/ miércoles 18 de mayo de 2022

Sobremesa | La Ciudad sobre la Ciudad

La última vez que viajé a la Ciudad de México contemplé la majestuosidad de una moderna ciudad que se estableció sobre las ruinas de una de las más grandes civilizaciones del mundo.

México-Tenochtitlan he podido observar en imágenes de los libros de historia la portentosa obra arquitectónica que nuestros ancestros erigieron. Los españoles que llegaron en el siglo XVI se sorprendieron de la higiene indígena. Los canales hidráulicos de la Gran Tenochtitlán eran magníficos ya que proveían de agua potable y drenaje a los pobladores. Cabe mencionar que Fray Diego de Landa, escribió en su relación de las cosas de Yucatán, que los indígenas se bañaban mucho y que usaban ramilletes de flores y hierbas para oler mejor. Los españoles se bañaban pocas veces al año.

La derrota mexica sucedió no por la supremacía del ejercito español, sino por el sitio que de la ciudad que duró mas de dos meses, tiempo durante el cual los pobladores de la gran ciudad debían beber agua salobre, comían cada vez menos, los alimentos estaban escasos y la población estaba diezmada por la enfermedad. El padecimiento lo llamaron cocoliztli, que probablemente era una viruela o fiebre hemorrágica. Nuestros antepasados indígenas no tenían defensas contra enfermedades desconocidas en América.

Los españoles destruyeron los acueductos que suministraban agua a los mexicas para obligarlo a rendirse. Los mexicas no recibían alimentos y como Cortés había mandado construir dieciocho embarcaciones para transportar cañones y arcabuceros, estos últimos son soldados provistos con un arma de fuego parecida a un fusil. Dichas embarcaciones podían acercarse hasta los muros de México Tenochtitlán y lanzar bombardeos de manera constante. Al mismo tiempo, los ejércitos terrestres avanzaban a las calzadas.

Tras ganar las calzadas, el ejercito conquistador entró en la ciudad y atacó el Templo Mayor. A pesar de todo, los mexicas decidieron resistir hasta el final y trasladaron la población hasta México Tlatelolco. La derrota mexica era inevitable

Pude observar en el hermoso Códice Florentino, que sirven de ilustración a un libro como los bergantines de los españoles y sus cañones permitieron tener el control total del Lago de Texcoco, dicho códice data del siglo XVI.

Cuauhtémoc fue el último tlatoani mexica. Se dice que lo mataron durante la expedición de Cortés a las Hibueras, que se localiza en Honduras, aproximadamente en el año 1525, se dice que fue un 28 de febrero. El Códice García Granados o Techialoyan del siglo XVII menciona que fue en el año 7 calli (casa), por eso solo la fecha aproximada.

Tras la caída de la ciudad, el ejército de conquistadores españoles, encabezado por Hernán Cortes, ocupó el lugar que los mexicas tenían en el orden jerárquico y opresivo que se vivía en Mesoamérica. Por lo cual los pueblos sometidos no les resultó extraño continuar con la entrega de tributo, tal y como lo pagaban antes a los mexicas. El dominio español funcionó dentro de la estructura que la administración mexica tenía establecida.

Tras la conquista la población había disminuido, la ciudad quedó devastada y los ánimos menguados.

Es así como se inició la historia de nuestro país. Somos producto del mestizaje. Contrario a lo que se ha pensado durante años, nuestros antepasados mexicas poseían conocimientos sobre herbolaria, medicina, construcción y astronomía importantes. La Ciudad de México, antes la Gran Tenochtitlán, sigue siendo el centro donde el poder se concentra. Y recuerdo una parte del Himno Nacional:

“Y tus templos palacios y torres, se derrumben con hórrido estruendo, y sus ruinas existan diciendo: de mil héroes la patria aquí fue.”


Ana Torres Licón | Docente, Escritora

La última vez que viajé a la Ciudad de México contemplé la majestuosidad de una moderna ciudad que se estableció sobre las ruinas de una de las más grandes civilizaciones del mundo.

México-Tenochtitlan he podido observar en imágenes de los libros de historia la portentosa obra arquitectónica que nuestros ancestros erigieron. Los españoles que llegaron en el siglo XVI se sorprendieron de la higiene indígena. Los canales hidráulicos de la Gran Tenochtitlán eran magníficos ya que proveían de agua potable y drenaje a los pobladores. Cabe mencionar que Fray Diego de Landa, escribió en su relación de las cosas de Yucatán, que los indígenas se bañaban mucho y que usaban ramilletes de flores y hierbas para oler mejor. Los españoles se bañaban pocas veces al año.

La derrota mexica sucedió no por la supremacía del ejercito español, sino por el sitio que de la ciudad que duró mas de dos meses, tiempo durante el cual los pobladores de la gran ciudad debían beber agua salobre, comían cada vez menos, los alimentos estaban escasos y la población estaba diezmada por la enfermedad. El padecimiento lo llamaron cocoliztli, que probablemente era una viruela o fiebre hemorrágica. Nuestros antepasados indígenas no tenían defensas contra enfermedades desconocidas en América.

Los españoles destruyeron los acueductos que suministraban agua a los mexicas para obligarlo a rendirse. Los mexicas no recibían alimentos y como Cortés había mandado construir dieciocho embarcaciones para transportar cañones y arcabuceros, estos últimos son soldados provistos con un arma de fuego parecida a un fusil. Dichas embarcaciones podían acercarse hasta los muros de México Tenochtitlán y lanzar bombardeos de manera constante. Al mismo tiempo, los ejércitos terrestres avanzaban a las calzadas.

Tras ganar las calzadas, el ejercito conquistador entró en la ciudad y atacó el Templo Mayor. A pesar de todo, los mexicas decidieron resistir hasta el final y trasladaron la población hasta México Tlatelolco. La derrota mexica era inevitable

Pude observar en el hermoso Códice Florentino, que sirven de ilustración a un libro como los bergantines de los españoles y sus cañones permitieron tener el control total del Lago de Texcoco, dicho códice data del siglo XVI.

Cuauhtémoc fue el último tlatoani mexica. Se dice que lo mataron durante la expedición de Cortés a las Hibueras, que se localiza en Honduras, aproximadamente en el año 1525, se dice que fue un 28 de febrero. El Códice García Granados o Techialoyan del siglo XVII menciona que fue en el año 7 calli (casa), por eso solo la fecha aproximada.

Tras la caída de la ciudad, el ejército de conquistadores españoles, encabezado por Hernán Cortes, ocupó el lugar que los mexicas tenían en el orden jerárquico y opresivo que se vivía en Mesoamérica. Por lo cual los pueblos sometidos no les resultó extraño continuar con la entrega de tributo, tal y como lo pagaban antes a los mexicas. El dominio español funcionó dentro de la estructura que la administración mexica tenía establecida.

Tras la conquista la población había disminuido, la ciudad quedó devastada y los ánimos menguados.

Es así como se inició la historia de nuestro país. Somos producto del mestizaje. Contrario a lo que se ha pensado durante años, nuestros antepasados mexicas poseían conocimientos sobre herbolaria, medicina, construcción y astronomía importantes. La Ciudad de México, antes la Gran Tenochtitlán, sigue siendo el centro donde el poder se concentra. Y recuerdo una parte del Himno Nacional:

“Y tus templos palacios y torres, se derrumben con hórrido estruendo, y sus ruinas existan diciendo: de mil héroes la patria aquí fue.”


Ana Torres Licón | Docente, Escritora