/ jueves 4 de junio de 2020

Ser empresario hoy

Ser empresario hoy representa afrontar una serie de factores adicionales a los tradicionales, en ocasiones el empresario es visto como una persona diferente; para algunos es un individuo admirado y respetado que es generador de riqueza y bienestar, para otros es un mal necesario que ofrece ciertas oportunidades de progreso, otros más lo ven como un cacique que explota a sus empleados enriqueciéndose a costa de ellos y más recientemente como un ente que representa básicamente corrupción.

Toda idea gestada en la mente del ser humano tiene un origen, un desarrollo y una conclusión, en este contexto comenzaremos por tratar de definir que es un emprendedor; podemos decir que es el inicio de toda empresa, se caracteriza por que una persona o grupo de ellas, tienen la capacidad para identificar una oportunidad, usando como base la innovación y creatividad desarrollan un proyecto de negocio, donde conjuntan recursos materiales, tecnológicos, humanos y económicos. Apasionarse de su idea, usar la creatividad, el liderazgo, la responsabilidad y sobre todo asumir riesgos importantes en la creación de algo nuevo, son algunas de las principales cualidades de un emprendedor.

El siguiente paso después de una buena idea, es materializar el proyecto en la creación y puesta en marcha de una empresa, que representa básicamente la conjunción de diversos factores, con el objetivo de producir algo o prestar un servicio, que satisfagan una necesidad de la sociedad y por lo cual se obtengan beneficios, como pueden ser la generación de empleos, pago de impuestos, estabilidad social y desde luego un beneficio económico particular y colectivo, entre varios más.

El emprendedor asume riesgos, crea y pone en funcionamiento su empresa, para después convertirse en lo que solemos llamar como empresario. Sin importar el tamaño de la empresa, si es el único dueño o no y si el capital es propio o compartido, el empresario no solo debe ser un buen organizador, gestor y visionario, además debe conservar inquebrantable su espíritu de emprendedor, su papel de liderazgo, de responsabilidad, de constante innovación y además su faceta de responsabilidad social para contribuir al crecimiento integral de la misma.

Las normas, las reglas y las leyes que están establecidas por los diversos entes, representan una carga importante de trabajo para el empresario, cumplir con todo ello implica un esfuerzo mayor que genera desgaste emocional, físico, laboral, incluso hasta de salud.

En tiempos recientes, los empresarios no solo han dejado de recibir en algunos casos apoyos institucionales que les permitan crecer, mantenerse y cumplir con su objetivo, además se han visto estigmatizados constantemente como personas que son sinónimo de corrupción, incluso hasta ser considerados como enemigos de un régimen.

Y por si algo faltara la pandemia que nos acecha ha provocado que las puertas de una gran cantidad de empresas, se hayan tenido que cerrar temporalmente y quizá algunas de ellas definitivamente, con lo que esto representa para los empresarios.

Ser empresario hoy, implica convertirse en el mejor marinero en medio de la tormenta, para evitar naufragar.

Ser empresario hoy representa afrontar una serie de factores adicionales a los tradicionales, en ocasiones el empresario es visto como una persona diferente; para algunos es un individuo admirado y respetado que es generador de riqueza y bienestar, para otros es un mal necesario que ofrece ciertas oportunidades de progreso, otros más lo ven como un cacique que explota a sus empleados enriqueciéndose a costa de ellos y más recientemente como un ente que representa básicamente corrupción.

Toda idea gestada en la mente del ser humano tiene un origen, un desarrollo y una conclusión, en este contexto comenzaremos por tratar de definir que es un emprendedor; podemos decir que es el inicio de toda empresa, se caracteriza por que una persona o grupo de ellas, tienen la capacidad para identificar una oportunidad, usando como base la innovación y creatividad desarrollan un proyecto de negocio, donde conjuntan recursos materiales, tecnológicos, humanos y económicos. Apasionarse de su idea, usar la creatividad, el liderazgo, la responsabilidad y sobre todo asumir riesgos importantes en la creación de algo nuevo, son algunas de las principales cualidades de un emprendedor.

El siguiente paso después de una buena idea, es materializar el proyecto en la creación y puesta en marcha de una empresa, que representa básicamente la conjunción de diversos factores, con el objetivo de producir algo o prestar un servicio, que satisfagan una necesidad de la sociedad y por lo cual se obtengan beneficios, como pueden ser la generación de empleos, pago de impuestos, estabilidad social y desde luego un beneficio económico particular y colectivo, entre varios más.

El emprendedor asume riesgos, crea y pone en funcionamiento su empresa, para después convertirse en lo que solemos llamar como empresario. Sin importar el tamaño de la empresa, si es el único dueño o no y si el capital es propio o compartido, el empresario no solo debe ser un buen organizador, gestor y visionario, además debe conservar inquebrantable su espíritu de emprendedor, su papel de liderazgo, de responsabilidad, de constante innovación y además su faceta de responsabilidad social para contribuir al crecimiento integral de la misma.

Las normas, las reglas y las leyes que están establecidas por los diversos entes, representan una carga importante de trabajo para el empresario, cumplir con todo ello implica un esfuerzo mayor que genera desgaste emocional, físico, laboral, incluso hasta de salud.

En tiempos recientes, los empresarios no solo han dejado de recibir en algunos casos apoyos institucionales que les permitan crecer, mantenerse y cumplir con su objetivo, además se han visto estigmatizados constantemente como personas que son sinónimo de corrupción, incluso hasta ser considerados como enemigos de un régimen.

Y por si algo faltara la pandemia que nos acecha ha provocado que las puertas de una gran cantidad de empresas, se hayan tenido que cerrar temporalmente y quizá algunas de ellas definitivamente, con lo que esto representa para los empresarios.

Ser empresario hoy, implica convertirse en el mejor marinero en medio de la tormenta, para evitar naufragar.