/ jueves 4 de noviembre de 2021

Reflexiones del Profe Guerre | Serie Mundial

Sobre el campo verde y la tierra dura,

Corren nueve jugadores tras la bola:

Allá uno que lanza, otro que batea de rola,

Es el juego de pelota que perdura…

Poema de Lenin Guevara.

Terminó el pasado martes 2 de noviembre una temporada más de Grandes Ligas de este hermoso y apasionante deporte, que es el rey de todos ellos, el beisbol. Una ronda final después de casi 120 juegos de constante frenesí, donde sin duda llegan los mejores, los que por sus propios méritos lograron alcanzar la SERIE MUNDIAL. Esta ronda que aunque oficialmente se juega sólo en Estados Unidos y muy ocasionalmente en Canadá, reúne entre sus equipos a los deportistas más destacados de este luminoso deporte.

Para orgullo nuestro, muchos de estos atletas son latinoamericanos, sobre todo caribeños, de sangre caliente, muchachos de color y sabor latino… dominicanos, puertorriqueños, venezolanos, mexicanos, cubanos, la mayoría de ellos de origen humilde pero con dotes extraordinarias.

Lo más granado: grandes bateadores, extraordinarios lanzadores, fildeadores plásticos y suicidas, velocistas en las bases, la pelota caliente de Grandes Ligas se juega a máxima velocidad; el más mínimo parpadeo hace de una rola de botes altos un hit y de cualquier línea a los jardines un doblete; los lanzadores alcanzan en sus disparos velocidades de hasta 105 millas y con sus brazos de goma, lanzan curvas y cambios de 75, 80 o 90 millas. Por eso batear es tan complicado y sin embargo, hay atletas que chocan con esos lanzamientos y depositan detrás de la barda, kilométricos batazos que hacen rugir de emoción los estadios y fluir toneladas de adrenalina.

Me dio mucho gusto ver los estadios de nuevo colmados de aficionados, muchos ya sin usar el cubre bocas, Estados Unidos es de los países más avanzados en la cobertura de vacunación. Este año, la final fue para los Bravos de Atlanta, que pasaron por encima de los Astros de Houston, llevando la serie hasta un sexto juego, para llegar a la final Los Bravos, tuvieron que superar al campeón del año pasado, un equipo muy querido por la afición mexicana: Dodgers de los Ángeles, escuadra donde un histórico pelotero sonorense se consagró y abrió camino para muchos otros que se han fajado en el mejor beisbol del mundo el Toro Fernando Valenzuela, que al igual que Julio Urías, llegó muy joven al equipo californiano y escribió una página gloriosa en el deporte.

Hoy hay muchos jóvenes intentando ganarse un lugar en uno de los tantos equipos que componen la liga nacional y la liga americana, dentro de 150 días aproximadamente veremos renacer la historia y volveremos a admirar los cuadrangulares, los doble play, las atrapadas, los juegos sin hit ni carrera, de éste que es sin lugar a dudas: el espíritu de américa como lo dijera el cronista de época; “el mago Septién” y junto con el futbol americano y el basquetbol, los deportes que reúnen a las familias y que le dan substancia y buena economía a muchas ciudades de la unión americana. Un gran negocio para ser deporte y un gran deporte para hacer negocio, del béisbol se venden todos tipos de suvenires: cachuchas, camisetas, chamarras, guantes, pelotas, etc. Desde las series divisionales hasta el campeonato de la liga nacional y americana, hasta concluir con la cereza del pastel LA SERIE MUNDIAL, que se juega a ganar cuatro de siete, por los próximos cinco meses los Bravos de Atlanta, ¡serán campeones!


Guerrero Rodríguez Villalobos | Profesor

Sobre el campo verde y la tierra dura,

Corren nueve jugadores tras la bola:

Allá uno que lanza, otro que batea de rola,

Es el juego de pelota que perdura…

Poema de Lenin Guevara.

Terminó el pasado martes 2 de noviembre una temporada más de Grandes Ligas de este hermoso y apasionante deporte, que es el rey de todos ellos, el beisbol. Una ronda final después de casi 120 juegos de constante frenesí, donde sin duda llegan los mejores, los que por sus propios méritos lograron alcanzar la SERIE MUNDIAL. Esta ronda que aunque oficialmente se juega sólo en Estados Unidos y muy ocasionalmente en Canadá, reúne entre sus equipos a los deportistas más destacados de este luminoso deporte.

Para orgullo nuestro, muchos de estos atletas son latinoamericanos, sobre todo caribeños, de sangre caliente, muchachos de color y sabor latino… dominicanos, puertorriqueños, venezolanos, mexicanos, cubanos, la mayoría de ellos de origen humilde pero con dotes extraordinarias.

Lo más granado: grandes bateadores, extraordinarios lanzadores, fildeadores plásticos y suicidas, velocistas en las bases, la pelota caliente de Grandes Ligas se juega a máxima velocidad; el más mínimo parpadeo hace de una rola de botes altos un hit y de cualquier línea a los jardines un doblete; los lanzadores alcanzan en sus disparos velocidades de hasta 105 millas y con sus brazos de goma, lanzan curvas y cambios de 75, 80 o 90 millas. Por eso batear es tan complicado y sin embargo, hay atletas que chocan con esos lanzamientos y depositan detrás de la barda, kilométricos batazos que hacen rugir de emoción los estadios y fluir toneladas de adrenalina.

Me dio mucho gusto ver los estadios de nuevo colmados de aficionados, muchos ya sin usar el cubre bocas, Estados Unidos es de los países más avanzados en la cobertura de vacunación. Este año, la final fue para los Bravos de Atlanta, que pasaron por encima de los Astros de Houston, llevando la serie hasta un sexto juego, para llegar a la final Los Bravos, tuvieron que superar al campeón del año pasado, un equipo muy querido por la afición mexicana: Dodgers de los Ángeles, escuadra donde un histórico pelotero sonorense se consagró y abrió camino para muchos otros que se han fajado en el mejor beisbol del mundo el Toro Fernando Valenzuela, que al igual que Julio Urías, llegó muy joven al equipo californiano y escribió una página gloriosa en el deporte.

Hoy hay muchos jóvenes intentando ganarse un lugar en uno de los tantos equipos que componen la liga nacional y la liga americana, dentro de 150 días aproximadamente veremos renacer la historia y volveremos a admirar los cuadrangulares, los doble play, las atrapadas, los juegos sin hit ni carrera, de éste que es sin lugar a dudas: el espíritu de américa como lo dijera el cronista de época; “el mago Septién” y junto con el futbol americano y el basquetbol, los deportes que reúnen a las familias y que le dan substancia y buena economía a muchas ciudades de la unión americana. Un gran negocio para ser deporte y un gran deporte para hacer negocio, del béisbol se venden todos tipos de suvenires: cachuchas, camisetas, chamarras, guantes, pelotas, etc. Desde las series divisionales hasta el campeonato de la liga nacional y americana, hasta concluir con la cereza del pastel LA SERIE MUNDIAL, que se juega a ganar cuatro de siete, por los próximos cinco meses los Bravos de Atlanta, ¡serán campeones!


Guerrero Rodríguez Villalobos | Profesor