Es viernes por la noche,
el estrés de la semana
recorre cada rincón del cuerpo.
Se impone el deseo
de encontrar un punto de fuga.
La invitación está abierta
la ciudad ofrece espacios
para el sano esparcimiento,
en el teatro de cámara
es noche de Sax.
Cualquier butaca es buena
para depositar el cansado cuerpo,
el maestro afina los últimos detalles
y con su Saxofón en mano
inicia su presentación.
Me dispongo a dejarme seducir
por las notas musicales,
sin censura, desnudo mi mente.
cierro los ojos,
dejo que mi cuerpo se relaje
y empiezo a viajar
en el mundo infinito de la imaginación.
Cada melodía me lleva
a un paseo diferente, distante,
pero posible, así,
entre candilejas deambulo
buscando un amor eterno,
mi razón de ser
es amarte a mi manera,
amarte, viendo la vida en rosa.
Busco la perfección
mientras me deleito
con tu perfume de gardenia.
Te digo que te adoro
y te pido apasionadamente
que me beses mucho.
El tiempo se escapa
como el humo entre las manos,
el maestro anuncia su última pieza
y poco a poco regreso a mí,
la mente se vuelve a vestir
con el traje de la realidad,
el estrés se ha perdido
en el laberinto de las notas.
Con el alma embellecida
busco la salida del teatro,
con una sonrisa en los labios
y una profunda alegría
que se dibuja
en el corazón y en el alma.
Noche de Sax,
noche de meditación y armonía.
Si usted acudió y lo disfrutó
en hora buena,
si no es así, en la próxima ocasión
no pierda la oportunidad
de dejarse seducir
por las notas musicales,
son una caricia para el alma.
leon7dg@hotmail.com