/ jueves 28 de julio de 2022

Reflexiones del Profe Guerre | Traidores

Fueron los conservadores los que ungieron como monarca de México a Agustín de Iturbide después del triunfo en la lucha por la independencia. Iturbide había sido uno de los más atroces y sanguinarios perseguidores del pueblo insurgente y sin embargo los que querían mantener sus privilegios buscando regresar por sus fueros, entre ellos españoles peninsulares y los criollos que arribaron al poder lo coronaron y luego ellos mismos lo traicionaron.

Vino una época convulsa que dividió al país entre liberales y conservadores, aquí entra en escena en la política nacional un hábil y en ese entonces joven militar, astuto y doble cara: Antonio López de Santa Anna, quien a través de su vida histórica es la viva imagen de la traición, fue presidente hasta por seis ocasiones, lo mismo se asumía liberal o conservador, según su conveniencia haciéndose llamar “Alteza Serenísima”. La última vez que fue presidente lo hizo invitado por la “eminencia gris” del conservadurismo de la época, Lucas Alamán, quien al invitarlo le dice palabras más palabras menos: “señor presidente no se preocupe el pueblo mexicano no tiene memoria, y además la opinión general la producimos nosotros, tenemos a todos los dueños de los periódicos y revistas de nuestro lado y controlamos a los Legisladores y al Congreso”. Cualquier parecido con la realidad del neoliberalismo que padecimos por 30 años, es mera coincidencia.

Después de Santa Anna y zarpazo territorial de los Estados Unidos, en la segunda gran transformación, llega el presidente Benito Juárez, quien al tratar de acabar los privilegios de los conservadores y la iglesia provoca la reacción de los traidores, quienes van a Europa a arrodillarse ante un príncipe extranjero ofreciéndole que venga a gobernar nuestro país. De nuevo el pueblo resulta mucha pieza y durante tres años el presidente Juárez y su carreta itinerante recorre el país con el apoyo de la gente, al final de esta aventura Maximiliano de Habsburgo cae fusilado en 1867 en el Cerro de las Campanas.

Cuando Juárez muere el país vuelve a convulsionar y los conservadores del momento se suman al General Porfirio Diaz. Aunque el país logró modernizarse todo su progreso se sustenta en el trabajo casi esclavo que se realiza en “las haciendas”, muchas de ellas de dueños extranjeros o personalidades fifís que al amparo del gobierno porfirista se apoderaron de enormes extensiones de tierra y generaron la inconformidad social, que fue el caldo propicio para la tercera transformación; la Revolución Mexicana iniciada en 1910 por Francisco I. Madero. Los traidores son los mismos que en 1919 ordenaron el asesinato de Emiliano Zapata y los que en 1923 quitaron la vida al Centauro del Norte General Francisco Villa y aquellos que en 1939 fundaron el PAN en contra de las políticas populares y nacionalistas del General Lázaro Cárdenas…

Hoy en tiempos de la Cuarta Transformación, son los mismos fantoches que se lamen los bigotes cuando el gobierno de los Estados Unidos hace el anuncio de revisar la política energética del TMEC y piensan que con eso IBERDROLA podrá pisotear la Soberanía Nacional, se equivocan los traidores de siempre, hoy tenemos un gobierno digno y responsable, respaldado por el pueblo que no busca el enriquecimiento y privilegios de unos cuantos, hoy CFE y PEMEX nos regresan soberanía y son palanca del desarrollo de un pueblo que ya despertó hay un viejo adagio que dice: “quien traiciona una vez, traiciona siempre” y por eso los traidores no pasarán y entre todos cuidaremos que no vuelvan por sus fueros.


Guerrero Rodríguez Villalobos | Profesor Jubilado

Fueron los conservadores los que ungieron como monarca de México a Agustín de Iturbide después del triunfo en la lucha por la independencia. Iturbide había sido uno de los más atroces y sanguinarios perseguidores del pueblo insurgente y sin embargo los que querían mantener sus privilegios buscando regresar por sus fueros, entre ellos españoles peninsulares y los criollos que arribaron al poder lo coronaron y luego ellos mismos lo traicionaron.

Vino una época convulsa que dividió al país entre liberales y conservadores, aquí entra en escena en la política nacional un hábil y en ese entonces joven militar, astuto y doble cara: Antonio López de Santa Anna, quien a través de su vida histórica es la viva imagen de la traición, fue presidente hasta por seis ocasiones, lo mismo se asumía liberal o conservador, según su conveniencia haciéndose llamar “Alteza Serenísima”. La última vez que fue presidente lo hizo invitado por la “eminencia gris” del conservadurismo de la época, Lucas Alamán, quien al invitarlo le dice palabras más palabras menos: “señor presidente no se preocupe el pueblo mexicano no tiene memoria, y además la opinión general la producimos nosotros, tenemos a todos los dueños de los periódicos y revistas de nuestro lado y controlamos a los Legisladores y al Congreso”. Cualquier parecido con la realidad del neoliberalismo que padecimos por 30 años, es mera coincidencia.

Después de Santa Anna y zarpazo territorial de los Estados Unidos, en la segunda gran transformación, llega el presidente Benito Juárez, quien al tratar de acabar los privilegios de los conservadores y la iglesia provoca la reacción de los traidores, quienes van a Europa a arrodillarse ante un príncipe extranjero ofreciéndole que venga a gobernar nuestro país. De nuevo el pueblo resulta mucha pieza y durante tres años el presidente Juárez y su carreta itinerante recorre el país con el apoyo de la gente, al final de esta aventura Maximiliano de Habsburgo cae fusilado en 1867 en el Cerro de las Campanas.

Cuando Juárez muere el país vuelve a convulsionar y los conservadores del momento se suman al General Porfirio Diaz. Aunque el país logró modernizarse todo su progreso se sustenta en el trabajo casi esclavo que se realiza en “las haciendas”, muchas de ellas de dueños extranjeros o personalidades fifís que al amparo del gobierno porfirista se apoderaron de enormes extensiones de tierra y generaron la inconformidad social, que fue el caldo propicio para la tercera transformación; la Revolución Mexicana iniciada en 1910 por Francisco I. Madero. Los traidores son los mismos que en 1919 ordenaron el asesinato de Emiliano Zapata y los que en 1923 quitaron la vida al Centauro del Norte General Francisco Villa y aquellos que en 1939 fundaron el PAN en contra de las políticas populares y nacionalistas del General Lázaro Cárdenas…

Hoy en tiempos de la Cuarta Transformación, son los mismos fantoches que se lamen los bigotes cuando el gobierno de los Estados Unidos hace el anuncio de revisar la política energética del TMEC y piensan que con eso IBERDROLA podrá pisotear la Soberanía Nacional, se equivocan los traidores de siempre, hoy tenemos un gobierno digno y responsable, respaldado por el pueblo que no busca el enriquecimiento y privilegios de unos cuantos, hoy CFE y PEMEX nos regresan soberanía y son palanca del desarrollo de un pueblo que ya despertó hay un viejo adagio que dice: “quien traiciona una vez, traiciona siempre” y por eso los traidores no pasarán y entre todos cuidaremos que no vuelvan por sus fueros.


Guerrero Rodríguez Villalobos | Profesor Jubilado