/ jueves 6 de mayo de 2021

Punto Gelido | Un abrazo de mamá

La nostalgia por instantes se hace presente, la costumbre encuentra una pared invisible, la razón se confunde en el laberinto de las explicaciones, la necesidad se convierte en un volcán que no puede hacer erupción, la sangre llama y los sentimientos se desbordan en el caudal intenso del deseo, en ese inquieto deseo de recibir un abrazo de mamá y sentir el refugio de su pecho cálido y el suave cobijo de sus brazos fuertes.

Y cómo no desear un abrazo de mamá, si desde el mismo instante en que la vida floreció, ella nos abrazó en su vientre, no existió, pero, ni condición. El amor iluminó su rostro, la vida dibujó una ilusión en el horizonte de su futuro, su presente se transformó dejando a un costado jerarquías, prioridades y sueños. Con la fe puesta en el futuro ella extendió sus brazos para convertirlos en puentes hacia la libertad de crecer, de volar, de ser del hijo amado. Los abrazos se convirtieron en consejos, en regaños, en oraciones, en confianza, los abrazos fueron siempre las más bellas muestras de amor.

Y es que no son los brazos, ni las manos, sino la forma en que te hacen sentir, para responder a la más simple caricia de mamá, donde el tiempo parece detenerse, en medio de un paraíso que yace en lo más íntimo del ser, donde los pétalos del sentido y el equilibrio adornan el sendero majestuoso de la esencia, es ella quien nos lleva a una armonía con la naturaleza, con la vida misma, no abrazar a mamá, es negarse el sagrado privilegio de abrasarse a sí mismo.

Un abrazo de mamá es un ramillete de bellas sensaciones, que se adornan con el dulce timbre de su voz, que se enriquece con el valor de un sabio consejo. Caricias que hacen vibrar la piel con el suave roce de sus manos y que estremecen el alma con la ternura de sus labios, cuando nos regala un beso. La fragancia de mamá es el más rico perfume que evoca recuerdos, que llena de identidad y que alienta el espíritu. Contemplar su rostro iluminado después de un abrazo, es disfrutar de la presencia celestial.

Estar en los brazos de mamá, es estar en un santuario donde se encuentra la calma, la alegría, donde el alma se llena de paz, es encontrar abrigo, apoyo incondicional, perdón a pesar de los errores, en los brazos de mamá los sentimientos que en ocasiones ruedan por las mejillas, se pierden en el pañuelo de la comprensión que siempre lleva en sus manos, en su ser y en su corazón.

El tiempo no es una condición, para abrazar a mamá no hay día, ni horario, ni ocasión especial, todos los momentos son ideales para sentir el calor, la ternura y el amor que solo ella sabe entregar en el acto sencillo de abrazar el cuerpo y el alma. La edad es solo un mensaje, que da testimonio de que cada vez hay menos tiempo para abrazarle.

Hoy te extraño más que nunca mamá, sé que te puedo ver, escuchar, pero no puedo sentir el refugio de tu pecho cálido y el suave cobijo de tus brazos fuertes, contemplo la esperanza de que pronto los abrazos vuelvan a ser normales. Porque sé, bien que sé, que un abrazo de mamá es una sublime muestra de amor que llena el alma, es siempre una bendición.

¡Un abrazo para todas las mamás, feliz día!


La nostalgia por instantes se hace presente, la costumbre encuentra una pared invisible, la razón se confunde en el laberinto de las explicaciones, la necesidad se convierte en un volcán que no puede hacer erupción, la sangre llama y los sentimientos se desbordan en el caudal intenso del deseo, en ese inquieto deseo de recibir un abrazo de mamá y sentir el refugio de su pecho cálido y el suave cobijo de sus brazos fuertes.

Y cómo no desear un abrazo de mamá, si desde el mismo instante en que la vida floreció, ella nos abrazó en su vientre, no existió, pero, ni condición. El amor iluminó su rostro, la vida dibujó una ilusión en el horizonte de su futuro, su presente se transformó dejando a un costado jerarquías, prioridades y sueños. Con la fe puesta en el futuro ella extendió sus brazos para convertirlos en puentes hacia la libertad de crecer, de volar, de ser del hijo amado. Los abrazos se convirtieron en consejos, en regaños, en oraciones, en confianza, los abrazos fueron siempre las más bellas muestras de amor.

Y es que no son los brazos, ni las manos, sino la forma en que te hacen sentir, para responder a la más simple caricia de mamá, donde el tiempo parece detenerse, en medio de un paraíso que yace en lo más íntimo del ser, donde los pétalos del sentido y el equilibrio adornan el sendero majestuoso de la esencia, es ella quien nos lleva a una armonía con la naturaleza, con la vida misma, no abrazar a mamá, es negarse el sagrado privilegio de abrasarse a sí mismo.

Un abrazo de mamá es un ramillete de bellas sensaciones, que se adornan con el dulce timbre de su voz, que se enriquece con el valor de un sabio consejo. Caricias que hacen vibrar la piel con el suave roce de sus manos y que estremecen el alma con la ternura de sus labios, cuando nos regala un beso. La fragancia de mamá es el más rico perfume que evoca recuerdos, que llena de identidad y que alienta el espíritu. Contemplar su rostro iluminado después de un abrazo, es disfrutar de la presencia celestial.

Estar en los brazos de mamá, es estar en un santuario donde se encuentra la calma, la alegría, donde el alma se llena de paz, es encontrar abrigo, apoyo incondicional, perdón a pesar de los errores, en los brazos de mamá los sentimientos que en ocasiones ruedan por las mejillas, se pierden en el pañuelo de la comprensión que siempre lleva en sus manos, en su ser y en su corazón.

El tiempo no es una condición, para abrazar a mamá no hay día, ni horario, ni ocasión especial, todos los momentos son ideales para sentir el calor, la ternura y el amor que solo ella sabe entregar en el acto sencillo de abrazar el cuerpo y el alma. La edad es solo un mensaje, que da testimonio de que cada vez hay menos tiempo para abrazarle.

Hoy te extraño más que nunca mamá, sé que te puedo ver, escuchar, pero no puedo sentir el refugio de tu pecho cálido y el suave cobijo de tus brazos fuertes, contemplo la esperanza de que pronto los abrazos vuelvan a ser normales. Porque sé, bien que sé, que un abrazo de mamá es una sublime muestra de amor que llena el alma, es siempre una bendición.

¡Un abrazo para todas las mamás, feliz día!