/ sábado 16 de enero de 2021

Masonería Eclesiástica IV

A principios del siglo antepasado, los enemigos del cristianismo o “Imperialato sinárquico”, es decir “El conjunto de todos los órdenes, Religiones, potencias y sociedades especialmente financieras siempre tirando línea anticristiana, forjaron una formidable conjura y ofensiva interna contra la Iglesia Católica. No tanto con el objetivo de descristianizarla sino de desclerizarla. Creyéndose destinados a sustituir al catolicismo romano con el lema de mi “Cristo no es del Vaticano y el Vaticano no es la Iglesia”; poco a poco, al margen, con, sin y a pesar de Roma bajo un aparente y astuto espíritu de colegialidad arruinaron la ortodoxia romana y redujeron casi a la nada el magisterio pontificio. Poco a poco despojaron al Papa de su soberanía temporal; profetizaron que se iría el viejo clero y que hasta el mismo Pontífice abdicaría ante los sacerdotes del Futuro.

En el plan de conjunto y su sistema doctrinario de evolución progresista dentro de la Iglesia; reclamaron a grandes voces adultez. Adujeron que no se comparaba la espiritualidad y moral tradicional con la riqueza y conciencia planetaria de la nueva Religión universal cósmica. Esa no sería etérea ni mística o dogmática, sino científica. Así alinearon Judíos, protestantes y masones como Sacerdotes, dignatarios, doctores, Santos y profetas. Que mejor caldo de cultivo para fermentar esa levadura e introducir el neocatolicismo y su magisterio paralelo que incrustando las nuevas estructuras ocultistas en el seno del cristianismo.

Conjuntamente con la espiritualidad prepararon el campo social y político idóneo para formar el gran rompecabezas con activistas, agrupaciones, Gobiernos, Congresos etc. Insuflaron a todos vientos el espíritu de igualdad de todas las religiones. Integraron toda tendencia espiritual, todo conocimiento y todas las aspiraciones superiores de los pueblos. La Logia suprema Judeo-masónica B´Nai Birth en 1938 fundó la ONU con 40 Países aproximadamente; posteriormente se creó el Banco Mundial o sea un Régimen financiero pero socialista generalizado para todas los gobiernos geopolíticos. Así, el movimiento progresista y socialista fue dando forma a un nuevo Sistema Mundial con multiplicidad de organizaciones, sociedades Iglesias, creencias….. de todo. En conjunto llegarían al ecumenismo masónico o la doctrina sinárquica bosquejada desde hacía siglos. El virus comunista apoyado desde 1917 no era para llevar al mundo al ateísmo universal sino solo un instrumento destructor que inocularía la nueva religión y el advenimiento del Gobierno Mundial.

Tras una serie de Congresos espirituales en 1946 se dio un resaltante capítulo de sincretismo ecuménico con el Congreso espiritualista mundial de Bruselas y se concluyó que más allá de las diversas religiones había que llegar a la Iglesia Universal. Pusieron de relieve la política internacional de Laización y socialismo progresista generalizado.

Llevando detrás un sólido trabajo de preparación y a través de una vasta operación político-religiosa bajo la presión de acontecimientos previstos e imprevistos, la tan deseada marcha hacia adelante continuó a ritmo acelerado. En 1963 se esforzaron por admitir un entendimiento cordial y conjuntamente con las altas sociedades secretas tuvieron injerencia en el “Concilio Vaticano II”. Argumentaban que el enemigo común era el materialismo ateo.

ANTONIO CANO


A principios del siglo antepasado, los enemigos del cristianismo o “Imperialato sinárquico”, es decir “El conjunto de todos los órdenes, Religiones, potencias y sociedades especialmente financieras siempre tirando línea anticristiana, forjaron una formidable conjura y ofensiva interna contra la Iglesia Católica. No tanto con el objetivo de descristianizarla sino de desclerizarla. Creyéndose destinados a sustituir al catolicismo romano con el lema de mi “Cristo no es del Vaticano y el Vaticano no es la Iglesia”; poco a poco, al margen, con, sin y a pesar de Roma bajo un aparente y astuto espíritu de colegialidad arruinaron la ortodoxia romana y redujeron casi a la nada el magisterio pontificio. Poco a poco despojaron al Papa de su soberanía temporal; profetizaron que se iría el viejo clero y que hasta el mismo Pontífice abdicaría ante los sacerdotes del Futuro.

En el plan de conjunto y su sistema doctrinario de evolución progresista dentro de la Iglesia; reclamaron a grandes voces adultez. Adujeron que no se comparaba la espiritualidad y moral tradicional con la riqueza y conciencia planetaria de la nueva Religión universal cósmica. Esa no sería etérea ni mística o dogmática, sino científica. Así alinearon Judíos, protestantes y masones como Sacerdotes, dignatarios, doctores, Santos y profetas. Que mejor caldo de cultivo para fermentar esa levadura e introducir el neocatolicismo y su magisterio paralelo que incrustando las nuevas estructuras ocultistas en el seno del cristianismo.

Conjuntamente con la espiritualidad prepararon el campo social y político idóneo para formar el gran rompecabezas con activistas, agrupaciones, Gobiernos, Congresos etc. Insuflaron a todos vientos el espíritu de igualdad de todas las religiones. Integraron toda tendencia espiritual, todo conocimiento y todas las aspiraciones superiores de los pueblos. La Logia suprema Judeo-masónica B´Nai Birth en 1938 fundó la ONU con 40 Países aproximadamente; posteriormente se creó el Banco Mundial o sea un Régimen financiero pero socialista generalizado para todas los gobiernos geopolíticos. Así, el movimiento progresista y socialista fue dando forma a un nuevo Sistema Mundial con multiplicidad de organizaciones, sociedades Iglesias, creencias….. de todo. En conjunto llegarían al ecumenismo masónico o la doctrina sinárquica bosquejada desde hacía siglos. El virus comunista apoyado desde 1917 no era para llevar al mundo al ateísmo universal sino solo un instrumento destructor que inocularía la nueva religión y el advenimiento del Gobierno Mundial.

Tras una serie de Congresos espirituales en 1946 se dio un resaltante capítulo de sincretismo ecuménico con el Congreso espiritualista mundial de Bruselas y se concluyó que más allá de las diversas religiones había que llegar a la Iglesia Universal. Pusieron de relieve la política internacional de Laización y socialismo progresista generalizado.

Llevando detrás un sólido trabajo de preparación y a través de una vasta operación político-religiosa bajo la presión de acontecimientos previstos e imprevistos, la tan deseada marcha hacia adelante continuó a ritmo acelerado. En 1963 se esforzaron por admitir un entendimiento cordial y conjuntamente con las altas sociedades secretas tuvieron injerencia en el “Concilio Vaticano II”. Argumentaban que el enemigo común era el materialismo ateo.

ANTONIO CANO