/ jueves 11 de marzo de 2021

Punto gélido | Igualdad

Imaginemos un mundo donde todas las personas disfrutemos de los mismos derechos y oportunidades, entonces la igualdad de género sería lo normal en ese mundo. Establecer en el calendario El Día Internacional de la Mujer, nos ofrece la oportunidad para sensibilizar a diferentes actores sobre diversos problemas que se han quedado sin resolver y que precisan que se pongan en práctica acciones concretas. Es también la oportunidad para sensibilizar al público en general, a una sociedad en su conjunto.

Así, el Día Internacional de la Mujer conmemorado el 8 de marzo, es una buena oportunidad para reflexionar, sobre los avances logrados en relación a la igualdad de género, proponer más cambios y también para reconocer a todas las mujeres, que han ofrecido una lucha constante para impulsar este cambio desde las diferentes trincheras, incluso a costa de su propia vida. No podemos negar que el mundo ha presentado algunos avances y que se realizan grandes esfuerzos por las niñas y mujeres para forjar un futuro más igualitario, pero al día de hoy, la realidad es que ningún país ha alcanzado la igualdad de género.

La Plataforma de Acción de Beijing (1995), es el programa más visionario para el empoderamiento de las niñas y mujeres de todo el mundo, contempla 12 aspectos importantes como: pobreza, educación y capacitación, salud, violencia, conflictos armados, economía, poder y toma de decisiones, mecanismos institucionales, derechos humanos, medios de comunicación, medio ambiente y las niñas. Fue adoptado por 189 gobiernos quienes se comprometieron a tomar medidas y estrategias, para eliminar las barreras sistémicas que impiden la participación igualitaria de las mujeres, en todas las esferas de la vida, ya sea en público o en privado.

Sin embargo, el avance es lento, la realidad que impera nos indica que las mujeres siguen sin recibir el reconocimiento que merecen en varios ámbitos, siguen trabajando más, ganando menos, tienen menos oportunidades, subestimada su capacidad de liderazgo, enfrentan diversas formas de violencia, legislaciones adversas, factores culturales, entre muchos aspectos desiguales más. En una visión de un mundo más próspero, pacífico y justo, es necesaria la participación multigeneracional, donde se establezca el compromiso de hacer de la igualdad de género, una realidad para todas las niñas y mujeres, es justo reconocer que ya han esperado lo suficiente.

Todos podemos ser partícipes en la construcción de un mundo más igualitario, comenzando por un lenguaje más inclusivo, relaciones respetuosas y saludables, igualdad de oportunidades y más. Impulsar un cambio transformador y duradero no se trata de obtener grandes titulares, acuerdos o victorias legales; la manera en que pensamos, sentimos y actuamos todos los días pueden ser más significativos de lo que creemos, en la búsqueda de una sociedad más igualitaria.

La llamada Generación Igualdad está presente, son mujeres y hombres, niñas y niños que están pensando, sintiendo y haciendo lo necesario, para defender los derechos humanos, la igualdad de género, en pro de los derechos de las mujeres y de un futuro más igualitario.

Imaginemos un mundo donde todas las personas disfrutemos de los mismos derechos y oportunidades, entonces la igualdad de género sería lo normal en ese mundo. Establecer en el calendario El Día Internacional de la Mujer, nos ofrece la oportunidad para sensibilizar a diferentes actores sobre diversos problemas que se han quedado sin resolver y que precisan que se pongan en práctica acciones concretas. Es también la oportunidad para sensibilizar al público en general, a una sociedad en su conjunto.

Así, el Día Internacional de la Mujer conmemorado el 8 de marzo, es una buena oportunidad para reflexionar, sobre los avances logrados en relación a la igualdad de género, proponer más cambios y también para reconocer a todas las mujeres, que han ofrecido una lucha constante para impulsar este cambio desde las diferentes trincheras, incluso a costa de su propia vida. No podemos negar que el mundo ha presentado algunos avances y que se realizan grandes esfuerzos por las niñas y mujeres para forjar un futuro más igualitario, pero al día de hoy, la realidad es que ningún país ha alcanzado la igualdad de género.

La Plataforma de Acción de Beijing (1995), es el programa más visionario para el empoderamiento de las niñas y mujeres de todo el mundo, contempla 12 aspectos importantes como: pobreza, educación y capacitación, salud, violencia, conflictos armados, economía, poder y toma de decisiones, mecanismos institucionales, derechos humanos, medios de comunicación, medio ambiente y las niñas. Fue adoptado por 189 gobiernos quienes se comprometieron a tomar medidas y estrategias, para eliminar las barreras sistémicas que impiden la participación igualitaria de las mujeres, en todas las esferas de la vida, ya sea en público o en privado.

Sin embargo, el avance es lento, la realidad que impera nos indica que las mujeres siguen sin recibir el reconocimiento que merecen en varios ámbitos, siguen trabajando más, ganando menos, tienen menos oportunidades, subestimada su capacidad de liderazgo, enfrentan diversas formas de violencia, legislaciones adversas, factores culturales, entre muchos aspectos desiguales más. En una visión de un mundo más próspero, pacífico y justo, es necesaria la participación multigeneracional, donde se establezca el compromiso de hacer de la igualdad de género, una realidad para todas las niñas y mujeres, es justo reconocer que ya han esperado lo suficiente.

Todos podemos ser partícipes en la construcción de un mundo más igualitario, comenzando por un lenguaje más inclusivo, relaciones respetuosas y saludables, igualdad de oportunidades y más. Impulsar un cambio transformador y duradero no se trata de obtener grandes titulares, acuerdos o victorias legales; la manera en que pensamos, sentimos y actuamos todos los días pueden ser más significativos de lo que creemos, en la búsqueda de una sociedad más igualitaria.

La llamada Generación Igualdad está presente, son mujeres y hombres, niñas y niños que están pensando, sintiendo y haciendo lo necesario, para defender los derechos humanos, la igualdad de género, en pro de los derechos de las mujeres y de un futuro más igualitario.