/ jueves 28 de enero de 2021

Punto gélido | Prioridades en salud

Las circunstancias que hoy privan en gran parte del mundo, han obligado a cambiar o cuando menos a enfocar las prioridades del diario vivir del ser humano, de una forma diferente, así la salud, ha pasado a ocupar el primer plano en el orden de importancia, este derecho fundamental que establece que; se debe procurar el grado máximo de salud del ser humano. Entendiendo el término de salud como; un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

Para lograr este objetivo se han diseñado, establecido y puesto en marcha muy diversas estrategias, en los múltiples planos de la sociedad, desde ámbitos de gobierno, iniciativa privada y organizaciones de todo tipo. Sin embargo, es palpable que el objetivo en un alto porcentaje ha quedado por debajo de las expectativas, esto, si hablamos en términos cotidianos, que decir, si nos referimos en específico a la pandemia que hoy nos afecta y que ha tomado por sorpresa no solo a las personas, también al gremio científico, económico, industrial, educativo, social y otros.

Así, encontrar las alternativas de solución se ha convertido en todo un reto, una carrera contra el destino, pero también en una lucha intestina por el poder económico, político y social. En este contexto, las prioridades para atender la enfermedad del Covid-19, se han tenido que definir desafortunadamente tomando en cuentas factores tan diversos, tan entendibles o tan mezquinos como, la clase social, posición económica, puesto político, ocupación laboral, edad, ubicación geográfica y varios más.

En el inicio de la pandemia, mucho se mencionó de una enfermedad que estaba afectando a la clase alta principalmente, con el trascurrir de los días hemos sido testigos de que la enfermedad se ha generalizado a todos los niveles socioeconómicos, pero lo que desafortunadamente no ha sido igual, son las oportunidades para enfrentarla; hemos sido testigos de las marcadas diferencias para poder pagar insumos y medicamentos, incluso conseguirlos en el mejor de los casos, el gas vital (oxígeno), espacios en hospitales públicos y privados son solo algunos ejemplos más, mientras tanto, las personas se siguen enfermando y desafortunadamente muchas de ellas muriendo, por no poder ser auxiliadas en tiempo y forma.

Hoy se deslumbra una esperanza en el horizonte, han comenzado a producirse las primeras vacunas, sin embargo, como es de esperarse las prioridades se han hecho presentes una vez más, aún son pocas las vacunas y se puede entender hasta cierto punto, un orden en la aplicación de las mismas, pero lo que no se puede aceptar es que algunos agandallen el biológico, solo porque tienen la posibilidad de ejercer algún poder o por una posición económica.

Mientras tanto, sobre los grupos más vulnerables y marginados de la sociedad, recae una proporción desmedida de la pandemia y esto nos lleva a concluir que la mortalidad y la salud en general, rara vez se desligan de los temas económicos y sociales.

¡Que el derecho a la salud se cumpla en lo general y no bajo una prioridad!

leon7dg@hotmail.com

Las circunstancias que hoy privan en gran parte del mundo, han obligado a cambiar o cuando menos a enfocar las prioridades del diario vivir del ser humano, de una forma diferente, así la salud, ha pasado a ocupar el primer plano en el orden de importancia, este derecho fundamental que establece que; se debe procurar el grado máximo de salud del ser humano. Entendiendo el término de salud como; un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

Para lograr este objetivo se han diseñado, establecido y puesto en marcha muy diversas estrategias, en los múltiples planos de la sociedad, desde ámbitos de gobierno, iniciativa privada y organizaciones de todo tipo. Sin embargo, es palpable que el objetivo en un alto porcentaje ha quedado por debajo de las expectativas, esto, si hablamos en términos cotidianos, que decir, si nos referimos en específico a la pandemia que hoy nos afecta y que ha tomado por sorpresa no solo a las personas, también al gremio científico, económico, industrial, educativo, social y otros.

Así, encontrar las alternativas de solución se ha convertido en todo un reto, una carrera contra el destino, pero también en una lucha intestina por el poder económico, político y social. En este contexto, las prioridades para atender la enfermedad del Covid-19, se han tenido que definir desafortunadamente tomando en cuentas factores tan diversos, tan entendibles o tan mezquinos como, la clase social, posición económica, puesto político, ocupación laboral, edad, ubicación geográfica y varios más.

En el inicio de la pandemia, mucho se mencionó de una enfermedad que estaba afectando a la clase alta principalmente, con el trascurrir de los días hemos sido testigos de que la enfermedad se ha generalizado a todos los niveles socioeconómicos, pero lo que desafortunadamente no ha sido igual, son las oportunidades para enfrentarla; hemos sido testigos de las marcadas diferencias para poder pagar insumos y medicamentos, incluso conseguirlos en el mejor de los casos, el gas vital (oxígeno), espacios en hospitales públicos y privados son solo algunos ejemplos más, mientras tanto, las personas se siguen enfermando y desafortunadamente muchas de ellas muriendo, por no poder ser auxiliadas en tiempo y forma.

Hoy se deslumbra una esperanza en el horizonte, han comenzado a producirse las primeras vacunas, sin embargo, como es de esperarse las prioridades se han hecho presentes una vez más, aún son pocas las vacunas y se puede entender hasta cierto punto, un orden en la aplicación de las mismas, pero lo que no se puede aceptar es que algunos agandallen el biológico, solo porque tienen la posibilidad de ejercer algún poder o por una posición económica.

Mientras tanto, sobre los grupos más vulnerables y marginados de la sociedad, recae una proporción desmedida de la pandemia y esto nos lleva a concluir que la mortalidad y la salud en general, rara vez se desligan de los temas económicos y sociales.

¡Que el derecho a la salud se cumpla en lo general y no bajo una prioridad!

leon7dg@hotmail.com