/ lunes 11 de julio de 2022

Para acompañar de un café | Pobres padres, sin cuestión de género

En este aspecto y dejando de lado la lucha sexista, porque creo que a la larga va a parar en nada, por lo siguiente, el hecho de que el hijo salga del vientre materno, es importantísimo, pero el espermatozoide, es un pequeñísimo factor que es vital aun con las revoluciones tecnológicas, porque la energía que se pasa no es la misma, esto por las apariencias y aceptación de los demás, muy común, más que la madurez obligada.

Pero la maternidad muy protegida hoy en día, no creo llegue en una brutal realidad, ¡la drogadicción!, que es el veneno de los hijos e hijas, que los deja locos o mermados o llamado estado de interdicción, y a mantenerlo de por vida, mientras vivan los padres, y la madre con su actitud de madre luchona, obliga al padre a mantenerlo, y este con la realidad de ver a su hijo , tonto, sin futuro, en ese peso y todavía la rivalidad de poder en la casa, pero el problema jamás se va a resolver, ni el Estado, ni los muertos de hambre de poder, lo resolverán ni opinaran, o sea cada quien su bronca para finalizar.

Es triste porque la delincuencia organizada ve esto solo como un detalle, sin importancia, porque matar al que opine se les resuelve según esto, pero el dañado cerebralmente queda de por vida al cuidado de los padres, y ver con impotencia una cura, o remedio más o menos cierto para dejar con vida y salud al hijo destruido, pero a sabiendas de que no hay remedio y si agrega las actitudes necias e impertinentes de los hijos, así como los defensores de sus derechos, que parece que el drogarse es su autodeterminación, según algunos, pero los efectos sólo lo son para los padres, y si agrega los pleitos internos de los esposos, peor, y a la larga, imagínese.

Pero no solo es este tipo de herederos, lo son incluso más grandes de edad, estudiados o no, que, por abrazar su vicio, destruyen fortunas y llevan a la quiebra a los padres, con lujo de coraje y, después, nada, hambre y enfermedades y hasta la muerte de los padres, para terminar sin saber de quién y de que van a vivir, pero es su bronca, no la de todos, ya que no los obligamos a que se destruyan solitos, los tontejos.

Y todavía lo más triste, los nietos que nazcan con taras, y enfermedades, que hay que curarlos y cuidarlos, a costa de los padres, y de nadie más, pero a la larga, al envejecer los padres y por lógica, morir, entonces, quedarán silvestres, a la deriva, bueno en manos de Dios, que es lo importante y reconfortante.

Explíqueme este dolor, o ¿cómo hacer?, para que no nos importe nada, para seguir viviendo de lo lindo y feliz, o ¿cómo decirles a los padres que cada quién?, o ¡es lo mismo en todos lados!, como dice el caracol(baboso), es espeluznante.


Víctor Santini Reza | Aspirante a Doctor en Educación

En este aspecto y dejando de lado la lucha sexista, porque creo que a la larga va a parar en nada, por lo siguiente, el hecho de que el hijo salga del vientre materno, es importantísimo, pero el espermatozoide, es un pequeñísimo factor que es vital aun con las revoluciones tecnológicas, porque la energía que se pasa no es la misma, esto por las apariencias y aceptación de los demás, muy común, más que la madurez obligada.

Pero la maternidad muy protegida hoy en día, no creo llegue en una brutal realidad, ¡la drogadicción!, que es el veneno de los hijos e hijas, que los deja locos o mermados o llamado estado de interdicción, y a mantenerlo de por vida, mientras vivan los padres, y la madre con su actitud de madre luchona, obliga al padre a mantenerlo, y este con la realidad de ver a su hijo , tonto, sin futuro, en ese peso y todavía la rivalidad de poder en la casa, pero el problema jamás se va a resolver, ni el Estado, ni los muertos de hambre de poder, lo resolverán ni opinaran, o sea cada quien su bronca para finalizar.

Es triste porque la delincuencia organizada ve esto solo como un detalle, sin importancia, porque matar al que opine se les resuelve según esto, pero el dañado cerebralmente queda de por vida al cuidado de los padres, y ver con impotencia una cura, o remedio más o menos cierto para dejar con vida y salud al hijo destruido, pero a sabiendas de que no hay remedio y si agrega las actitudes necias e impertinentes de los hijos, así como los defensores de sus derechos, que parece que el drogarse es su autodeterminación, según algunos, pero los efectos sólo lo son para los padres, y si agrega los pleitos internos de los esposos, peor, y a la larga, imagínese.

Pero no solo es este tipo de herederos, lo son incluso más grandes de edad, estudiados o no, que, por abrazar su vicio, destruyen fortunas y llevan a la quiebra a los padres, con lujo de coraje y, después, nada, hambre y enfermedades y hasta la muerte de los padres, para terminar sin saber de quién y de que van a vivir, pero es su bronca, no la de todos, ya que no los obligamos a que se destruyan solitos, los tontejos.

Y todavía lo más triste, los nietos que nazcan con taras, y enfermedades, que hay que curarlos y cuidarlos, a costa de los padres, y de nadie más, pero a la larga, al envejecer los padres y por lógica, morir, entonces, quedarán silvestres, a la deriva, bueno en manos de Dios, que es lo importante y reconfortante.

Explíqueme este dolor, o ¿cómo hacer?, para que no nos importe nada, para seguir viviendo de lo lindo y feliz, o ¿cómo decirles a los padres que cada quién?, o ¡es lo mismo en todos lados!, como dice el caracol(baboso), es espeluznante.


Víctor Santini Reza | Aspirante a Doctor en Educación