/ domingo 21 de junio de 2020

Sí nos puede ir bien

En tiempo, cuando el pueblo de Israel estaba pasando una de sus peores crisis, cuando parecía que todo era dolor y calamidad había venido sobre ellos, vino una palabra de Dios, pero esa palabra no era para todo el mundo. Esa palabra era para un pueblo que había marcado diferencia, era para un pueblo que se había sometido bajo el principio de la justicia de Dios, y el profeta Isaías suelta una palabra sobre ellos para marcar la diferencia en medio de la crisis y el dolor, y les declara: “Díganle al justo que le irá bien, pues gozará del fruto de sus acciones” (Isaías 3:10)

¿Quién es un Justo? Es bueno recordarlo, porque la promesa declara: “Al JUSTO le irá bien”. Es al justo, no dice al creyente, no dice al que asiste a una Iglesia, no dice al que aplaude, no dice al religioso, no dice al emocional, no dice al carnal, dice: “Al JUSTO le irá bien”.

Pareciera que aquí todos estamos en problemas, pues dice en Romanos 3:10-12 “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” En ese sentido, todos somos culpables. Pero también dice la palabra de Dios “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” Esto es que, cuando ponemos nuestra fe en Cristo, en obra, vida, muerte y resurrección, lo hacemos Señor de nuestra vida, entonces Dios nos ve a través de Cristo como si nunca hubiéramos hecho nada malo, somos justificados.

Dios bendecirá al obediente, y lo recompensará por su buena conducta. En este día le digo, estimado lector, si caminamos en obediencia a Dios y a Su Palabra, si caminamos rectamente delante de Dios, si caminamos verdaderamente con Dios, nos tiene que ir muy bien, vamos a marcar la diferencia en este tiempo, esa es la promesa de Dios para los justos.

Y no es que ya no tenemos faltas y que somos “perfectos” Pero dice en Filipenses 3:12 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”

Por eso mi consejo pastoral en este día es que si andamos en desobediencia, en rebeldía abierta, una vida desordenada, en pecado, arrepintámonos para que entonces el bien de Dios nos persiga y no males.

La voluntad de Dios no es que nos persigan los males, nunca será la voluntad de Dios que el mal venga sobre sus hijos, la voluntad de Dios es bendecir y prosperar, y que el bien de Él vengan sobre los justos, eso es lo que Dios determinó.

Desde que usted estaba en el vientre de mamá, Dios siempre pensó cosas buenas de usted, Dios trazó un propósito bueno para su vida, en el vientre mamá Dios tuvo memoria de usted y lo formó con mucha ilusión y amor.

Lo que pasa es que la humanidad desde que nace toma sus propias decisiones, viven una vida de independencia de Dios, y hacen cosas fuera del destino divino y del propósito eterno de Dios para sus vidas, viven por lo que ellos piensan o sienten, no por lo que Dios determinó para ellos, viven una vida alocada violando los principios de Dios y Su Palabra, y creen que les irá bien

Hoy Dios nos está hablando una palabra de instrucción y transformación para que hagamos un alto en el camino, nos arrepintamos y cambiemos el rumbo, y entendamos que es al justo al que le irá bien, aún en medio de la pandemia.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

En tiempo, cuando el pueblo de Israel estaba pasando una de sus peores crisis, cuando parecía que todo era dolor y calamidad había venido sobre ellos, vino una palabra de Dios, pero esa palabra no era para todo el mundo. Esa palabra era para un pueblo que había marcado diferencia, era para un pueblo que se había sometido bajo el principio de la justicia de Dios, y el profeta Isaías suelta una palabra sobre ellos para marcar la diferencia en medio de la crisis y el dolor, y les declara: “Díganle al justo que le irá bien, pues gozará del fruto de sus acciones” (Isaías 3:10)

¿Quién es un Justo? Es bueno recordarlo, porque la promesa declara: “Al JUSTO le irá bien”. Es al justo, no dice al creyente, no dice al que asiste a una Iglesia, no dice al que aplaude, no dice al religioso, no dice al emocional, no dice al carnal, dice: “Al JUSTO le irá bien”.

Pareciera que aquí todos estamos en problemas, pues dice en Romanos 3:10-12 “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” En ese sentido, todos somos culpables. Pero también dice la palabra de Dios “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” Esto es que, cuando ponemos nuestra fe en Cristo, en obra, vida, muerte y resurrección, lo hacemos Señor de nuestra vida, entonces Dios nos ve a través de Cristo como si nunca hubiéramos hecho nada malo, somos justificados.

Dios bendecirá al obediente, y lo recompensará por su buena conducta. En este día le digo, estimado lector, si caminamos en obediencia a Dios y a Su Palabra, si caminamos rectamente delante de Dios, si caminamos verdaderamente con Dios, nos tiene que ir muy bien, vamos a marcar la diferencia en este tiempo, esa es la promesa de Dios para los justos.

Y no es que ya no tenemos faltas y que somos “perfectos” Pero dice en Filipenses 3:12 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”

Por eso mi consejo pastoral en este día es que si andamos en desobediencia, en rebeldía abierta, una vida desordenada, en pecado, arrepintámonos para que entonces el bien de Dios nos persiga y no males.

La voluntad de Dios no es que nos persigan los males, nunca será la voluntad de Dios que el mal venga sobre sus hijos, la voluntad de Dios es bendecir y prosperar, y que el bien de Él vengan sobre los justos, eso es lo que Dios determinó.

Desde que usted estaba en el vientre de mamá, Dios siempre pensó cosas buenas de usted, Dios trazó un propósito bueno para su vida, en el vientre mamá Dios tuvo memoria de usted y lo formó con mucha ilusión y amor.

Lo que pasa es que la humanidad desde que nace toma sus propias decisiones, viven una vida de independencia de Dios, y hacen cosas fuera del destino divino y del propósito eterno de Dios para sus vidas, viven por lo que ellos piensan o sienten, no por lo que Dios determinó para ellos, viven una vida alocada violando los principios de Dios y Su Palabra, y creen que les irá bien

Hoy Dios nos está hablando una palabra de instrucción y transformación para que hagamos un alto en el camino, nos arrepintamos y cambiemos el rumbo, y entendamos que es al justo al que le irá bien, aún en medio de la pandemia.

Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.