La naturaleza es un paraíso permanente, en cada una de sus estaciones, nos regala paisajes, sonidos, olores y más, es un manjar que no todos conocemos, que no todos sabemos disfrutar y que, sin embargo, ahí está, en cada rincón, en cada lugar, en cada región. El tiempo transcurre lento en medio de su majestuosidad, pero, el ser humano envuelto en su permanente prisa, por ir más allá, por tener más, por ser más, con frecuencia se pierde en medio de su mundo cotidiano, donde sus lentes oscuros, solo le permiten ver en blanco y negro, donde el bullicio de la urbe le suele destemplar los tímpanos, y donde el aroma a combustión de productos fósiles, le hacen insensible su contaminado olfato.
La rutina, nos suele envolver en un ritmo monótono, la pereza y hasta una aparente zona de confort, con frecuencia se convierten en serios obstáculos que nos impiden disfrutar, por ejemplo, del otoño y su mosaico de colores, pero no a través de una pantalla de televisión o de algún dispositivo electrónico, como suele ser hasta cierto punto normal, en los tiempos que vivimos, por ello, le invito a que se de un pequeño respiro, un poquito de tiempo, para usted y su familia; tome su automóvil, su bicicleta o bien si lo prefiere hasta caminando y dispóngase a dar un recorrido por los alrededores de su ciudad, diríjase a un espacio abierto, en el campo, en el bosque, en una presa y déjese llevar por la curiosidad, por esa capacidad de asombro que nunca debemos perder, estoy seguro que se sorprenderá con los colores, que nos ofrece la naturaleza en este otoño.
Y cuando este ahí, no pierda detalle, déjese seducir por el entorno, por el viento, por los sonidos y sobre todo por el mosaico multicolor que está a su alrededor; el reino animal es majestuoso, observe esa nube de insectos, que danza al ritmo del viento a contra luz de los rayos del sol, sea curioso con esas interminables y fantásticas redes tejidas por las arañas, disfrute de las aves que danzan al ritmo de sus melodiosos cantos, deléitese con el desfile multicolor de las inquietas mariposas, que revolotean de flor, en flor, y así, cada especie animal tiene algo extraordinario que ofrecer.
Luego deje que sus ojos se pierdan, en el infinito tapete que está matizado por la multitud de colores, de un sin número de flores, donde el amarillo, el blanco, y el morado resaltan sobre el profundo fondo verde y grisáceo de los campos. Si se encuentra en medio del bosque, entonces disfrute de los colores del follaje de los árboles, sorpréndase con los colores dorados, amarillos, ocre, cafés, rojizos, verdes y más, en verdad son un deleite, un verdadero espectáculo, si le es posible, observe también el suelo que luce armónicamente tapizado, sienta al pisarlo, el relajante crujir de las hojas que han caído.
Si su visita es por la mañana, tal vez tenga la oportunidad de respirar el aire fresco, puro, y también de disfrutar del espectáculo maravilloso que producen los bancos de niebla, de la escarcha que parece llenar de azúcar las hojas y las ramas, y sentir sobre su cuerpo el roció que humedece todo a su alrededor.
Si se dio este pequeño gusto, sabrá entonces que el otoño y su mosaico de colores, es una de las épocas más bellas del año, la abundancia es una de las características principales, donde todos se preparan para enfrentar al gélido invierno. Y si algo le faltó, entonces en medio de la noche y en un lugar aislado, espere a que aparezca la luna llena de octubre.
El otoño ha llegado, cargado con su mosaico de colores, ¿está usted listo para disfrutarlo?