/ viernes 1 de mayo de 2020

Lo que la crisis nos dejó IV

En las últimas participaciones he tratado de realizar un análisis sobre algunas de las enseñanzas y aspectos que se volvieron evidentes durante la pandemia por la que atravesamos, desde una perspectiva de Estado y sociedad.

En esta última participación de un conjunto de cuatro escritos, quisiera destacar dos ideas claves; 1) nuestra pobre educación financiera y la flaqueza de nuestra economía como nación y 2) los reiterados errores por bazar las decisiones en referentes ideológicos.

Este tipo de experiencias de orden mundial, pueden ser muy interesantes, desde una perspectiva crítica, pues nos ayudan a visualizar las diferencias entre los países, sus condiciones, comportamientos y resultados.

Si comparamos a México con otros países, sobre todo con países como China, podemos darnos cuenta que hay mucho que podemos aprender de una nación que logró controlar un mal, para el que ni siquiera estaba advertido. Si bien es cierto, la evidencia sostiene que el problema del COVID-19 se originó en China, también pudimos observar como un país tan bien organizado y con una economía cimentada principalmente en el desarrollo tecnológico y el comercio con el mundo, logró controlar de forma avasalladora la pandemia, aun y cuando ellos mismos no tenían otro referente. Los vimos erigir un hospital en prácticamente una semana, y controlar a su población en cuestión de días.

Luego de suceso de prevención más importante de los últimos años, nos ha quedado claro que nuestros procesos, intercambios y producción interna, tiende a ser muy inestable. Y que no existe una comunión fuerte entre el gobierno y la iniciativa privada, asunto que si hemos visto en otros países. Aquí, al contrario pareciera que el gobierno tiene un conflicto cantado con los empresarios, cosa que en nada abona a superar las dificultades.

Algo que ha quedado patente, además de la impronta de fortalecer una economía inconexa y de maquiladora, es que las ideologías quedaron superadas por el fuerte golpe de realidad que ahora les sacudió.

La izquierda o la derecha, nada tienen que hacer cuando la realidad te pide productividad, pero también conductas de cooperación.

Este escenario ha sido una muestra más, y probablemente una muy fuerte sobre el vencimiento o caducidad de las ideologías en el tratamiento de la realidad, debemos ir a la caza de la realidad, con ello apartarnos de nuestros sueños dogmáticos y limitaciones ideales.

La pandemia nos ha mostrado la necesidad de formarnos en ciencias, antes que en la sinrazón y el dogmatismo, seguro es que mucho hemos aprendido, claro si hemos deseado aprender algo.

En las últimas participaciones he tratado de realizar un análisis sobre algunas de las enseñanzas y aspectos que se volvieron evidentes durante la pandemia por la que atravesamos, desde una perspectiva de Estado y sociedad.

En esta última participación de un conjunto de cuatro escritos, quisiera destacar dos ideas claves; 1) nuestra pobre educación financiera y la flaqueza de nuestra economía como nación y 2) los reiterados errores por bazar las decisiones en referentes ideológicos.

Este tipo de experiencias de orden mundial, pueden ser muy interesantes, desde una perspectiva crítica, pues nos ayudan a visualizar las diferencias entre los países, sus condiciones, comportamientos y resultados.

Si comparamos a México con otros países, sobre todo con países como China, podemos darnos cuenta que hay mucho que podemos aprender de una nación que logró controlar un mal, para el que ni siquiera estaba advertido. Si bien es cierto, la evidencia sostiene que el problema del COVID-19 se originó en China, también pudimos observar como un país tan bien organizado y con una economía cimentada principalmente en el desarrollo tecnológico y el comercio con el mundo, logró controlar de forma avasalladora la pandemia, aun y cuando ellos mismos no tenían otro referente. Los vimos erigir un hospital en prácticamente una semana, y controlar a su población en cuestión de días.

Luego de suceso de prevención más importante de los últimos años, nos ha quedado claro que nuestros procesos, intercambios y producción interna, tiende a ser muy inestable. Y que no existe una comunión fuerte entre el gobierno y la iniciativa privada, asunto que si hemos visto en otros países. Aquí, al contrario pareciera que el gobierno tiene un conflicto cantado con los empresarios, cosa que en nada abona a superar las dificultades.

Algo que ha quedado patente, además de la impronta de fortalecer una economía inconexa y de maquiladora, es que las ideologías quedaron superadas por el fuerte golpe de realidad que ahora les sacudió.

La izquierda o la derecha, nada tienen que hacer cuando la realidad te pide productividad, pero también conductas de cooperación.

Este escenario ha sido una muestra más, y probablemente una muy fuerte sobre el vencimiento o caducidad de las ideologías en el tratamiento de la realidad, debemos ir a la caza de la realidad, con ello apartarnos de nuestros sueños dogmáticos y limitaciones ideales.

La pandemia nos ha mostrado la necesidad de formarnos en ciencias, antes que en la sinrazón y el dogmatismo, seguro es que mucho hemos aprendido, claro si hemos deseado aprender algo.