/ jueves 7 de febrero de 2019

Lo que bien empieza… nunca acaba

La sociedad es un complejo armado de voluntades. YaHobbes nos dijo que la dimensión política es el símil a un gran leviatán que searticula o bien de manera firme y contundente o de forma torpe y sin éxito. Labuena política es aquella que logra el progreso social y el bienestar.

Por su cuenta, la mala política es la que se centra enel próximo proyecto sin atender el bien general de la sociedad.

La política y el político avanzan o al menos deberíanavanzar, en correspondencia con la gente. Un buen político puede visionar acosas muy grandes cuando se suma a la visión general del pueblo y fortaleceaquel andamiaje que le heredaron sus antecesores. El mal político, piensa quetodo lo hecho por él es sin precedente y que el mismo ha fundado a la sociedad,cosa que es ridícula. Como se dijo al inicio de este escrito, la sociedad es uncomplejo y muy amplio cúmulo o sumas de voluntades, y en esos términos el buenpolítico se sube al avance y camino del progreso adquirido por la sociedad.

Hoy vemos en nuestra amada ciudad de Parral un excesoen la vanidad y el ego. Hay proyectos de alto calado que han iniciado hace yatiempo y bajo el esfuerzo de varias administraciones, y con la voluntad devarios niveles de gobierno y que hoy sencillamente han quedado olvidados porfomentar el ego antes que el interés social.

Son varias las obras civiles que impactarían en eldeporte, la cultura, el turismo y el fortalecimiento humano, y quesencillamente están sin avance alguno, porque no son parte de las propuestasúnicas e inigualables de la presente administración encabezada por AlfredoLozoya.

El polideportivo y la mega deportiva, la escuela deChihuahua Vive, el teleférico, la estatua de Villa o su entorno, la continuaciónal relleno sanitario, el caminador de la mina, el teatro Parral, son algunosejemplos de obras que iniciaron, pero que hoy no tienen continuación y que decierto tenemos es que son obras que se terminarían en el ejercicio coordinadode varias administraciones pero hoy se han interrumpido por un temasencillamente de egos. Además no existe la madurez ni el oficio político paraentender que las obras no son del Estado, pues es el recurso más común o elescape número uno, las obras son de los y para los parralenses, por ende laadministración municipal debe responder por ellas.

Hoy queda claro que tenemos una autoridad que desafíaa la tradición en varios sentidos, pero de manera más clara a la suma devoluntades, y quiere proponerse como única e inigualable y esto sencillamentese queda en el discurso, al menos en términos de avance social. Es tan fuertesu deseo de ser una administración diferente que hasta desploma los dichospopulares, y hoy conocemos una expresión de la frase: “lo que mal empieza, malacaba” hacia “lo que bien empieza… nunca acaba”.

La sociedad es un complejo armado de voluntades. YaHobbes nos dijo que la dimensión política es el símil a un gran leviatán que searticula o bien de manera firme y contundente o de forma torpe y sin éxito. Labuena política es aquella que logra el progreso social y el bienestar.

Por su cuenta, la mala política es la que se centra enel próximo proyecto sin atender el bien general de la sociedad.

La política y el político avanzan o al menos deberíanavanzar, en correspondencia con la gente. Un buen político puede visionar acosas muy grandes cuando se suma a la visión general del pueblo y fortaleceaquel andamiaje que le heredaron sus antecesores. El mal político, piensa quetodo lo hecho por él es sin precedente y que el mismo ha fundado a la sociedad,cosa que es ridícula. Como se dijo al inicio de este escrito, la sociedad es uncomplejo y muy amplio cúmulo o sumas de voluntades, y en esos términos el buenpolítico se sube al avance y camino del progreso adquirido por la sociedad.

Hoy vemos en nuestra amada ciudad de Parral un excesoen la vanidad y el ego. Hay proyectos de alto calado que han iniciado hace yatiempo y bajo el esfuerzo de varias administraciones, y con la voluntad devarios niveles de gobierno y que hoy sencillamente han quedado olvidados porfomentar el ego antes que el interés social.

Son varias las obras civiles que impactarían en eldeporte, la cultura, el turismo y el fortalecimiento humano, y quesencillamente están sin avance alguno, porque no son parte de las propuestasúnicas e inigualables de la presente administración encabezada por AlfredoLozoya.

El polideportivo y la mega deportiva, la escuela deChihuahua Vive, el teleférico, la estatua de Villa o su entorno, la continuaciónal relleno sanitario, el caminador de la mina, el teatro Parral, son algunosejemplos de obras que iniciaron, pero que hoy no tienen continuación y que decierto tenemos es que son obras que se terminarían en el ejercicio coordinadode varias administraciones pero hoy se han interrumpido por un temasencillamente de egos. Además no existe la madurez ni el oficio político paraentender que las obras no son del Estado, pues es el recurso más común o elescape número uno, las obras son de los y para los parralenses, por ende laadministración municipal debe responder por ellas.

Hoy queda claro que tenemos una autoridad que desafíaa la tradición en varios sentidos, pero de manera más clara a la suma devoluntades, y quiere proponerse como única e inigualable y esto sencillamentese queda en el discurso, al menos en términos de avance social. Es tan fuertesu deseo de ser una administración diferente que hasta desploma los dichospopulares, y hoy conocemos una expresión de la frase: “lo que mal empieza, malacaba” hacia “lo que bien empieza… nunca acaba”.