/ viernes 16 de abril de 2021

Mujer | ¿Qué está pasando?

El 17 de marzo del año pasado, en punto de las 12:00 pm me despedí tranquilamente de mis amigas en la escuela: “Mañana nos vemos”, salimos temprano porque tenían junta algunos profesores y los rumores indicaban que tendríamos un periodo de recesión por el “Coronavirus”. El resto del día fue muy normal, nada era seguro. A la hora de la cena, un mensaje de whatsapp nos lo confirma, 15 días de cuarentena y 15 de vacaciones de Semana Santa, no parecía tan alarmante.

Comenzo el bombardeo de información en redes sociales, ¿Reales? ¿Falsas?, nadie sabía. Se dividio la población en dos: Los que creen y los que piensan que es una mentira del gobierno.

“Vamos a tener mucho tiempo libre”, fue lo primero que pensamos, -Es buen momento para remodelar el cuarto, la cocina también y el patio de una vez. - ¿Va a haber clases? ¿En línea? -Oiga, ¿Y los que no tenemos internet allá en el rancho? –Ya que nos pasen a todos. - ¿Cómo vamos a entretener tanto día a los chamacos, maestra? - ¡Mamá! ¿Dónde están los botes de suavitel? Pa’ hacer ejercicio en el patio. ¡QUE TE QUEDES EN TU CASA!

Nunca había pasado tanto tiempo encerrada, estoy tan ocupada que no hemos jugado a la lotería que compre (de pánico) en una de las salidas al mandado. Escucho música, veo alguna serie (por octava vez), hago video llamada con mi novio y vemos una película. Duermo tarde de nuevo.

Pasan dos semanas, la rutina que tenía antes de la cuarentena se empieza a esfumar, mi cuerpo y mente lo comienzan a resentir. Me abruma todo, así que toco la guitarra y como siempre, funciona, me he despejado un poco. – Ya casi cumplo años y seguramente voy a estar encerrada. Estaba en lo cierto, bajo cuarentena comí pastel y solo mi madre, tía y novio me abrazaron. Todos comenzamos a darnos cuenta de cuánta falta nos hace el contacto físico con las personas que queremos, cosa que el internet jamás logrará hacernos sentir.

El arte nos ha mantenido cuerdos. Entre las paredes de nuestros hogares, Todos mis conocidos y yo coincidimos en nuestras hartas ganas de ir a bailar. La “normalidad” se ve algo lejana, pero, tenemos esperanza.

Ha sido más difícil lidiar con mis pensamientos que con el virus. Batallo mucho para dormir, como mal, ya no he hecho ejercicio y lo único que se ha mantenido constante es la tarea, NO SE ACABA. No he tocado casi la guitarra. Los audífonos me mantienen un poco fuera de la realidad, se vuelve caótico el encierro. Parece que somos muy pocos los que estamos acatando las normas.

La vida parece una comedia dramática unos días, y otros, una película de terror o de acción, tal vez una mezcla de todo lo anterior. El mundo se ha vuelto un verdadero apocalipsis. Las redes sociales se abarrotan de teorías conspiratorias, de asesinatos, y ya nadie se queda callado. La verdad está frente a nuestros ojos, nos tambaleamos, ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?

Atora: Mariana Catalina Muriel Moriel

El 17 de marzo del año pasado, en punto de las 12:00 pm me despedí tranquilamente de mis amigas en la escuela: “Mañana nos vemos”, salimos temprano porque tenían junta algunos profesores y los rumores indicaban que tendríamos un periodo de recesión por el “Coronavirus”. El resto del día fue muy normal, nada era seguro. A la hora de la cena, un mensaje de whatsapp nos lo confirma, 15 días de cuarentena y 15 de vacaciones de Semana Santa, no parecía tan alarmante.

Comenzo el bombardeo de información en redes sociales, ¿Reales? ¿Falsas?, nadie sabía. Se dividio la población en dos: Los que creen y los que piensan que es una mentira del gobierno.

“Vamos a tener mucho tiempo libre”, fue lo primero que pensamos, -Es buen momento para remodelar el cuarto, la cocina también y el patio de una vez. - ¿Va a haber clases? ¿En línea? -Oiga, ¿Y los que no tenemos internet allá en el rancho? –Ya que nos pasen a todos. - ¿Cómo vamos a entretener tanto día a los chamacos, maestra? - ¡Mamá! ¿Dónde están los botes de suavitel? Pa’ hacer ejercicio en el patio. ¡QUE TE QUEDES EN TU CASA!

Nunca había pasado tanto tiempo encerrada, estoy tan ocupada que no hemos jugado a la lotería que compre (de pánico) en una de las salidas al mandado. Escucho música, veo alguna serie (por octava vez), hago video llamada con mi novio y vemos una película. Duermo tarde de nuevo.

Pasan dos semanas, la rutina que tenía antes de la cuarentena se empieza a esfumar, mi cuerpo y mente lo comienzan a resentir. Me abruma todo, así que toco la guitarra y como siempre, funciona, me he despejado un poco. – Ya casi cumplo años y seguramente voy a estar encerrada. Estaba en lo cierto, bajo cuarentena comí pastel y solo mi madre, tía y novio me abrazaron. Todos comenzamos a darnos cuenta de cuánta falta nos hace el contacto físico con las personas que queremos, cosa que el internet jamás logrará hacernos sentir.

El arte nos ha mantenido cuerdos. Entre las paredes de nuestros hogares, Todos mis conocidos y yo coincidimos en nuestras hartas ganas de ir a bailar. La “normalidad” se ve algo lejana, pero, tenemos esperanza.

Ha sido más difícil lidiar con mis pensamientos que con el virus. Batallo mucho para dormir, como mal, ya no he hecho ejercicio y lo único que se ha mantenido constante es la tarea, NO SE ACABA. No he tocado casi la guitarra. Los audífonos me mantienen un poco fuera de la realidad, se vuelve caótico el encierro. Parece que somos muy pocos los que estamos acatando las normas.

La vida parece una comedia dramática unos días, y otros, una película de terror o de acción, tal vez una mezcla de todo lo anterior. El mundo se ha vuelto un verdadero apocalipsis. Las redes sociales se abarrotan de teorías conspiratorias, de asesinatos, y ya nadie se queda callado. La verdad está frente a nuestros ojos, nos tambaleamos, ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?

Atora: Mariana Catalina Muriel Moriel