El simbolismo del color rojo es muy versátil, nos puede llevar a aspectos negativos relacionados con
el odio, la agresividad, los excesos y el peligro, a hechos vinculados con la sangre, como la violencia
o la muerte. Pero también evoca aspectos positivos como la pasión, el amor, la energía, la
prosperidad y la felicidad.
El rojo es uno de los colores de nuestra bandera, con él se hace alusión a la sangre derramada por
los héroes, que lucharon por la independencia de este majestuoso país, por aquellos que ofrecieron
su vida y tiñeron de rojo la tierra para tener patria y libertad.
Hoy el mapa de México se muestra en su totalidad en color rojo, de acuerdo a la semaforización
diseñada para dar seguimiento a la pandemia, que deambula sin aparente control dentro de
nuestras fronteras y fuera de ellas.
El rojo nos indica una señal de alarma, de preocupación; los pronósticos han ido cambiando de
forma constante y desafortunadamente siempre a la alza, lejos de avistarse una posible conclusión
de esta historia de enfermedad, confinamiento y muerte, parece que aún quedan muchos capítulos
por escribir y que está muy distante un punto final en esta historia generada por la pandemia.
Las calles de las grandes ciudades, los caminos polvorientos de los pueblos y pequeñas
comunidades, hoy continúan tiñéndose de rojo, el olor a muerte está en todos los rincones de nuestro
país, la vida como lo expresara el gran José Alfredo Jiménez, “no vale nada”, la violencia ha
superado a la razón, la lucha es por el interés particular no por el bien común.
En términos económicos el color no es diferente los números se muestran con un rojo intenso, el
crecimiento económico anda volando bajo y las finanzas de los comerciantes, empresarios y de los
ciudadanos en general no son la excepción.
En otros aspectos como el educativo, social, laboral, de salud y más, el color rojo continúa
predominando, incluso en el aspecto emocional los sueños y los ánimos se ven limitados por el
semáforo que lejos de estar en verde o por lo menos en amarillo, pareciera que se ha perpetuado en
un rojo que limita y desespera.
Pero el rojo también es sinónimo de Alto, dicen los que bien saben, que en los momentos más
difíciles es cuando realmente se conoce el valor de una persona, de un pueblo o de un país en su
conjunto, hoy todos los hijos de esta gran nación enfrentamos quizás uno de los retos más grandes
de nuestro paso por esta vida, es el momento para que el rojo de nuestra sangre se vuelva más
intenso y con ello nos llene de una energía renovada, que nos permita reaccionar para reinventarnos,
que nos permita ser mejores seres humanos, que nuestros valores tomen una nueva dimensión y
que sigamos construyendo un país con un blanco de esperanza, un verde de unidad y un rojo de
lucha, de paz y de prosperidad.
Que México se pinte de rojo por sus aspectos positivos…