/ sábado 13 de febrero de 2021

Masonería Eclesiástica

VI de VII partes

El Concilio Vaticano II fue otro capítulo más del siniestro plan para acabar con el cristianismo. Tras este la masonería eclesiástica responsable del divorcio de la Iglesia con su tradición, construyó un Cristo fantasmal; es decir un Cristo falso que dista mucho del divino. Ansiosos por desligarse de sus condenas denunciaron como falsas las acusaciones y excomuniones contra la masonería de los Papas Píos, Gregorios y Benedictos tratándolos de calumniadores. Denigraron igualmente la encíclica “Rerum Novarum” de Leon XIII; sin embargo persistieron sobre ellos sentencias tales como: “La masonería es una Institución especializada en el disimulo y la mentira” y “Como el agua y el aceite con el catolicismo”.

Sobrados en deseos de transmutación; establecieron también un rito pro -masónico resultante de la adición de parte de su culto a la misa católica. Supuestamente no se encuentra en oposición con la excomunión ni con la Iglesia a pesar que el canon 2335 y 684 condena a quien cree poder ser impunemente masón y católico. Aunque el magisterio masónico no es frontalmente anti Iglesia sí es un vehículo de engaño para dominar masas y adaptarlas a los nuevos dogmas de la Iglesia ecuménica de la “Nueva Era”. Ésta será una hecatombe religiosa que incorporará a la Iglesia católica, las Iglesias divisionarias de ortodoxos y protestantes; Israelitas, budistas, Hinduistas, librepensadores, libre creyentes, Islamistas y todos los credos.

Estamos ante una de las más perversas concepciones de la “Dictadura judeo-masónica”; única entidad con la suficiente talla para aplicar la Ley de evolución necesaria y poseer plenamente el cerebro del hombre arrastrándolo al extravío y perdición. Al complot en conjunto se le conoce bajo el título de “Nuevo Orden Mundial” y se desarrolla ante nuestros ojos sin ser conscientes de ello. Disponen de masas impresionantes de dólares para establecer con o sin nuestro consentimiento un nuevo credo religioso, social y económico pro comunista.

Nada hay nada más degradante para un humano que estar contra su creador y su naturaleza. Pertenecer a la masonería u otra sociedad secreta que combata al Dios trino es denigrante, ya que es dejarse ser títere de entidades malignas que solo empobrecen, destruyen e incapacitan para tener éxito honestamente en ésta vida. ¿Cómo es posible que tanto clérigo se monte tan ingenuamente en este colosal engaño?

En nuestros días asumen apariencia de vencedores sobre la Iglesia de Cristo; pero ésta triunfará, ya que tiene la fuerza invencible de su fundador. Perdonará a todos, más asegurará que la justicia se aplique y que la moralidad cristiana perdure porque es la única que se impone a nuestros desórdenes. Debemos estar convencidos que la lucha es nuestra; que Dios respeta la libertad humana y que actúa solo en nuestras acciones. Él nos señala que el camino acertado para ganar será por medio de la ortodoxia católica apostólica romana de siempre o sea “La tradicional o preconciliar”. Continuará ANTONIO CANO

VI de VII partes

El Concilio Vaticano II fue otro capítulo más del siniestro plan para acabar con el cristianismo. Tras este la masonería eclesiástica responsable del divorcio de la Iglesia con su tradición, construyó un Cristo fantasmal; es decir un Cristo falso que dista mucho del divino. Ansiosos por desligarse de sus condenas denunciaron como falsas las acusaciones y excomuniones contra la masonería de los Papas Píos, Gregorios y Benedictos tratándolos de calumniadores. Denigraron igualmente la encíclica “Rerum Novarum” de Leon XIII; sin embargo persistieron sobre ellos sentencias tales como: “La masonería es una Institución especializada en el disimulo y la mentira” y “Como el agua y el aceite con el catolicismo”.

Sobrados en deseos de transmutación; establecieron también un rito pro -masónico resultante de la adición de parte de su culto a la misa católica. Supuestamente no se encuentra en oposición con la excomunión ni con la Iglesia a pesar que el canon 2335 y 684 condena a quien cree poder ser impunemente masón y católico. Aunque el magisterio masónico no es frontalmente anti Iglesia sí es un vehículo de engaño para dominar masas y adaptarlas a los nuevos dogmas de la Iglesia ecuménica de la “Nueva Era”. Ésta será una hecatombe religiosa que incorporará a la Iglesia católica, las Iglesias divisionarias de ortodoxos y protestantes; Israelitas, budistas, Hinduistas, librepensadores, libre creyentes, Islamistas y todos los credos.

Estamos ante una de las más perversas concepciones de la “Dictadura judeo-masónica”; única entidad con la suficiente talla para aplicar la Ley de evolución necesaria y poseer plenamente el cerebro del hombre arrastrándolo al extravío y perdición. Al complot en conjunto se le conoce bajo el título de “Nuevo Orden Mundial” y se desarrolla ante nuestros ojos sin ser conscientes de ello. Disponen de masas impresionantes de dólares para establecer con o sin nuestro consentimiento un nuevo credo religioso, social y económico pro comunista.

Nada hay nada más degradante para un humano que estar contra su creador y su naturaleza. Pertenecer a la masonería u otra sociedad secreta que combata al Dios trino es denigrante, ya que es dejarse ser títere de entidades malignas que solo empobrecen, destruyen e incapacitan para tener éxito honestamente en ésta vida. ¿Cómo es posible que tanto clérigo se monte tan ingenuamente en este colosal engaño?

En nuestros días asumen apariencia de vencedores sobre la Iglesia de Cristo; pero ésta triunfará, ya que tiene la fuerza invencible de su fundador. Perdonará a todos, más asegurará que la justicia se aplique y que la moralidad cristiana perdure porque es la única que se impone a nuestros desórdenes. Debemos estar convencidos que la lucha es nuestra; que Dios respeta la libertad humana y que actúa solo en nuestras acciones. Él nos señala que el camino acertado para ganar será por medio de la ortodoxia católica apostólica romana de siempre o sea “La tradicional o preconciliar”. Continuará ANTONIO CANO