/ jueves 22 de octubre de 2020

Punto gélido | Soldados de bata blanca

En este viaje llamado año 2020, las circunstancias han provocado que al hacer un recuento de los pasajeros en esta 10ma estación, encontremos que lamentablemente nos faltan algunos soldados de bata blanca, ellos han perdido la batalla ante el enemigo invisible, lucharon con honor, con ética y con amor a su profesión, hoy sus compañeros honran su memoria y siguen en pie de lucha, hasta lograr la victoria total.

La vida es caprichosa y en ella se juega una guerra constante por la existencia, hoy los soldados han dejado su traje camuflajeado y se han vuelto más visibles que nunca con su bata blanca, sus armas en contrasentido no son utilizadas para herir, al contrario, se usan para sanar las estragos que causa un enemigo diminuto e invisible, pero contagioso y agresivo. Normalmente preparados para desempeñar su profesión, hoy los soldados de bata blanca han tenido que adaptarse con premura a estrategias muy diversas que exigen su máxima concentración y el desarrollo de nuevas habilidades.

El campo de batalla se extiende a todos los lugares, incluso del planeta, el enemigo ha sorprendido de tal forma, que ha encontrado a los soldados de bata blanca en circunstancias muy adversas en cuanto a infraestructura, equipamiento hospitalario y no se diga de su equipo de protección personal, la improvisación desafortunadamente ha tenido que ser una constante. De las materias primas necesarias para combatir al enemigo (medicamento, exámenes y más) la realidad no es muy diferente.

Estar ineludiblemente todos los días y a cada momento en el denominado frente de batalla, ha provocado en estos soldados de bata blanca un cansancio extremo, que no solo afecta su salud física, sino también su salud emocional, familiar, social y más. Sin embargo, ellos permanecen estoicos en el cumplimiento de su Juramento Hipocrático, su misión es preservar la salud y la vida de sus semejantes, sin importar que en ese ejercicio profesional vaya su salud e incluso su propia vida de por medio.

El 23 de octubre se celebra el “Día del Médico” con ello se busca reconocer la labor de todas las médicas y médicos que salvan vidas y ofrecen una esperanza a todos de tener una mejor calidad vida. Hoy más que nunca celebrar y reconocer a estos soldados de bata blanca es más que merecido, ellos nos han ofrecido en esta pandemia que nos aqueja, siempre su mejor esfuerzo; quizá unas emotivas palabras, un presente o un abrazo sean más que obligadas para felicitarlos, ellos merecen sentirse reconocidos, importantes, necesitan revitalizar su autoestima, sus energías, su entusiasmo, para continuar en el frente de batalla hasta vencer a este enemigo invisible.

Sin embargo creo que la mejor forma de reconocer a estos soldados de bata blanca, es cumpliendo con todas las recomendaciones emitidas por las autoridades de salud, para evitar que esta pandemia siga creciendo, hagámosle el mejor regalo a ellos, no nos convirtamos en pacientes solo por ser necios y negligentes. Ya no queremos más bajas, las lágrimas ya han sido suficientes.

Con el mayor respeto, reconocimiento y agradecimiento, ¡Feliz Día del Médico!

En este viaje llamado año 2020, las circunstancias han provocado que al hacer un recuento de los pasajeros en esta 10ma estación, encontremos que lamentablemente nos faltan algunos soldados de bata blanca, ellos han perdido la batalla ante el enemigo invisible, lucharon con honor, con ética y con amor a su profesión, hoy sus compañeros honran su memoria y siguen en pie de lucha, hasta lograr la victoria total.

La vida es caprichosa y en ella se juega una guerra constante por la existencia, hoy los soldados han dejado su traje camuflajeado y se han vuelto más visibles que nunca con su bata blanca, sus armas en contrasentido no son utilizadas para herir, al contrario, se usan para sanar las estragos que causa un enemigo diminuto e invisible, pero contagioso y agresivo. Normalmente preparados para desempeñar su profesión, hoy los soldados de bata blanca han tenido que adaptarse con premura a estrategias muy diversas que exigen su máxima concentración y el desarrollo de nuevas habilidades.

El campo de batalla se extiende a todos los lugares, incluso del planeta, el enemigo ha sorprendido de tal forma, que ha encontrado a los soldados de bata blanca en circunstancias muy adversas en cuanto a infraestructura, equipamiento hospitalario y no se diga de su equipo de protección personal, la improvisación desafortunadamente ha tenido que ser una constante. De las materias primas necesarias para combatir al enemigo (medicamento, exámenes y más) la realidad no es muy diferente.

Estar ineludiblemente todos los días y a cada momento en el denominado frente de batalla, ha provocado en estos soldados de bata blanca un cansancio extremo, que no solo afecta su salud física, sino también su salud emocional, familiar, social y más. Sin embargo, ellos permanecen estoicos en el cumplimiento de su Juramento Hipocrático, su misión es preservar la salud y la vida de sus semejantes, sin importar que en ese ejercicio profesional vaya su salud e incluso su propia vida de por medio.

El 23 de octubre se celebra el “Día del Médico” con ello se busca reconocer la labor de todas las médicas y médicos que salvan vidas y ofrecen una esperanza a todos de tener una mejor calidad vida. Hoy más que nunca celebrar y reconocer a estos soldados de bata blanca es más que merecido, ellos nos han ofrecido en esta pandemia que nos aqueja, siempre su mejor esfuerzo; quizá unas emotivas palabras, un presente o un abrazo sean más que obligadas para felicitarlos, ellos merecen sentirse reconocidos, importantes, necesitan revitalizar su autoestima, sus energías, su entusiasmo, para continuar en el frente de batalla hasta vencer a este enemigo invisible.

Sin embargo creo que la mejor forma de reconocer a estos soldados de bata blanca, es cumpliendo con todas las recomendaciones emitidas por las autoridades de salud, para evitar que esta pandemia siga creciendo, hagámosle el mejor regalo a ellos, no nos convirtamos en pacientes solo por ser necios y negligentes. Ya no queremos más bajas, las lágrimas ya han sido suficientes.

Con el mayor respeto, reconocimiento y agradecimiento, ¡Feliz Día del Médico!