/ miércoles 30 de diciembre de 2020

Sobre mesa | Hablemos de valores...

Casi 3/4 partes de la población mundial carecen de agua potable en su casa… la mitad vive en condiciones de marginación y pobreza extrema… y 1/3 parte no sabe escribir su nombre… ¡Inequidad total!

Es así que podemos de presumir de democracia, de progreso, de avances tecnológicos, de grandes descubrimientos científicos, de una sociedad moderna….

No, no podemos mientras siga existiendo una brecha que separe a los ricos de los pobres.


La solución es sencilla, trillada por las campañas publicitarias y usadas como slogan de gobierno: “Práctica de Valores”.

Pero esta Práctica de Valores, no debe ser una conducta recurrente, sino una forma de vida.


Si valores, que debemos usar como guía, como brújula que nos permita no perder la dirección. Valores, que sean inmutables, que prevalezcan y no sean usados bajo el esquema de use y deseche.


La globalización ha radicalizado las desigualdades entre los seres humanos.

Pero los valores universales, deben recordarnos, que todos somos seres humanos.

Que si bien es cierto tenemos diferencias, estas son menos que nuestras semejanzas.

Nuestro compromiso con la sociedad es de gran magnitud y refiere un gran encargo.


Hoy como nunca, el conocimiento se convierte en un elemento primordial y fundamental para el desarrollo sostenido y el crecimiento de nuestra sociedad. Pero, no solo el conocimiento nos llevara a una sociedad más justa y humana.


Es necesario, que la solidaridad, la honestidad y la justicia, sean el motor de nuestras acciones, y no solo frases huecas.


Los estudiantes de México somos los agentes indispensables en el proceso del desarrollo y quienes a través de las instituciones educativas de nuestro país conservamos e impulsamos, cultura y el arte.


Los retos, plasmados en nuestras mentes y en los programas de las diferentes instituciones de educación de México los aceptamos y asumimos con toda seguridad que el éxito será nuestro, pues nuestras raíces son fuertes y nuestras alas están listas para volar.


Todos, sabemos que las buenas intenciones, sin un propósito definido pocas veces llegan a concretarse, es por eso que el bien común debe prevalecer sobre el interés personal.

La paz en el mundo… la tranquilidad en la sociedad… la estabilidad en el hogar, sólo serán posibles cuando las necesidades vitales de cada quién, hayan sido cubiertas, cuando no haya hambre ni sed, ni de sustancia, ni de justicia… el presente es un reto, el futuro un desafío… ambos son importantes.

Ana Verónica Torres Licón


Casi 3/4 partes de la población mundial carecen de agua potable en su casa… la mitad vive en condiciones de marginación y pobreza extrema… y 1/3 parte no sabe escribir su nombre… ¡Inequidad total!

Es así que podemos de presumir de democracia, de progreso, de avances tecnológicos, de grandes descubrimientos científicos, de una sociedad moderna….

No, no podemos mientras siga existiendo una brecha que separe a los ricos de los pobres.


La solución es sencilla, trillada por las campañas publicitarias y usadas como slogan de gobierno: “Práctica de Valores”.

Pero esta Práctica de Valores, no debe ser una conducta recurrente, sino una forma de vida.


Si valores, que debemos usar como guía, como brújula que nos permita no perder la dirección. Valores, que sean inmutables, que prevalezcan y no sean usados bajo el esquema de use y deseche.


La globalización ha radicalizado las desigualdades entre los seres humanos.

Pero los valores universales, deben recordarnos, que todos somos seres humanos.

Que si bien es cierto tenemos diferencias, estas son menos que nuestras semejanzas.

Nuestro compromiso con la sociedad es de gran magnitud y refiere un gran encargo.


Hoy como nunca, el conocimiento se convierte en un elemento primordial y fundamental para el desarrollo sostenido y el crecimiento de nuestra sociedad. Pero, no solo el conocimiento nos llevara a una sociedad más justa y humana.


Es necesario, que la solidaridad, la honestidad y la justicia, sean el motor de nuestras acciones, y no solo frases huecas.


Los estudiantes de México somos los agentes indispensables en el proceso del desarrollo y quienes a través de las instituciones educativas de nuestro país conservamos e impulsamos, cultura y el arte.


Los retos, plasmados en nuestras mentes y en los programas de las diferentes instituciones de educación de México los aceptamos y asumimos con toda seguridad que el éxito será nuestro, pues nuestras raíces son fuertes y nuestras alas están listas para volar.


Todos, sabemos que las buenas intenciones, sin un propósito definido pocas veces llegan a concretarse, es por eso que el bien común debe prevalecer sobre el interés personal.

La paz en el mundo… la tranquilidad en la sociedad… la estabilidad en el hogar, sólo serán posibles cuando las necesidades vitales de cada quién, hayan sido cubiertas, cuando no haya hambre ni sed, ni de sustancia, ni de justicia… el presente es un reto, el futuro un desafío… ambos son importantes.

Ana Verónica Torres Licón