/ sábado 2 de febrero de 2019

No es nuestra la batalla, sino del Señor

Deseo comenzar la reflexión de este día trayendo a la memoria 2 Crónicas 20: 17 que a la letra dice: “No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros”

Este es un versículo muy significativo no porque nos dice algo a todos los que estamos luchando una batalla. En este pasaje Dios les está hablando al rey Josafat y a los israelitas. Están a punto de ser atacados por tres enemigos diferentes. El rey tenía que estar preocupado y estar pensando cómo se podrían defender, pero Dios sabía lo que pensaba. Dios le dijo: “No tendrás que pelear esta batalla, yo peleare por ustedes”, Lo que Dios le recuerda a Josafat y lo que nos recuerda a nosotros es que la batalla no es nuestra, que no tenemos que guerrear, que tenemos que dejar que Él lo resuelva. Y esta es una gran verdad, mi estimado lector, cuando hemos hecho a Dios dueño y Señor de nuestras vidas, es decir, nuestro Capitán, Él está mucho mejor capacitado para pelear nuestras batallas y resolver nuestros problemas. Además, Él es mejor luchador que nosotros, nuestro trabajo es confiar en Él con la certeza que Él lo resolverá. La razón por la cual existen muchas personas fatigadas, desanimadas y cansadas, es porque caminan cargando el mundo a cuestas, piensan que todo depende de ellos. El día que en verdad aprendamos a dejar todo en manos de Dios, nos daremos cuenta que el mundo sigue su curso de igual manera. Podremos descansar y tener fe que Dios es capaz de hacer las cosas sin nuestra ayuda. Sin duda alguna que las palabras “no temas y no desmayes” de este pasaje, vienen a ser un bálsamo cuando confrontamos una batalla que parece imposible librar. Es la misma voz de Dios que nos dice “no temas, no desmayes”. ¿En qué podemos basar esa confianza? Bueno, ¿Alguna vez hemos visto a Dios perder? ¿Verdad que NO? Porque Él nunca pierde las batallas, no debemos tener temor. ¡Esa es nuestra confianza! Dios siempre gana y nosotros somos parte del equipo ganador cuando Él es nuestro Señor. Dice la palabra de Dios en Romanos 8:37: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Sin importar las tardanzas, las barreras, las dificultades, las debilidades o lo que sea, estamos en el equipo ganador cuando estamos con y en Dios. Esas son buenas noticias, con mi vida en Cristo, a lo mejor pierdo alguna que otra cosa, o pienso que pierdo algo, pero que en realidad estoy aprendiendo a como no hacer tales cosas, y a confiar plenamente en Dios. Pero no me tengo que preocupar por las cosas pequeñas porque Dios pelea mis batallas y sé que estoy en el equipo ganador. Hay una frase muy importante en este versículo. Dice: “Quédense quietos”, Esta frase nos dice que debemos tener una actitud de paz y firme confianza en Aquel para quien no existe nada imposible. Es importante saber que no es la voluntad de Dios que corramos o dejemos atrás una situación difícil, porque Él quiere que aprendamos a través de lo que confrontamos y que nos demos cuenta que Él es suficiente, competente y capaz de cubrir cada una de nuestras necesidades en todas las situaciones. No temas, es la palabra de Dios. ¿Por qué debo tomar mi posición y estar quieto mientras Dios lucha mis batallas? Cuando esperamos por un milagro en el matrimonio, en la vida, la salud, etc. Tomamos nuestras posiciones y nos quedamos quietos porque Dios ha prometido pelear por nosotros. Él es fiel, Él no nos ha llevado tan lejos para desilusionarnos. Él no nos lleva a lo más alto de la copa de un árbol para cortar sus ramas. Tenemos que tener fe y confianza en las promesas de Dios. Quedémonos en nuestra posición quietos, recordemos de quién es la batalla y que Él nos puede liberar y salvar. Estimado lector, disfrute viéndolo pelear por usted, Él en la cruz del Calvario peleó y ganó todas nuestras batallas. Dice en 1 Corintios 15:5 “Pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”.

Deseo terminar esta reflexión dejando este versículo en su corazón:”… Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”. (2 Crónicas 20:15)

Crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.

Deseo comenzar la reflexión de este día trayendo a la memoria 2 Crónicas 20: 17 que a la letra dice: “No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros”

Este es un versículo muy significativo no porque nos dice algo a todos los que estamos luchando una batalla. En este pasaje Dios les está hablando al rey Josafat y a los israelitas. Están a punto de ser atacados por tres enemigos diferentes. El rey tenía que estar preocupado y estar pensando cómo se podrían defender, pero Dios sabía lo que pensaba. Dios le dijo: “No tendrás que pelear esta batalla, yo peleare por ustedes”, Lo que Dios le recuerda a Josafat y lo que nos recuerda a nosotros es que la batalla no es nuestra, que no tenemos que guerrear, que tenemos que dejar que Él lo resuelva. Y esta es una gran verdad, mi estimado lector, cuando hemos hecho a Dios dueño y Señor de nuestras vidas, es decir, nuestro Capitán, Él está mucho mejor capacitado para pelear nuestras batallas y resolver nuestros problemas. Además, Él es mejor luchador que nosotros, nuestro trabajo es confiar en Él con la certeza que Él lo resolverá. La razón por la cual existen muchas personas fatigadas, desanimadas y cansadas, es porque caminan cargando el mundo a cuestas, piensan que todo depende de ellos. El día que en verdad aprendamos a dejar todo en manos de Dios, nos daremos cuenta que el mundo sigue su curso de igual manera. Podremos descansar y tener fe que Dios es capaz de hacer las cosas sin nuestra ayuda. Sin duda alguna que las palabras “no temas y no desmayes” de este pasaje, vienen a ser un bálsamo cuando confrontamos una batalla que parece imposible librar. Es la misma voz de Dios que nos dice “no temas, no desmayes”. ¿En qué podemos basar esa confianza? Bueno, ¿Alguna vez hemos visto a Dios perder? ¿Verdad que NO? Porque Él nunca pierde las batallas, no debemos tener temor. ¡Esa es nuestra confianza! Dios siempre gana y nosotros somos parte del equipo ganador cuando Él es nuestro Señor. Dice la palabra de Dios en Romanos 8:37: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. Sin importar las tardanzas, las barreras, las dificultades, las debilidades o lo que sea, estamos en el equipo ganador cuando estamos con y en Dios. Esas son buenas noticias, con mi vida en Cristo, a lo mejor pierdo alguna que otra cosa, o pienso que pierdo algo, pero que en realidad estoy aprendiendo a como no hacer tales cosas, y a confiar plenamente en Dios. Pero no me tengo que preocupar por las cosas pequeñas porque Dios pelea mis batallas y sé que estoy en el equipo ganador. Hay una frase muy importante en este versículo. Dice: “Quédense quietos”, Esta frase nos dice que debemos tener una actitud de paz y firme confianza en Aquel para quien no existe nada imposible. Es importante saber que no es la voluntad de Dios que corramos o dejemos atrás una situación difícil, porque Él quiere que aprendamos a través de lo que confrontamos y que nos demos cuenta que Él es suficiente, competente y capaz de cubrir cada una de nuestras necesidades en todas las situaciones. No temas, es la palabra de Dios. ¿Por qué debo tomar mi posición y estar quieto mientras Dios lucha mis batallas? Cuando esperamos por un milagro en el matrimonio, en la vida, la salud, etc. Tomamos nuestras posiciones y nos quedamos quietos porque Dios ha prometido pelear por nosotros. Él es fiel, Él no nos ha llevado tan lejos para desilusionarnos. Él no nos lleva a lo más alto de la copa de un árbol para cortar sus ramas. Tenemos que tener fe y confianza en las promesas de Dios. Quedémonos en nuestra posición quietos, recordemos de quién es la batalla y que Él nos puede liberar y salvar. Estimado lector, disfrute viéndolo pelear por usted, Él en la cruz del Calvario peleó y ganó todas nuestras batallas. Dice en 1 Corintios 15:5 “Pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”.

Deseo terminar esta reflexión dejando este versículo en su corazón:”… Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”. (2 Crónicas 20:15)

Crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.