/ martes 3 de diciembre de 2019

Salir de tu zona de confort

Parece estar de moda esta expresión “Sal de tu zona de confort”. ¿Qué es estar ahí? ¿Cómo podemos darnos cuenta si estamos atrapados en ese tibio espacio? Estamos en nuestra zona de confort cuando preferimos estar pasivos y no complicarnos más de la cuenta, pues ante el mínimo esfuerzo nos damos cuenta que las mejores cosas implican esfuerzo, entonces mejor nos conformamos y “adaptamos” a lo que tenemos. Es un lugar cómodo, pero tibio, con pocas emociones, casi sin descubrimientos y la vida pasa como si nada hubiera pasado. No esta tan mal pero tampoco esta tan bueno.

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Si queremos buenas relaciones humanas con nuestra familia y amigos, con nuestros compañeros de trabajo o quien sea, hay que esforzarnos, ser tolerantes, amables, respetuosos. Si queremos un mejor trabajo hay que esforzarnos, estudiar, trabajar más, buscar estrategias, etc. Si queremos un cuerpo sano hay que esforzarnos hacer ejercicio, comer frutas, vegetales junto a una dieta inteligente. Si queremos aprender un nuevo idioma, hay que ejercitar la memoria, hay que entender una nueva estructura gramatical, hay que dedicarle tiempo estudiando, escuchando, hablando, quitarle los subtítulos a la película aunque en un principio duela la cabeza y te quedes dormido. Hay que esforzarse, en cada paso que dirigimos rumbo a un mejor yo, la palabra esfuerzo debe convertirse en acción que nos lleve más allá de la zona de confort.

Si estamos en un lugar seguro, con un trabajo estable, sin correr riesgos ¿para qué querer complicarnos con algo nuevo? Pues al estar adaptados en nuestra zona, también nos puede causar daño. Pues acomodarse también es estancarse, anclarse. Y nuestra mente y espíritu necesitan de estímulos de nuevos retos para crecer, pues al hacerlo le damos sentido a nuestra existencia. Vivir nuevas experiencias, conocer nuevos lugares y personas, aprender nuevas cosas, emprender, al hacerlo tomamos conciencia de nuestros retos, miedos y, en general, nuestro lado oscuro, sientes estrés, envidia por los que ya están donde tú quieres estar, sin embargo estas evolucionando. No somos perfectos pero podemos lograr mucho más de lo que tenemos tanto en lo material como en lo emocional, o espiritual. Cuidado si te sales de tu zona de confort.

Salir de tu zona de confort nos ayuda a tener una vida más rica en emociones, conocimiento y perspectivas. Nos permite evolucionar a una mejor versión de nosotros mismos, a conocernos mejor, ser mejores para nosotros mismos, para los que nos rodean y para el mundo. Personas interesantes y que han logrado metas no lo han hecho en su zona de confort. Es más, quienes aparentemente están más cómodas en sus hogares y con menos problemas desarrollan más fácilmente enfermedades como el alzhéimer. Así que, si crees que te están matando los problemas, probablemente sea lo contrario y deberías agradecer la oportunidad que las adversidades te presentan para desarrollar tu creatividad, tu dominio propio, tu crecimiento emocional y tener que salir de tu zona de confort.

Estamos en el maravilloso juego de la vida terrestre. El mundo es de todo menos aburrido. Es momento de arriesgarse y salir a buscar alguna meta por ahí. Salga de su zona de confort, aunque este viejo, discapacitado, pobre, enfermo o como sea.

Parece estar de moda esta expresión “Sal de tu zona de confort”. ¿Qué es estar ahí? ¿Cómo podemos darnos cuenta si estamos atrapados en ese tibio espacio? Estamos en nuestra zona de confort cuando preferimos estar pasivos y no complicarnos más de la cuenta, pues ante el mínimo esfuerzo nos damos cuenta que las mejores cosas implican esfuerzo, entonces mejor nos conformamos y “adaptamos” a lo que tenemos. Es un lugar cómodo, pero tibio, con pocas emociones, casi sin descubrimientos y la vida pasa como si nada hubiera pasado. No esta tan mal pero tampoco esta tan bueno.

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Si queremos buenas relaciones humanas con nuestra familia y amigos, con nuestros compañeros de trabajo o quien sea, hay que esforzarnos, ser tolerantes, amables, respetuosos. Si queremos un mejor trabajo hay que esforzarnos, estudiar, trabajar más, buscar estrategias, etc. Si queremos un cuerpo sano hay que esforzarnos hacer ejercicio, comer frutas, vegetales junto a una dieta inteligente. Si queremos aprender un nuevo idioma, hay que ejercitar la memoria, hay que entender una nueva estructura gramatical, hay que dedicarle tiempo estudiando, escuchando, hablando, quitarle los subtítulos a la película aunque en un principio duela la cabeza y te quedes dormido. Hay que esforzarse, en cada paso que dirigimos rumbo a un mejor yo, la palabra esfuerzo debe convertirse en acción que nos lleve más allá de la zona de confort.

Si estamos en un lugar seguro, con un trabajo estable, sin correr riesgos ¿para qué querer complicarnos con algo nuevo? Pues al estar adaptados en nuestra zona, también nos puede causar daño. Pues acomodarse también es estancarse, anclarse. Y nuestra mente y espíritu necesitan de estímulos de nuevos retos para crecer, pues al hacerlo le damos sentido a nuestra existencia. Vivir nuevas experiencias, conocer nuevos lugares y personas, aprender nuevas cosas, emprender, al hacerlo tomamos conciencia de nuestros retos, miedos y, en general, nuestro lado oscuro, sientes estrés, envidia por los que ya están donde tú quieres estar, sin embargo estas evolucionando. No somos perfectos pero podemos lograr mucho más de lo que tenemos tanto en lo material como en lo emocional, o espiritual. Cuidado si te sales de tu zona de confort.

Salir de tu zona de confort nos ayuda a tener una vida más rica en emociones, conocimiento y perspectivas. Nos permite evolucionar a una mejor versión de nosotros mismos, a conocernos mejor, ser mejores para nosotros mismos, para los que nos rodean y para el mundo. Personas interesantes y que han logrado metas no lo han hecho en su zona de confort. Es más, quienes aparentemente están más cómodas en sus hogares y con menos problemas desarrollan más fácilmente enfermedades como el alzhéimer. Así que, si crees que te están matando los problemas, probablemente sea lo contrario y deberías agradecer la oportunidad que las adversidades te presentan para desarrollar tu creatividad, tu dominio propio, tu crecimiento emocional y tener que salir de tu zona de confort.

Estamos en el maravilloso juego de la vida terrestre. El mundo es de todo menos aburrido. Es momento de arriesgarse y salir a buscar alguna meta por ahí. Salga de su zona de confort, aunque este viejo, discapacitado, pobre, enfermo o como sea.