/ miércoles 12 de enero de 2022

Sobremesa | En Busca de lo Divino

El hombre no puede aproximarse a lo divino yendo más allá de lo humano; puede acercarse a Él sindo humano. Volverse humano es aquello para lo que fue creado ese hombre en especial.

Martin Buber

Hace un par de años compré en la Feria del Libro de la Frontera un libro que se titula: Las 21 aptitudes de la inteligencia espiritual, un paso más allá de la inteligencia emocional. Vi el ejemplar apilado entre otros que esperan ser leídos durante este 2022. Removí el polvo y a pesar de que solo leí unas cuantas páginas cuando lo adquirí, tiene la apariencia de un libro usado, creo que las mudanzas deterioran los objetos, después de todo nadie sale ileso de los cambios para bien o para mal.

En estos momentos de incertidumbre entre la pandemia y la inflación de 2021 que cerró en 7.1 porciento según el Banco de México, resulta necesario apelar buscar nuevas herramientas que nos permitan enfrentar la realidad. Entones tomé el libro y recordé a Howard Garner y su teoría de las inteligencias múltiples, en la cual menciona que como seres humanos tenemos muchos tipos de inteligencias. Sabemos en la actualidad que los seres humanos estamos conformados por mezclas complejas de talentos y aptitudes.

Entonces para Cindy Wigglesworth la inteligencia espiritual es la capacidad de comportarse con sabiduría y compasión mientras se mantiene la paz interna y externamente, sin importar la situación.

Para mí es fundamental el reconocimiento de la dimensión espiritual que poseemos dentro de este cuerpo material e intelectual. Estas épocas turbulentas me recuerdan la caída del Imperio Romano. El Imperio Romano con ese inmenso poderío colapsó.

Como humanidad hemos llegado a la luna, conquistamos el fuego, las telecomunicaciones y el flujo de comunicación son eficientes, pero que ocurre con la búsqueda del ser humano en su interior: el autoconocimiento. Miguel de Cervantes lo dice en su libro Don Quijote de la Mancha: Has de poner los ojos en quién eres, procurando conocerte a ti mismo, qué es el más difícil conocimiento que pueda imaginarse.

La fatiga y el agotamiento se presentan en el día a día. En muchas ocasiones esa sensación de hastío aparece sin razón aparente. No sabemos qué ocurre y las emociones parecen una madeja de estambre enredada. Puede ser que vayamos a terapia psicológica, a grupos espirituales a talleres de oración, en esa búsqueda de nuestro yo, y su relación con lo divino. Entonces acogamos el proceso con la resolución de quien busca oro. Vayamos más allá del control de nuestras acciones, quitemos las capas que cubren nuestras intenciones, lleguemos a las motivaciones, a los valores y encontremos nuestra esencia. Puede ser que no todo nos agrade, pero acaso los gambusinos encuentran pepitas de oro al primer intento, no lo hacen una y otra vez hasta que el oro emerge.

La lógica del mundo se ha visto cuestionada. Los virus que habían sido controlados durante años, han causado una demolición de los estatutos establecidos. Volvamos a los básicos: lavar las manos con agua y jabón, cuidemos el sistema inmune, parece sencillo. Bajemos del pedestal. Es momento de lavar nuestras manos de manera continua y constante, hagamos lo mismo con esos espacios de meditación y reflexión que teníamos agendados como un hecho extraordinario.

He pasado las tardes escuchando charlas en un canal de you tube sobre filosofía. Busco lo divino en el conocimiento. Cada quien debe iniciar sus exploraciones con las herramientas que le apetezcan. Yo encuentro plenitud y gozo en la filosofía y sus continuos cuestionamientos. La saciedad es momentánea y la búsqueda es constante en mi caso, me divierto y voy a dormir con la certeza de que hago lo posible por vivir mejor.


Ana Verónica Torres Licón | Docente

El hombre no puede aproximarse a lo divino yendo más allá de lo humano; puede acercarse a Él sindo humano. Volverse humano es aquello para lo que fue creado ese hombre en especial.

Martin Buber

Hace un par de años compré en la Feria del Libro de la Frontera un libro que se titula: Las 21 aptitudes de la inteligencia espiritual, un paso más allá de la inteligencia emocional. Vi el ejemplar apilado entre otros que esperan ser leídos durante este 2022. Removí el polvo y a pesar de que solo leí unas cuantas páginas cuando lo adquirí, tiene la apariencia de un libro usado, creo que las mudanzas deterioran los objetos, después de todo nadie sale ileso de los cambios para bien o para mal.

En estos momentos de incertidumbre entre la pandemia y la inflación de 2021 que cerró en 7.1 porciento según el Banco de México, resulta necesario apelar buscar nuevas herramientas que nos permitan enfrentar la realidad. Entones tomé el libro y recordé a Howard Garner y su teoría de las inteligencias múltiples, en la cual menciona que como seres humanos tenemos muchos tipos de inteligencias. Sabemos en la actualidad que los seres humanos estamos conformados por mezclas complejas de talentos y aptitudes.

Entonces para Cindy Wigglesworth la inteligencia espiritual es la capacidad de comportarse con sabiduría y compasión mientras se mantiene la paz interna y externamente, sin importar la situación.

Para mí es fundamental el reconocimiento de la dimensión espiritual que poseemos dentro de este cuerpo material e intelectual. Estas épocas turbulentas me recuerdan la caída del Imperio Romano. El Imperio Romano con ese inmenso poderío colapsó.

Como humanidad hemos llegado a la luna, conquistamos el fuego, las telecomunicaciones y el flujo de comunicación son eficientes, pero que ocurre con la búsqueda del ser humano en su interior: el autoconocimiento. Miguel de Cervantes lo dice en su libro Don Quijote de la Mancha: Has de poner los ojos en quién eres, procurando conocerte a ti mismo, qué es el más difícil conocimiento que pueda imaginarse.

La fatiga y el agotamiento se presentan en el día a día. En muchas ocasiones esa sensación de hastío aparece sin razón aparente. No sabemos qué ocurre y las emociones parecen una madeja de estambre enredada. Puede ser que vayamos a terapia psicológica, a grupos espirituales a talleres de oración, en esa búsqueda de nuestro yo, y su relación con lo divino. Entonces acogamos el proceso con la resolución de quien busca oro. Vayamos más allá del control de nuestras acciones, quitemos las capas que cubren nuestras intenciones, lleguemos a las motivaciones, a los valores y encontremos nuestra esencia. Puede ser que no todo nos agrade, pero acaso los gambusinos encuentran pepitas de oro al primer intento, no lo hacen una y otra vez hasta que el oro emerge.

La lógica del mundo se ha visto cuestionada. Los virus que habían sido controlados durante años, han causado una demolición de los estatutos establecidos. Volvamos a los básicos: lavar las manos con agua y jabón, cuidemos el sistema inmune, parece sencillo. Bajemos del pedestal. Es momento de lavar nuestras manos de manera continua y constante, hagamos lo mismo con esos espacios de meditación y reflexión que teníamos agendados como un hecho extraordinario.

He pasado las tardes escuchando charlas en un canal de you tube sobre filosofía. Busco lo divino en el conocimiento. Cada quien debe iniciar sus exploraciones con las herramientas que le apetezcan. Yo encuentro plenitud y gozo en la filosofía y sus continuos cuestionamientos. La saciedad es momentánea y la búsqueda es constante en mi caso, me divierto y voy a dormir con la certeza de que hago lo posible por vivir mejor.


Ana Verónica Torres Licón | Docente