“Somos revolucionarios, ¡esto es un asalto! Nadie se resista y nadie saldrá lastimado”… el 15 de enero de 1972 tres comandos armados integrados por hombres y mujeres jóvenes que no llegaban a los 30 años intentaban por medio de las armas cambiar el régimen de corrupción y represión que imperaba a lo largo y ancho de la patria. Para financiar la propaganda y la lucha armada realizaron acciones de “expropiación bancaria”.
Aquella fresca mañana de sábado en la entonces tranquila ciudad de Chihuahua se vería seriamente alterada, la acción guerrillera fue sorpresiva, sin embargo uno de los tres asaltos falló; (se dice que los estaban esperando) el ejército y la policía se encontraban presentes en la sucursal de Banco de Comercio, ahí en el enfrentamiento, pierde la vida Avelina Gallegos de tan sólo 23 años de edad y cae herido Oscar Montes, quien más adelante es ejecutado, los que toman prisioneros son “sopeados” por medio de terribles torturas para que denuncien a sus camaradas de armas. Diego Lucero es capturado y luego ejecutado por órdenes directas del entonces gobernador Oscar Flores Sánchez; a Juan Gilberto Flores Díaz de aplican la “ley fuga”, al camarada Asunción Carrillo lo torturaron hasta la muerte.
La importancia de esta hecho de armas no implicaba solamente hacerse de recursos económicos, era en primera instancia; una respuesta a la política de horror, represión y miedo implementada por los gobiernos gorilas de Días Ordaz y Luis Echeverría, contra los jóvenes a los que no se les permitía ni siquiera reunirse . Recordemos que ya habían sucedido la masacre del 2 de Octubre de 1968 y el “halconazo” del 10 de junio de 1971.
En segundo lugar “los guajiros” liderados principalmente por Diego Lucero, querían con su acción diseminar la lucha por otras latitudes para quitarle atención y presión a la lucha guerrillera que en ese momento encabezaba en la sierra del estado de Guerrero Lucio Cabañas Barrientos.
En tercer lugar reivindicaban la lucha iniciada por Arturo Gamiz García el 23 de septiembre de 1965 en Cd. Madera, Chih. Los comandos armados de ese día fueron bautizados con los nombres del propio Arturo Gamiz; de Oscar González Eguiarte, fusilado en Tesopaco, Son. Por el ejército y Carlos David Armendáriz Ponce miembro de la guerrilla de Oscar , cuyos restos se encuentran enterrados en el panteón municipal de Dolores de nuestra ciudad.
El sacrificio de estos jóvenes luchadores en busca de un país más justo y democrático, debe ahora cobrar una dimensión diferente. Recuerdo yo en ese entonces un niño de 8 años de edad que la noticia corrió como reguero de pólvora, los medios siempre del lado de la oligarquía insultaban a los jóvenes con términos como: terroristas, asaltantes, comunistas, bandidos, todos ellos para denostar, denigrar e insultar a los revolucionarios caídos, nada se dijo de sus ideales, de sus valores, de su desesperación y sus motivos para ofrendar su vida, todos o casi todos eran grandes estudiantes, ávidos lectores y excelentes intelectuales. El botín que se conseguiría sería destinado fundamentalmente para imprimir y repartir el periódico “Madera” órgano informativo en el que se arengaba al pueblo a organizarse.
Hoy a 50 años de aquella acción la 4T acaba de nombrar en Chihuahua, la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia por violaciones graves a Derechos Humanos cometidas de 1965 a 1990.
Esperemos se investiguen: tortura, asesinatos, secuestros y desapariciones forzadas, en todo el país.
Guerrero Rodríguez Villalobos | Profesor
