad en el mundo cibernético. Somos cuidadosos con el uso de nuestra información en las redes sociales. Las nuevas amenazas no solo son los virus y sus cepas que pueden infectarnos físicamente, si no ahora otro tipo de peligros que nos acechan en el mundo virtual.

Sin ánimo de ser alarmista, es tiempo de replantear nuestras estrategias. Solicitar a los gobiernos una nueva legislación que provea de seguridad a los ciudadanos de la aldea global. Esto no se trata de sectores o países, sino de una nueva realidad que es competencia de los gobiernos del mundo.


En una época donde la realidad está siendo distorsionada o transformada por nuevas plataformas de representación del mundo. El presente, el gran desafío es la realidad virtual. Una realidad conjetural en la que pasamos buena parte del tiempo. Se trata de un proceso novedoso; tan novedoso que me atrevo a decir que somos los bárbaros de una nueva civilización. Apenas estamos aprendiendo los códigos de uso de esta nueva realidad. En una famosa canción, John Lennon dijo: “la vida es lo que sucede mientras hacemos otras cosas”. Es decir, la sustancia de la vida se nos escapa; no captamos su esencia porque estamos distraídos haciendo algo. Y la entendemos mejor como pasado cuando la recordamos, o como futuro cuando la anhelamos, pero difícilmente somos capaces de captar el instante en toda su intensidad. Esta frase dicha antes de la realidad virtual, hoy en día se ha vuelto más compleja y más urgente en la medida en que pasamos buena parte de nuestra vida representándonos a nosotros mismos en espacios virtuales y tenemos un PIN para entrar a una cuenta, tenemos un password, tenemos muchas veces un alias, un seudónimo con el que entramos en Twitter, etc. Esta capacidad del ser humano de llevar una existencia en el mundo de los hechos y, al mismo tiempo, representarse a sí mismo de manera espectral, en un simulacro de identidad que tiene que ver con las plataformas digitales, es un nuevo fenómeno que antes no existía y que pone en cuestionamiento los discursos. El texto anterior corresponde a Juan Villoro, que exalta una nueva adaptación que los seres humanos estamos afrontando.

Es importante cuestionar, las nuevas formas de interacción virtuales que tanto en el ámbito económico, social, cultural y político nos estamos ajustando. Ante la imposibilidad de ir a las tiendas físicamente, las personas están adquiriendo productos via internet. Las ventas de las tiendas virtuales se han incrementado. Los romances cibernéticos están aumentando.

Es importante saber que nuestros datos personales no pertenecen a la esfera privada, ya que las bases de información son vendidas a los bancos y a las empresas, que buscan nichos de mercado.

El gobierno será capaz de garantizar nuestra seguridad en el mundo cibernético. Somos cuidadosos con el uso de nuestra información en las redes sociales. Las nuevas amenazas no solo son los virus y sus cepas que pueden infectarnos físicamente, si no ahora otro tipo de peligros que nos acechan en el mundo virtual.

Sin ánimo de ser alarmista, es tiempo de replantear nuestras estrategias. Solicitar a los gobiernos una nueva legislación que provea de seguridad a los ciudadanos de la aldea global. Esto no se trata de sectores o países, sino de una nueva realidad que es competencia de los gobiernos del mundo.