/ jueves 23 de septiembre de 2021

Punto gélido | Cerrar ciclos

La vida es un conjunto complejo de ciclos, algunos aislados, otros que se encuentran entrelazados para lograr un objetivo o una acción, también es cierto que, como la mayoría de las cosas, un ciclo nace, se desarrolla y un buen día nos vemos en la necesidad de cerrarlo. Podemos decir que un ciclo es, una sumatoria de momentos vividos, agradables o no, a los cuales se les impregna una serie de sentimientos y que finalmente terminamos por apegarnos a esos momentos.

Dejar en el pasado algún momento de la vida, no siempre es un proceso sencillo, en ocasiones la costumbre tiene más raíces que la misma razón, es probable que nuestra mente se quede atrapada en esos momentos del pasado, provocando con ello un freno en nuestro avance y truncando nuestro presente, podemos decir que es ese apego, el que genera un vínculo afectivo y que no siempre tiene un sentido positivo. Cerrar un ciclo requiere pues de el desarrollo de un proceso, quizás de un duelo en términos más duros, de tal forma que efectivamente se logre la conclusión y no nos engañemos cayendo en una simple evasión. No se trata entonces de simplemente olvidar, de decir que ayer era negro y hoy ya es blanco, sino de asimilar la experiencia para crecer y aprender, para evolucionar, de tal forma que podamos agradecer por lo que fue, y no vivir atados, sufriendo por lo que ya no es.

Uno de los primeros pasos que debemos de dar, en aras de cerrar un ciclo, es dejar que todo lo que se tenga que ir, simplemente lo haga, es necesario ponerle alas y dejarlo libre, sobre todo si son cosas o acciones que ya no son necesarias en tu vida, o que sencillamente han cumplido su objetivo, es preciso hacerlo de forma consciente, sin tener miedo a enfrentar nuevos retos, cuando una puerta se cierra, seguro se abrirá otra, u otras, o cuando menos alguna ventana, dejar ir las cosas que ya no aportan nada a nuestra vida, es el principio para aceptar una nueva realidad.

El siguiente paso, es tratar de encontrar un equilibrio en tu vida, hay que ser valiente para ver de frente las cosas, analizar las experiencias, las vivencias, es necesario para poder evaluar analíticamente las cosas positivas y las negativas, ponerlas en la balanza y recoger como una cosecha virtuosa las enseñanzas que quedaron. Poner distancia de por medio de cosas o acciones, suele resultar incómodo y hasta doloroso, experimentar tristeza cuando se visualiza el final, es un conducto para tomar conciencia de que definitivamente, se le está poniendo punto final a una situación.

Y, por último, cuando un ciclo se cierra, siempre está presente la oportunidad, para que se abra otro de forma inmediata, quizás diferente, empezar de cero no debe generar miedos, aunque sea normal sentirlos, es ahí donde se debe poner toda la atención, volver a comenzar traerá consigo nuevos aprendizajes, nuevas lecciones y oportunidades, que se verán impregnadas con una nueva gama de sentimientos, provocando con ello que la salud mental se vea revitalizada.

Aprender a cerrar ciclos de forma definitiva, implica hacer las paces con el pasado, estar en equilibrio con el presente y ver sin temor alguno el futuro. Es necesario entonces recordar lo vivido, aprender a perdonar, aceptar la realidad y finalmente desprenderse. ¿Y usted tiene el hábito de cerrar ciclos en su vida?, O simplemente va cargando con ellos, aceptando las consecuencias que esto implica.

“A veces se gana más cuando se pierde”

LEONCIO DURÁN GARIBAY | ING. INDUSTRIAL

La vida es un conjunto complejo de ciclos, algunos aislados, otros que se encuentran entrelazados para lograr un objetivo o una acción, también es cierto que, como la mayoría de las cosas, un ciclo nace, se desarrolla y un buen día nos vemos en la necesidad de cerrarlo. Podemos decir que un ciclo es, una sumatoria de momentos vividos, agradables o no, a los cuales se les impregna una serie de sentimientos y que finalmente terminamos por apegarnos a esos momentos.

Dejar en el pasado algún momento de la vida, no siempre es un proceso sencillo, en ocasiones la costumbre tiene más raíces que la misma razón, es probable que nuestra mente se quede atrapada en esos momentos del pasado, provocando con ello un freno en nuestro avance y truncando nuestro presente, podemos decir que es ese apego, el que genera un vínculo afectivo y que no siempre tiene un sentido positivo. Cerrar un ciclo requiere pues de el desarrollo de un proceso, quizás de un duelo en términos más duros, de tal forma que efectivamente se logre la conclusión y no nos engañemos cayendo en una simple evasión. No se trata entonces de simplemente olvidar, de decir que ayer era negro y hoy ya es blanco, sino de asimilar la experiencia para crecer y aprender, para evolucionar, de tal forma que podamos agradecer por lo que fue, y no vivir atados, sufriendo por lo que ya no es.

Uno de los primeros pasos que debemos de dar, en aras de cerrar un ciclo, es dejar que todo lo que se tenga que ir, simplemente lo haga, es necesario ponerle alas y dejarlo libre, sobre todo si son cosas o acciones que ya no son necesarias en tu vida, o que sencillamente han cumplido su objetivo, es preciso hacerlo de forma consciente, sin tener miedo a enfrentar nuevos retos, cuando una puerta se cierra, seguro se abrirá otra, u otras, o cuando menos alguna ventana, dejar ir las cosas que ya no aportan nada a nuestra vida, es el principio para aceptar una nueva realidad.

El siguiente paso, es tratar de encontrar un equilibrio en tu vida, hay que ser valiente para ver de frente las cosas, analizar las experiencias, las vivencias, es necesario para poder evaluar analíticamente las cosas positivas y las negativas, ponerlas en la balanza y recoger como una cosecha virtuosa las enseñanzas que quedaron. Poner distancia de por medio de cosas o acciones, suele resultar incómodo y hasta doloroso, experimentar tristeza cuando se visualiza el final, es un conducto para tomar conciencia de que definitivamente, se le está poniendo punto final a una situación.

Y, por último, cuando un ciclo se cierra, siempre está presente la oportunidad, para que se abra otro de forma inmediata, quizás diferente, empezar de cero no debe generar miedos, aunque sea normal sentirlos, es ahí donde se debe poner toda la atención, volver a comenzar traerá consigo nuevos aprendizajes, nuevas lecciones y oportunidades, que se verán impregnadas con una nueva gama de sentimientos, provocando con ello que la salud mental se vea revitalizada.

Aprender a cerrar ciclos de forma definitiva, implica hacer las paces con el pasado, estar en equilibrio con el presente y ver sin temor alguno el futuro. Es necesario entonces recordar lo vivido, aprender a perdonar, aceptar la realidad y finalmente desprenderse. ¿Y usted tiene el hábito de cerrar ciclos en su vida?, O simplemente va cargando con ellos, aceptando las consecuencias que esto implica.

“A veces se gana más cuando se pierde”

LEONCIO DURÁN GARIBAY | ING. INDUSTRIAL