/ jueves 20 de enero de 2022

Reflexiones del profe Guerre | Diplomacia Mexicana... Las Disyuntivas

El nombramiento de Cónsules y Embajadores por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en días pasados, causó polémica en el sector político y dio “carnita” a la comentocracia, para de nuevo denostar y golpetear al mandatario mexicano.

En muchas ocasiones las embajadas eran convertidas en premios o castigos del FARAÓN en turno, a los que se atrevían a disentir con el todopoderoso presidente de la nación, eran mandados “a Timbuktú” para que se reeducaran y volvieran al redil, por otro lado, quienes eran serviles o tenían negocios e influencias en el partidazo (léase PRIAN), eran premiados enviándolos al Consulado o Embajada de su preferencia.

La decisión de López Obrador de enviar a Carlos Miguel Aysa y Claudia Pavlovich Arellano, ambos gobernadores de oposición y cuestionados por su partido morena, hacen que se les pongan “los pelos de punta” a la oposición, moralmente derrotada. De inmediato el dirigente o gerente del PRI Alito Moreno menciona que si los gobernadores aceptan el encargo serán expulsados del partido, de verdad que sus declaraciones mueven a risa.

Representar a México en el extranjero es una gran responsabilidad, y debe ser un timbre de orgullo para cualquier mexicano, es curioso que sea la oposición quien ponga “el grito en el cielo” demostrando su absoluta mezquindad y sectarismo; para ellos el poder y el gobierno es sólo un botín de guerra para compartirlo como los piratas con sus corsarios.

La acción del presidente de compartir el poder y enviar escritores, periodistas, políticos y diplomáticos de carrera de todos los pensamientos, a representarnos en todas las latitudes, es también una muestra de que la transformación está en marcha de los 15 nombramientos que se dan sólo 2 de ellos son cercanos al movimiento que lo llevó al poder, Leopoldo de Gyves y el historiados Pedro Salmerón, los reclamos en todo caso deberían venir del interior de morena (piensa la oposición), sin embargo se acepta la decisión de enviar los nombres al senado donde se ratificarán o serán rechazadas las propuestas.

Quienes queden en el encargo deberán cumplir con la encomienda plegados a los preceptos Constitucionales que en el escenario de las naciones le han dado a México, prestigio y honra. La política de no intervención en los asuntos de países soberanos y la solución pacífica de los conflictos mediante el diálogo, ha sido una de las divisas que México como nación, ha aportado al mundo. Nuestra república, ha servido de sede como país neutral para que países donde por mucho tiempo han permanecido en guerras fratricidas, los contendientes de ellas, se sienten a negociar y alcancen acuerdos de paz, como el caso de algunos países centroamericanos, recuerdo en estos momentos a Nicaragua y a El Salvador.

La disyuntiva de sumarse al proceso de transformación queda entonces en manos, primero de los protagonistas, que deberán ser consultados para que ratifiquen su propuesta y en el caso de los priistas “pedirle permiso a Alito Moreno” también el balón queda en la cancha del Senado, por cierto, de amplia mayoría morenista, en mi humilde opinión, este asunto es como diría Shakespeare “ser o no ser”, y yo agregaría “dejar de ser” porque en las actuales circunstancias y ante la perspectiva de los políticos cuestionados ¿qué será mejor? Ir a representar a México con dignidad en el gobierno de la Cuarta Transformación o quedarse para siempre en el basurero de la historia obedeciendo al execrable dirigente del PRI… he ahí la disyuntiva.


Guerrero Rodríguez Villalobos | Profesor

El nombramiento de Cónsules y Embajadores por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en días pasados, causó polémica en el sector político y dio “carnita” a la comentocracia, para de nuevo denostar y golpetear al mandatario mexicano.

En muchas ocasiones las embajadas eran convertidas en premios o castigos del FARAÓN en turno, a los que se atrevían a disentir con el todopoderoso presidente de la nación, eran mandados “a Timbuktú” para que se reeducaran y volvieran al redil, por otro lado, quienes eran serviles o tenían negocios e influencias en el partidazo (léase PRIAN), eran premiados enviándolos al Consulado o Embajada de su preferencia.

La decisión de López Obrador de enviar a Carlos Miguel Aysa y Claudia Pavlovich Arellano, ambos gobernadores de oposición y cuestionados por su partido morena, hacen que se les pongan “los pelos de punta” a la oposición, moralmente derrotada. De inmediato el dirigente o gerente del PRI Alito Moreno menciona que si los gobernadores aceptan el encargo serán expulsados del partido, de verdad que sus declaraciones mueven a risa.

Representar a México en el extranjero es una gran responsabilidad, y debe ser un timbre de orgullo para cualquier mexicano, es curioso que sea la oposición quien ponga “el grito en el cielo” demostrando su absoluta mezquindad y sectarismo; para ellos el poder y el gobierno es sólo un botín de guerra para compartirlo como los piratas con sus corsarios.

La acción del presidente de compartir el poder y enviar escritores, periodistas, políticos y diplomáticos de carrera de todos los pensamientos, a representarnos en todas las latitudes, es también una muestra de que la transformación está en marcha de los 15 nombramientos que se dan sólo 2 de ellos son cercanos al movimiento que lo llevó al poder, Leopoldo de Gyves y el historiados Pedro Salmerón, los reclamos en todo caso deberían venir del interior de morena (piensa la oposición), sin embargo se acepta la decisión de enviar los nombres al senado donde se ratificarán o serán rechazadas las propuestas.

Quienes queden en el encargo deberán cumplir con la encomienda plegados a los preceptos Constitucionales que en el escenario de las naciones le han dado a México, prestigio y honra. La política de no intervención en los asuntos de países soberanos y la solución pacífica de los conflictos mediante el diálogo, ha sido una de las divisas que México como nación, ha aportado al mundo. Nuestra república, ha servido de sede como país neutral para que países donde por mucho tiempo han permanecido en guerras fratricidas, los contendientes de ellas, se sienten a negociar y alcancen acuerdos de paz, como el caso de algunos países centroamericanos, recuerdo en estos momentos a Nicaragua y a El Salvador.

La disyuntiva de sumarse al proceso de transformación queda entonces en manos, primero de los protagonistas, que deberán ser consultados para que ratifiquen su propuesta y en el caso de los priistas “pedirle permiso a Alito Moreno” también el balón queda en la cancha del Senado, por cierto, de amplia mayoría morenista, en mi humilde opinión, este asunto es como diría Shakespeare “ser o no ser”, y yo agregaría “dejar de ser” porque en las actuales circunstancias y ante la perspectiva de los políticos cuestionados ¿qué será mejor? Ir a representar a México con dignidad en el gobierno de la Cuarta Transformación o quedarse para siempre en el basurero de la historia obedeciendo al execrable dirigente del PRI… he ahí la disyuntiva.


Guerrero Rodríguez Villalobos | Profesor