/ miércoles 19 de mayo de 2021

Sobremesa | Ganancias

Me preguntan cuál es la ganancia que obtengo al escribir, para qué voy a un taller de creación, para que participar en un encuentro poético; vi este corto animado y pensé "voila" el sistema nos induce a subsistir, la conciencia de una vida plena incluye que nos asumamos como seres creativos. La creación debe ser concebida como la articulación de nuestros saberes y habilidades para darle un “animus” aun objeto. Después de cocinar una salsa, ya no solo es la mezcla del tomate, el chile y las especies, es una emulsión que tiene un propósito: aderezar la comida. Es por eso que aunque repitamos la receta al pie de la letra, no podemos reproducirla a la perfección.

Lo mismo ocurre al pintar, coser, dibujar escribir o tejer. Podemos emular el procedimiento, reproducir el procedimiento, e incluso emplear los mismos ingredientes. Podemos copiar, acercarnos al original desde la admiración a la creatividad del autor o autora original. Hay un toque de magia en cada uno de nosotros que al ser únicos e irrepetibles, lo que hagamos tiene ese destello de propiedad silenciosa.

Es reconfortante saber que trascendemos a través de nuestros actos y obras. Es gratificante saber que los que imitan, es por admiración. No debe de existir vergüenza en el deseo de emular, que prevalezca en nosotros ese espíritu creativo, esa luminosidad en nuestros actos.

Decía Chejov que escribir es un acto de libertad en un país donde no hay libertad de prensa ni libertad de conciencia, y donde la vida es sofocante y miserable. Durante años mi voz silenciada por la rutina. La voz que revela cómo nos han vendido que los sueños hay que comprarlos haciéndome cavar una tumba a mis ansias de expresión. Hoy por hoy he logrado incluir en mi vida una parte creativa, escribir se ha convertido en ese manantial inagotable de felicidad, porque para escribir hay que leer. En la lectura me proveo de los nutrientes necesarios para no morir de inanición ante la parquedad de la rutina.

No quiero escribir como “x” escritor(a), pretendo encontrar mi voz en cada momento de mi vida y escucharla con atención. Escribo y leo de manera simultánea, y es que al momento de leer le doy vida a otro mundo distinto a lo tangible, hay creación en la lectura. Hay gozo en mi existencia desde que encontré la veta creativa, inagotable y perenne. Cada quien debe encontrar la propia, o reencontrarla y apropiarse de ella.

Me preguntan cuál es la ganancia que obtengo al escribir, para qué voy a un taller de creación, para que participar en un encuentro poético; vi este corto animado y pensé "voila" el sistema nos induce a subsistir, la conciencia de una vida plena incluye que nos asumamos como seres creativos. La creación debe ser concebida como la articulación de nuestros saberes y habilidades para darle un “animus” aun objeto. Después de cocinar una salsa, ya no solo es la mezcla del tomate, el chile y las especies, es una emulsión que tiene un propósito: aderezar la comida. Es por eso que aunque repitamos la receta al pie de la letra, no podemos reproducirla a la perfección.

Lo mismo ocurre al pintar, coser, dibujar escribir o tejer. Podemos emular el procedimiento, reproducir el procedimiento, e incluso emplear los mismos ingredientes. Podemos copiar, acercarnos al original desde la admiración a la creatividad del autor o autora original. Hay un toque de magia en cada uno de nosotros que al ser únicos e irrepetibles, lo que hagamos tiene ese destello de propiedad silenciosa.

Es reconfortante saber que trascendemos a través de nuestros actos y obras. Es gratificante saber que los que imitan, es por admiración. No debe de existir vergüenza en el deseo de emular, que prevalezca en nosotros ese espíritu creativo, esa luminosidad en nuestros actos.

Decía Chejov que escribir es un acto de libertad en un país donde no hay libertad de prensa ni libertad de conciencia, y donde la vida es sofocante y miserable. Durante años mi voz silenciada por la rutina. La voz que revela cómo nos han vendido que los sueños hay que comprarlos haciéndome cavar una tumba a mis ansias de expresión. Hoy por hoy he logrado incluir en mi vida una parte creativa, escribir se ha convertido en ese manantial inagotable de felicidad, porque para escribir hay que leer. En la lectura me proveo de los nutrientes necesarios para no morir de inanición ante la parquedad de la rutina.

No quiero escribir como “x” escritor(a), pretendo encontrar mi voz en cada momento de mi vida y escucharla con atención. Escribo y leo de manera simultánea, y es que al momento de leer le doy vida a otro mundo distinto a lo tangible, hay creación en la lectura. Hay gozo en mi existencia desde que encontré la veta creativa, inagotable y perenne. Cada quien debe encontrar la propia, o reencontrarla y apropiarse de ella.