/ jueves 29 de abril de 2021

Punto gélido | Fuera de fuego


El silencio del todo o de la nada, espacios vacíos que vibran de anhelos contenidos, ahí están quizás hoy más higiénicos que nunca antes; salones, parques, jardines y más, el murmullo del viento es el rey, se apodera de cada rincón, de cada silla, de cada juego; las piñatas, pasteles y dulces tendrán que esperar para un mejor momento, para cuando las manos inquietas puedan tocar todo sin ningún temor, para cuando piernas y pies puedan correr en todas las direcciones y brincar y caminar sin ningún semáforo que marque el alto, para cuando la imaginación pueda volar más allá y abandonar las cuatro paredes que hoy no dejan que los sueños puedan abrir sus alas, para salir volando por la ventana de la libertad.

Fuera de juego se encuentra uno de los días más importante de las pequeñas reinas y reyes de la casa, la convivencia con amigos y compañeros de la misma edad, quizá sea el mejor regalo que sin saber pueden recibir; nada mejor que correr, gritar y experimentar por medio del juego que tiene como esencia principal la inocencia, se aprende del intento constante, de la prueba y el error, al final las energías se consumen en medio de sonrisas, entusiasmo y quizás hasta en medio de algunas pequeñas lágrimas, que son solo el resultado de una lección aprendida.

Fuera de juego que marca a esta generación de pequeños, que es posible que hoy no entiendan, que es lo que está sucediendo, su naturaleza de aprender a caminar por este mundo, no tiene una lógica, los límites son muchos y desafortunadamente se han prolongado más de lo esperado. Es probable que nos encontremos en un punto disruptivo en la evolución del ser humano, donde la ciencia, la tecnología y el individualismo ocupen una posición de privilegio en las prioridades de estas generaciones, aun en contrasentido de la propia esencia del espíritu de ser niño.

Fuera de juego se encuentran algunos padres de familia, que hoy no saben cómo enfrentar las circunstancias, las palabras en ocasiones no son suficientes, para poder explicarles a los pequeños, las razones para no ir a divertirse a un parque, al cine, a una cancha y más aún, cuando se trata de hacerles comprender, porqué su segunda casa luce como un elefante blanco, que se encuentra prisionero en la cárcel del olvido, bajo la custodia de un candado. Cómo decirles que su mundo se reduce a un espacio y dentro de ese espacio los cuidados y medidas deben seguirse como simples manecillas de un reloj.

Fuera de juego se encuentra la sociedad en su conjunto, que hoy no encuentra los medios apropiados, para poder festejar a las niñas y niños en medio de una nueva normalidad, donde la característica principal es la no convivencia.

El ingenio y la creatividad debe sobreponerse, los peques deben ser festejados, reconocidos, y la mejor forma de hacerlo es brindándoles amor, respeto, atención y principalmente, haciendo valer sus derechos. Ellos lo merecen, es nuestra encomienda, más allá de las circunstancias que hoy prevalecen en nuestra sociedad, no caigamos en fuera de juego.

¡Feliz Día de las Niñas y Niños!



El silencio del todo o de la nada, espacios vacíos que vibran de anhelos contenidos, ahí están quizás hoy más higiénicos que nunca antes; salones, parques, jardines y más, el murmullo del viento es el rey, se apodera de cada rincón, de cada silla, de cada juego; las piñatas, pasteles y dulces tendrán que esperar para un mejor momento, para cuando las manos inquietas puedan tocar todo sin ningún temor, para cuando piernas y pies puedan correr en todas las direcciones y brincar y caminar sin ningún semáforo que marque el alto, para cuando la imaginación pueda volar más allá y abandonar las cuatro paredes que hoy no dejan que los sueños puedan abrir sus alas, para salir volando por la ventana de la libertad.

Fuera de juego se encuentra uno de los días más importante de las pequeñas reinas y reyes de la casa, la convivencia con amigos y compañeros de la misma edad, quizá sea el mejor regalo que sin saber pueden recibir; nada mejor que correr, gritar y experimentar por medio del juego que tiene como esencia principal la inocencia, se aprende del intento constante, de la prueba y el error, al final las energías se consumen en medio de sonrisas, entusiasmo y quizás hasta en medio de algunas pequeñas lágrimas, que son solo el resultado de una lección aprendida.

Fuera de juego que marca a esta generación de pequeños, que es posible que hoy no entiendan, que es lo que está sucediendo, su naturaleza de aprender a caminar por este mundo, no tiene una lógica, los límites son muchos y desafortunadamente se han prolongado más de lo esperado. Es probable que nos encontremos en un punto disruptivo en la evolución del ser humano, donde la ciencia, la tecnología y el individualismo ocupen una posición de privilegio en las prioridades de estas generaciones, aun en contrasentido de la propia esencia del espíritu de ser niño.

Fuera de juego se encuentran algunos padres de familia, que hoy no saben cómo enfrentar las circunstancias, las palabras en ocasiones no son suficientes, para poder explicarles a los pequeños, las razones para no ir a divertirse a un parque, al cine, a una cancha y más aún, cuando se trata de hacerles comprender, porqué su segunda casa luce como un elefante blanco, que se encuentra prisionero en la cárcel del olvido, bajo la custodia de un candado. Cómo decirles que su mundo se reduce a un espacio y dentro de ese espacio los cuidados y medidas deben seguirse como simples manecillas de un reloj.

Fuera de juego se encuentra la sociedad en su conjunto, que hoy no encuentra los medios apropiados, para poder festejar a las niñas y niños en medio de una nueva normalidad, donde la característica principal es la no convivencia.

El ingenio y la creatividad debe sobreponerse, los peques deben ser festejados, reconocidos, y la mejor forma de hacerlo es brindándoles amor, respeto, atención y principalmente, haciendo valer sus derechos. Ellos lo merecen, es nuestra encomienda, más allá de las circunstancias que hoy prevalecen en nuestra sociedad, no caigamos en fuera de juego.

¡Feliz Día de las Niñas y Niños!