/ jueves 5 de agosto de 2021

Punto gélido | El espíritu olímpico

Nos encontramos en el desarrollo de los Juegos Olímpicos, Tokio 2020, que este año tienen como cede el país del sol naciente, y que a pesar de la difícil situación que se vive en el mundo, debido a la pandemia por el COVID-19, se cuenta con la participación de más de 11,400 atletas, que representan a 204 países, además de un equipo de 29 deportistas refugiados, que representan a más de 80 millones de personas desplazadas en todo el mundo por la guerra y la persecución. Los atletas compiten en 46 disciplinas deportivas, por la medalla de Oro.

La cita deportiva se realiza desde hace 125 años, con excepción de los años de 1916, 1940 y 1944 debido a las guerras mundiales, cuando la olimpiada se debió cancelar. Hoy se postergó debido a la situación atípica que se vive por la pandemia. Sin embargo, el espíritu olímpico se mantiene presente, una muestra son los 29 atletas que compiten en 12 disciplinas, para representar a los desplazados, enviando con ello un mensaje de solidaridad y de esperanza al mundo.

Son diversos los simbolismos del movimiento olímpico; los 5 aros o anillos son el símbolo principal de los juegos, representan los 5 continentes , cada aro tiene un color y además el fondo blanco, con ello hay al menos un color de todas las banderas del mundo, el círculo representa la continuidad, lo eterno y constante, que no tiene principio ni final. La antorcha olímpica simboliza la luz del conocimiento y de la razón de los hombres. Las medallas representan la energía de los atletas y de quienes los apoyan, también la diversidad, y honra a las personas que compiten en una disciplina deportiva.

El espíritu olímpico parece estar relegado, debido a la apariencia con la que el mundo realiza las olimpiadas, sin embargo, existe, y es el símbolo más importante de la paz en el mundo, ya que permite a las personas estar juntas y respetarse mutuamente, afirmando los valores de tolerancia y comprensión, permitiendo mostrar lo mejor de la humanidad: trabajo en equipo y solidaridad. Hoy en especial corremos juntos, saltamos juntos, nadamos juntos y vibramos juntos para vencer a un adversario común. La olimpiada tiene el poder de unir al mundo, de inspirar, de motivar lo que es posible.

El deporte tiene el poder de cambiar la vida de las personas, de aliviar y de dar esperanza, el espíritu olímpico debe orientarse a revalorizar el deporte como un valor en sí, que ese espíritu esté más relacionado con la idea de participación, que de victoria. Crear estrellas atléticas, para demostrar un poderío, incluso por encima del juego limpio, con el fin de satisfacer los intereses creados en el espectáculo y el negocio, va en contra del verdadero espíritu olímpico.

El espíritu olímpico promueve la mejora colectiva y no solo el triunfo, es una filosofía que impulsa nuestra forma de ser, es una negación al conformismo y una invitación a ir siempre más allá. Y es que, el día a día es una lucha constante y para superarse se necesita de un gran esfuerzo. La vida puede ponernos muchos obstáculos, pero los límites los ponemos nosotros mismos, por lo tanto, ser mejor se trata de superarse a si mismo de forma permanente. El espíritu olímpico nos invita más que a estar en un pódium, a ser guerreros permanentes, a seguir adelante con la cabeza erguida y la mente abierta.

¡Mas alto, más rápido, más fuerte y más lejos!

Ingeniero Industrial

Nos encontramos en el desarrollo de los Juegos Olímpicos, Tokio 2020, que este año tienen como cede el país del sol naciente, y que a pesar de la difícil situación que se vive en el mundo, debido a la pandemia por el COVID-19, se cuenta con la participación de más de 11,400 atletas, que representan a 204 países, además de un equipo de 29 deportistas refugiados, que representan a más de 80 millones de personas desplazadas en todo el mundo por la guerra y la persecución. Los atletas compiten en 46 disciplinas deportivas, por la medalla de Oro.

La cita deportiva se realiza desde hace 125 años, con excepción de los años de 1916, 1940 y 1944 debido a las guerras mundiales, cuando la olimpiada se debió cancelar. Hoy se postergó debido a la situación atípica que se vive por la pandemia. Sin embargo, el espíritu olímpico se mantiene presente, una muestra son los 29 atletas que compiten en 12 disciplinas, para representar a los desplazados, enviando con ello un mensaje de solidaridad y de esperanza al mundo.

Son diversos los simbolismos del movimiento olímpico; los 5 aros o anillos son el símbolo principal de los juegos, representan los 5 continentes , cada aro tiene un color y además el fondo blanco, con ello hay al menos un color de todas las banderas del mundo, el círculo representa la continuidad, lo eterno y constante, que no tiene principio ni final. La antorcha olímpica simboliza la luz del conocimiento y de la razón de los hombres. Las medallas representan la energía de los atletas y de quienes los apoyan, también la diversidad, y honra a las personas que compiten en una disciplina deportiva.

El espíritu olímpico parece estar relegado, debido a la apariencia con la que el mundo realiza las olimpiadas, sin embargo, existe, y es el símbolo más importante de la paz en el mundo, ya que permite a las personas estar juntas y respetarse mutuamente, afirmando los valores de tolerancia y comprensión, permitiendo mostrar lo mejor de la humanidad: trabajo en equipo y solidaridad. Hoy en especial corremos juntos, saltamos juntos, nadamos juntos y vibramos juntos para vencer a un adversario común. La olimpiada tiene el poder de unir al mundo, de inspirar, de motivar lo que es posible.

El deporte tiene el poder de cambiar la vida de las personas, de aliviar y de dar esperanza, el espíritu olímpico debe orientarse a revalorizar el deporte como un valor en sí, que ese espíritu esté más relacionado con la idea de participación, que de victoria. Crear estrellas atléticas, para demostrar un poderío, incluso por encima del juego limpio, con el fin de satisfacer los intereses creados en el espectáculo y el negocio, va en contra del verdadero espíritu olímpico.

El espíritu olímpico promueve la mejora colectiva y no solo el triunfo, es una filosofía que impulsa nuestra forma de ser, es una negación al conformismo y una invitación a ir siempre más allá. Y es que, el día a día es una lucha constante y para superarse se necesita de un gran esfuerzo. La vida puede ponernos muchos obstáculos, pero los límites los ponemos nosotros mismos, por lo tanto, ser mejor se trata de superarse a si mismo de forma permanente. El espíritu olímpico nos invita más que a estar en un pódium, a ser guerreros permanentes, a seguir adelante con la cabeza erguida y la mente abierta.

¡Mas alto, más rápido, más fuerte y más lejos!

Ingeniero Industrial