/ viernes 25 de junio de 2021

Mujer | El tiempo que vendrá: El territorio en disputa Parte 2

Muy pocas veces caemos en cuenta que nuestra corporalidad es un territorio. Hemos llegado al punto de reducirla a un simple sistema biológico, sin percatarnos del peso social, político, así como el poder detrás del acto de existir y llevar una vida posible.

Por si fuera poco, a menudo no dimensionamos la historia personal junto a los desafíos que enfrenta cada cuerpo. Escapamos a la idea que cada ser (unos más que otros) nos encontramos en una constante lucha por tener validez (consciente o inconscientemente) dentro de esta sociedad donde la violencia ha tomado terreno y se ha ido internalizando cada vez más en nuestra identidad colectiva.

Históricamente han existido corporalidades periféricas, expuestas al rechazo y por tal en resistencia. De esta manera como mencioné en la edición pasada, cada grupo social le otorga a los individuos una serie de privilegios o desventajas sociales. En este sentido, nosotras las mujeres nos volvimos un territorio de conquista, se nos despojó de nuestra identidad para volvernos un objeto. De igual manera ha sucedido con las personas racializadas, indígenas y sexo género divergentes.

Ser parte de una disidencia, es estar expuesta a una necrosociedad, la cual criminaliza, quita derechos y asesina. En la actualidad nuestro país se encuentra inmerso en homicidios impunes hacia mujeres cis o trans, ralámulis son desplazados de sus comunidades por el crimen, existe una invisibilización de las poblaciones afromexicanas, etc. Por ello es importante mantener la cohesión y hacer frente en grupos organizados a estos actos tan atroces. Ningún derecho se ha alcanzado sin un choque con la hegemonía.

Sin embargo es muy peligroso cuando un grupo que adquiere el poder busca implantar su visón y “versión oficial”, en esa acción se buscar mantener en opresión a ciertas poblaciones, pero a la vez radicaliza a los privilegiados para actuar en contra de los no favorecidos socialmente. ¿Qué tan peligrosa está radicalización? ¿Cómo interviene el discurso de poder en las corporalidades en resistencia? Continuará

Victoria Laphond Domínguez

Muy pocas veces caemos en cuenta que nuestra corporalidad es un territorio. Hemos llegado al punto de reducirla a un simple sistema biológico, sin percatarnos del peso social, político, así como el poder detrás del acto de existir y llevar una vida posible.

Por si fuera poco, a menudo no dimensionamos la historia personal junto a los desafíos que enfrenta cada cuerpo. Escapamos a la idea que cada ser (unos más que otros) nos encontramos en una constante lucha por tener validez (consciente o inconscientemente) dentro de esta sociedad donde la violencia ha tomado terreno y se ha ido internalizando cada vez más en nuestra identidad colectiva.

Históricamente han existido corporalidades periféricas, expuestas al rechazo y por tal en resistencia. De esta manera como mencioné en la edición pasada, cada grupo social le otorga a los individuos una serie de privilegios o desventajas sociales. En este sentido, nosotras las mujeres nos volvimos un territorio de conquista, se nos despojó de nuestra identidad para volvernos un objeto. De igual manera ha sucedido con las personas racializadas, indígenas y sexo género divergentes.

Ser parte de una disidencia, es estar expuesta a una necrosociedad, la cual criminaliza, quita derechos y asesina. En la actualidad nuestro país se encuentra inmerso en homicidios impunes hacia mujeres cis o trans, ralámulis son desplazados de sus comunidades por el crimen, existe una invisibilización de las poblaciones afromexicanas, etc. Por ello es importante mantener la cohesión y hacer frente en grupos organizados a estos actos tan atroces. Ningún derecho se ha alcanzado sin un choque con la hegemonía.

Sin embargo es muy peligroso cuando un grupo que adquiere el poder busca implantar su visón y “versión oficial”, en esa acción se buscar mantener en opresión a ciertas poblaciones, pero a la vez radicaliza a los privilegiados para actuar en contra de los no favorecidos socialmente. ¿Qué tan peligrosa está radicalización? ¿Cómo interviene el discurso de poder en las corporalidades en resistencia? Continuará

Victoria Laphond Domínguez