/ jueves 8 de octubre de 2020

Punto Gelido | Superando Olas

Estoy sentado frente al mar, a lo lejos se observa una persona sorteando las olas, su actitud capta mi atención, pues de forma desesperada intenta una y otra vez mantener el equilibrio, a la vez que las olas lo envestirlo como un toro embravecido sin control, el episodio pareciera no tener fin pues apenas logra superar una ola, cuando de frente se aproxima una más, no existe ningún patrón que se repita, todas son diferentes; una más grandes, otras más chicas, unas tranquilas, otras más violentas, sin embargo el objetivo siempre es el mismo, hacer gala de la destreza para mantenerse en el mar con la vertical bien firme, de lo contrario el mar con su fuerza implacable lo tomara como su prisionero, arrastrándolo a las celdas de su inmensidad.

La reflexión se impone y las odiosas pero, aleccionadoras comparaciones hacen acto de presencia, es inevitable comparar la actitud y el tesón de aquella persona para enfrentar las interminables olas, con lo que en su cotidiano vivir los seres humanos realizamos, en donde cada situación, problema, oportunidad, es como una ola del mar. A diario enfrentamos un sin número de situaciones de diferente tipo, que ponen a prueba nuestra fortaleza y nuestra habilidad para mantener la ecuanimidad y la vertical bien firme, igual que en las olas del mar se presentan situaciones cómodas, suaves y hasta placenteras, paro de pronto la incertidumbre viene acompañada de situación poco agradables que representan un reto mayor, que es preciso superar.

Cuando desfallecemos y nos damos por vencidos por que no queremos o no podemos superar esos retos en forma de olas que la vida nos presenta, entonces igual que el mar somos atrapados y arrastrados a las entrañas de la frustración y el fracaso o bien a las propias entrañas de la inmensa madre tierra.

Quien fue prevenido y se preparó con esfuerzo y dedicación, para lograr desarrollar la habilidad de aprender a nadar, tendrá a su favor una herramienta más para lograr enfrentar y superar con éxito las majestuosas olas que el mar le ponga al frente, no así aquellas personas que se durmieron en su comodidad, en su falta de visión y nunca se preocuparon por aprender a nadar, el riesgo de sucumbir siempre será mayor.

Lo mismo es para cada ser humano, quien tiene la virtud de desarrollar una visión y se preocupó por estudiar, por informarse, por cultivar sus valores y responsabilidades, entre muchas otras cosas, tendrá siempre una fortaleza más para enfrentar con éxito la ola de retos, de lecciones y oportunidades que la vida le ponga al frente, hay de aquellos a quienes las olas de la vida los encuentren dormidos cómodamente en sus aposentos, seguramente serán implacables con ellos y difícilmente podrán mantener la ecuanimidad y la vertical. Aprende a sortear las olas que la vida te presente y recuerda siempre que ninguna será igual.

Superar las olas que la vida te presenta día con día, es un escenario que no tiene final mientras recibas la gracia de existir, prepárate para ello se requiere de esfuerzo, pero también aprende a disfrutarlo.

Estoy sentado frente al mar, a lo lejos se observa una persona sorteando las olas, su actitud capta mi atención, pues de forma desesperada intenta una y otra vez mantener el equilibrio, a la vez que las olas lo envestirlo como un toro embravecido sin control, el episodio pareciera no tener fin pues apenas logra superar una ola, cuando de frente se aproxima una más, no existe ningún patrón que se repita, todas son diferentes; una más grandes, otras más chicas, unas tranquilas, otras más violentas, sin embargo el objetivo siempre es el mismo, hacer gala de la destreza para mantenerse en el mar con la vertical bien firme, de lo contrario el mar con su fuerza implacable lo tomara como su prisionero, arrastrándolo a las celdas de su inmensidad.

La reflexión se impone y las odiosas pero, aleccionadoras comparaciones hacen acto de presencia, es inevitable comparar la actitud y el tesón de aquella persona para enfrentar las interminables olas, con lo que en su cotidiano vivir los seres humanos realizamos, en donde cada situación, problema, oportunidad, es como una ola del mar. A diario enfrentamos un sin número de situaciones de diferente tipo, que ponen a prueba nuestra fortaleza y nuestra habilidad para mantener la ecuanimidad y la vertical bien firme, igual que en las olas del mar se presentan situaciones cómodas, suaves y hasta placenteras, paro de pronto la incertidumbre viene acompañada de situación poco agradables que representan un reto mayor, que es preciso superar.

Cuando desfallecemos y nos damos por vencidos por que no queremos o no podemos superar esos retos en forma de olas que la vida nos presenta, entonces igual que el mar somos atrapados y arrastrados a las entrañas de la frustración y el fracaso o bien a las propias entrañas de la inmensa madre tierra.

Quien fue prevenido y se preparó con esfuerzo y dedicación, para lograr desarrollar la habilidad de aprender a nadar, tendrá a su favor una herramienta más para lograr enfrentar y superar con éxito las majestuosas olas que el mar le ponga al frente, no así aquellas personas que se durmieron en su comodidad, en su falta de visión y nunca se preocuparon por aprender a nadar, el riesgo de sucumbir siempre será mayor.

Lo mismo es para cada ser humano, quien tiene la virtud de desarrollar una visión y se preocupó por estudiar, por informarse, por cultivar sus valores y responsabilidades, entre muchas otras cosas, tendrá siempre una fortaleza más para enfrentar con éxito la ola de retos, de lecciones y oportunidades que la vida le ponga al frente, hay de aquellos a quienes las olas de la vida los encuentren dormidos cómodamente en sus aposentos, seguramente serán implacables con ellos y difícilmente podrán mantener la ecuanimidad y la vertical. Aprende a sortear las olas que la vida te presente y recuerda siempre que ninguna será igual.

Superar las olas que la vida te presenta día con día, es un escenario que no tiene final mientras recibas la gracia de existir, prepárate para ello se requiere de esfuerzo, pero también aprende a disfrutarlo.