/ jueves 10 de junio de 2021

Punto gélido | La vida sigue

En medio de la cotidianidad de una sociedad y de cada ser humano, se presentan eventos que podríamos llamar especiales; crestas y valles que le dan un tópico, un sentido, una dirección a una comuna y a cada integrante. Es la pimienta y la sal que le da sabor y sentido, pero también son las cicatrices que dejan los sinsabores, para luego convertirse en lecciones o bien en el fin de un capítulo, en el libro de la vida.

En ocasiones los momentos difíciles pareciera que son tan profundos y demasiado prolongados en el tiempo de duración, la situación nos asfixia, nos lastima, nos duele; sentimos que nos derrumbamos y que caemos a pedacitos, la ansiedad, la desesperación y el miedo se apoderan de la situación, impulsándonos a tomar decisiones; correctas o incorrectas, pero al fin son acciones que nos hacen movernos para intentar salir de un estado físico y emocional que nos incomoda. Es posible que las fuerzas y la capacidad nos alcancen para hacerlo de forma individual, sin embargo, en ocasiones es necesario un poco de humildad para reconocer que necesitamos ayuda para continuar, al final en medio de cualquier situación difícil, siempre debemos entender que la vida sigue, que el tiempo no se detiene y que siempre será posible encontrar en él, nuevas oportunidades.

En ese peregrinar no todo es negativo, también está la otra cara de la moneda; esa que nos ofrece momentos extraordinarios salpicados de felicidad, la cual puede llegar aparentemente de manera fortuita o bien como resultado de la constancia y el esfuerzo, es ahí donde la forma de pensar, de decir y de hacer, terminan por alinearse para regalarnos momentos felices. Sin embargo, estos momentos, aunque son profundos en el placer, también suelen parecernos muy cortos, y aunque el estado de gracia nos llena, estos terminan, y la vida sigue. Es necesario entender que el tiempo aquí no se detiene, que debemos continuar, que no debemos quedarnos anclados en un momento de éxito, que es necesario seguir explorando nuevos instantes para ser felices.

Recientemente los retos de cada persona y de la sociedad en su conjunto, han tomado aristas muy significativas que han condicionado y redireccionado de forma fortuita el curso de la vida; una pandemia que prácticamente ha afectado y puesto en jaque a todo el mundo, dejando graves secuelas en la salud de las personas, incluso muerte, pero también graves afectaciones en el ámbito emocional, social, laboral, familiar y más. También derivado de la pandemia un enorme espacio vacío en el sector educativo, cultural, deportivo, entre otros, que será difícil de subsanar en el corto tiempo. Una prolongada sequía en algunos sectores del país, dejando con ello desolación y pobreza, además de una grabe problemática en el suministro de agua para el uso y consumo humano. La lista puede ser más amplia, incluso puede incluir un proceso electoral atípico, en muchos sentidos en nuestro país.

Por fortuna no todo es negativo, solo por mencionar un aspecto favorable, es rescatable el reencuentro, una mayor convivencia y la unión del núcleo familiar.

En fin, en medio de todo ello la vida sigue y lo más saludable es continuar disfrutándola, mientras tengamos la gracia de seguir viviendo, la clave está en saberse reinventar a cada


En medio de la cotidianidad de una sociedad y de cada ser humano, se presentan eventos que podríamos llamar especiales; crestas y valles que le dan un tópico, un sentido, una dirección a una comuna y a cada integrante. Es la pimienta y la sal que le da sabor y sentido, pero también son las cicatrices que dejan los sinsabores, para luego convertirse en lecciones o bien en el fin de un capítulo, en el libro de la vida.

En ocasiones los momentos difíciles pareciera que son tan profundos y demasiado prolongados en el tiempo de duración, la situación nos asfixia, nos lastima, nos duele; sentimos que nos derrumbamos y que caemos a pedacitos, la ansiedad, la desesperación y el miedo se apoderan de la situación, impulsándonos a tomar decisiones; correctas o incorrectas, pero al fin son acciones que nos hacen movernos para intentar salir de un estado físico y emocional que nos incomoda. Es posible que las fuerzas y la capacidad nos alcancen para hacerlo de forma individual, sin embargo, en ocasiones es necesario un poco de humildad para reconocer que necesitamos ayuda para continuar, al final en medio de cualquier situación difícil, siempre debemos entender que la vida sigue, que el tiempo no se detiene y que siempre será posible encontrar en él, nuevas oportunidades.

En ese peregrinar no todo es negativo, también está la otra cara de la moneda; esa que nos ofrece momentos extraordinarios salpicados de felicidad, la cual puede llegar aparentemente de manera fortuita o bien como resultado de la constancia y el esfuerzo, es ahí donde la forma de pensar, de decir y de hacer, terminan por alinearse para regalarnos momentos felices. Sin embargo, estos momentos, aunque son profundos en el placer, también suelen parecernos muy cortos, y aunque el estado de gracia nos llena, estos terminan, y la vida sigue. Es necesario entender que el tiempo aquí no se detiene, que debemos continuar, que no debemos quedarnos anclados en un momento de éxito, que es necesario seguir explorando nuevos instantes para ser felices.

Recientemente los retos de cada persona y de la sociedad en su conjunto, han tomado aristas muy significativas que han condicionado y redireccionado de forma fortuita el curso de la vida; una pandemia que prácticamente ha afectado y puesto en jaque a todo el mundo, dejando graves secuelas en la salud de las personas, incluso muerte, pero también graves afectaciones en el ámbito emocional, social, laboral, familiar y más. También derivado de la pandemia un enorme espacio vacío en el sector educativo, cultural, deportivo, entre otros, que será difícil de subsanar en el corto tiempo. Una prolongada sequía en algunos sectores del país, dejando con ello desolación y pobreza, además de una grabe problemática en el suministro de agua para el uso y consumo humano. La lista puede ser más amplia, incluso puede incluir un proceso electoral atípico, en muchos sentidos en nuestro país.

Por fortuna no todo es negativo, solo por mencionar un aspecto favorable, es rescatable el reencuentro, una mayor convivencia y la unión del núcleo familiar.

En fin, en medio de todo ello la vida sigue y lo más saludable es continuar disfrutándola, mientras tengamos la gracia de seguir viviendo, la clave está en saberse reinventar a cada