/ jueves 24 de junio de 2021

Punto gélido | Ideología

Existen algunos hábitos que no están escritos en ningún manual, libro o reglamento, son trasmitidos de generación en generación, por tanto, tienen una connotación de tipo moral, también pueden estar relacionados con la cosmovisión de la persona o de un colectivo, así, es posible describir algunos usos y costumbres de otras generaciones, donde la palabra, realmente tenía un peso y un valor específico, el honor estaba siempre presente para hacerla valer, firmar un documento o dejar una prenda empeñada, en ocasiones podría constituir incluso una ofensa. Los tiempos y los plazos se cumplían, la palabra empeñada era un compromiso; cuando las circunstancias eran adversas, existía la cortesía de la atención, guiada por la disculpa y el refrendo del compromiso. Esta forma de darle un alto valor a la palabra, ¿sería una ideología?

Las comparaciones son incómodas, pero necesarias, la realidad que hoy nos toca vivir, está manipulada por un sentido de inmediatez, donde los resultados tienen que ser prontos y eficaces, además muchas de nuestras conductas y acciones están motivadas y guiadas por una mercadotecnia voraz. Es en ese ámbito donde la percepción compuesta por emociones, creencias, ideas y razonamientos, la que nos permite a partir de juicios críticos o de valor, tener una percepción de la realidad y con base en ello, idear un programa de acción que nos de acceso, para llegar a un sistema ideal anhelado.

Es ahí donde surge una ideología colectiva a partir de un conjunto de emociones, ideas y creencias, que amalgaman a un grupo de personas, son ellos en conjunto y a partir de lo individual, quienes inicien una serie de acciones para la consecución de un objetivo común, es esa identidad la que se convertirá en el factor de adhesión más importante, lucharán con la mayor pasión para alcanzar la meta y el éxito, buscando impactar a toda una sociedad.

Sin embargo, en medio de una realidad que basa mucho de su éxito en la inmediatez y en lo efímero, las ideologías se ven amenazadas con amplia frecuencia, la exigencia de resultados, se convierte en un factor determinante para claudicar, es ahí, donde los cambios son permanentes, es posible que, para bien en algunos casos. Desafortunadamente en un alto porcentaje las personas terminan confundidas, desesperadas y condenadas al fracaso y por consecuencia también su grupo de participantes y seguidores. El cóctel formado en corto tiempo por varias ideologías, puede resultar poco benéfico para propios y extraños.

Ser paciente en el tiempo es una virtud, practicar y fomentar una ideología, haciéndola valer en medio de las adversidades, tendrá como resultado su fortalecimiento, su madurez y por consecuencia encontrará en su justo momento, cuando esté lo suficientemente preparada, el éxito. Ello permitirá que el grupo en su conjunto se fortalezca y será un instrumento para el crecimiento de toda una sociedad. Si así no sucede, estaremos ante un claro ejemplo, de una ideología que podremos catalogar como mala.

Cuál es el conjunto de ideas que le caracterizan a usted como persona o que caracterizan al grupo o grupos a los que pertenece, ¿Cuál es su ideología? ¿La hace valer?

Existen algunos hábitos que no están escritos en ningún manual, libro o reglamento, son trasmitidos de generación en generación, por tanto, tienen una connotación de tipo moral, también pueden estar relacionados con la cosmovisión de la persona o de un colectivo, así, es posible describir algunos usos y costumbres de otras generaciones, donde la palabra, realmente tenía un peso y un valor específico, el honor estaba siempre presente para hacerla valer, firmar un documento o dejar una prenda empeñada, en ocasiones podría constituir incluso una ofensa. Los tiempos y los plazos se cumplían, la palabra empeñada era un compromiso; cuando las circunstancias eran adversas, existía la cortesía de la atención, guiada por la disculpa y el refrendo del compromiso. Esta forma de darle un alto valor a la palabra, ¿sería una ideología?

Las comparaciones son incómodas, pero necesarias, la realidad que hoy nos toca vivir, está manipulada por un sentido de inmediatez, donde los resultados tienen que ser prontos y eficaces, además muchas de nuestras conductas y acciones están motivadas y guiadas por una mercadotecnia voraz. Es en ese ámbito donde la percepción compuesta por emociones, creencias, ideas y razonamientos, la que nos permite a partir de juicios críticos o de valor, tener una percepción de la realidad y con base en ello, idear un programa de acción que nos de acceso, para llegar a un sistema ideal anhelado.

Es ahí donde surge una ideología colectiva a partir de un conjunto de emociones, ideas y creencias, que amalgaman a un grupo de personas, son ellos en conjunto y a partir de lo individual, quienes inicien una serie de acciones para la consecución de un objetivo común, es esa identidad la que se convertirá en el factor de adhesión más importante, lucharán con la mayor pasión para alcanzar la meta y el éxito, buscando impactar a toda una sociedad.

Sin embargo, en medio de una realidad que basa mucho de su éxito en la inmediatez y en lo efímero, las ideologías se ven amenazadas con amplia frecuencia, la exigencia de resultados, se convierte en un factor determinante para claudicar, es ahí, donde los cambios son permanentes, es posible que, para bien en algunos casos. Desafortunadamente en un alto porcentaje las personas terminan confundidas, desesperadas y condenadas al fracaso y por consecuencia también su grupo de participantes y seguidores. El cóctel formado en corto tiempo por varias ideologías, puede resultar poco benéfico para propios y extraños.

Ser paciente en el tiempo es una virtud, practicar y fomentar una ideología, haciéndola valer en medio de las adversidades, tendrá como resultado su fortalecimiento, su madurez y por consecuencia encontrará en su justo momento, cuando esté lo suficientemente preparada, el éxito. Ello permitirá que el grupo en su conjunto se fortalezca y será un instrumento para el crecimiento de toda una sociedad. Si así no sucede, estaremos ante un claro ejemplo, de una ideología que podremos catalogar como mala.

Cuál es el conjunto de ideas que le caracterizan a usted como persona o que caracterizan al grupo o grupos a los que pertenece, ¿Cuál es su ideología? ¿La hace valer?