/ jueves 17 de enero de 2019

La visión dogmática

El intelecto humano es una propiedad que permite viajar al principio y fin de las cosas sin la necesidad de alterar el mundo. La capacidad de encontrar relaciones causales entre los fenómenos y la capacidad de adherir escenarios inexistentes a lo presente es por mucho una de las habilidades que ha llevado al ser humano a enseñorearse del mundo. Somos los únicos seres sobre el planeta capaces de entender el mundo, sus procesos y controlarlo a conveniencia.

La razón es la potencialidad de encontrar secuencias y consistencia en el mundo que nos circunda, pero la razón se apega únicamente a elementos tangibles. Salir de la razón implica un salto dogmático. Un dogma es la creencia dada por irrefutable y bajo una prioridad trascendental. El pensar dogmático es el pensar de los absolutos, de las verdades que van más allá de nuestro reconocimiento de pautas del mundo y que apela a un pensamiento que trasciende a la razón práctica.

La visión dogmática de la realidad no es, lejos de lo que se pudiera pensar, una verdad sin pensamiento, para nada y al contrario es un pensar que trasciende lo inmediato (claro no estamos hablando de un dogmatismo irracional, sino de uno inclinado a la explicación del todo).

El dogmatismo del que aquí se habla es el descrito por las religiones. Toda religión tiende a la moral, pero sobre todo a la generación de cosmogonías. El pensar religioso es dogmático, en el sentido que establece verdades incuestionables sobre el origen y destino del mundo y las cosas. Las religiones no son espacios de discusión y acuerdo, contrario a ello, las religiones son la emanación deífica de la verdad. En la visión religiosa no se congrega uno a discutir la esencia y razón de las cosas, se acerca a aceptar una visión no humana, sino celestial o divina.

Desde esta óptica, es importante entender que la realidad y sus menesteres están ya descritos. La escala de valores que regulan nuestro comportamiento social y nuestras tendencias están definidas por la noción de bondad y maldad que acometen a cada religión.

La visión dogmática del mundo es entonces un espacio donde la verdad ha sido revelada y las personas no van todos a construirla. Entonces en esta perspectiva de las cosas existen medios de conocimiento, pero aspiran a un conocimiento que va más allá de lo perceptible, la aspiración es reconocer lo que no está a la vista, pero que se puede llegar por medio de vías emotivas o de un pensamiento puro.

La búsqueda de las religiones no está en el conocimiento de los sucesos materiales, la búsqueda religiosa está adherida a preceptos más altos como el bien, el mal, el futuro luego de la vida, el origen de todas las cosas materiales, la mortalidad o inmortalidad del alma y otras cuestiones que atañen a la vida humana.

En esos términos la visión dogmática-religiosa, no choca con la investigación científica, sólo choca con el cientificismo que se aplica a la explicación del mundo y la cerrazón a ir más allá de lo científicamente explicable. Para concluir es importante entender que la configuración de mundo des una explicación religiosa es dogmática o aceptada como una revelación divina y los cuestionamientos sobre esta visión deben darse como inspiración y una búsqueda espiritual.

El intelecto humano es una propiedad que permite viajar al principio y fin de las cosas sin la necesidad de alterar el mundo. La capacidad de encontrar relaciones causales entre los fenómenos y la capacidad de adherir escenarios inexistentes a lo presente es por mucho una de las habilidades que ha llevado al ser humano a enseñorearse del mundo. Somos los únicos seres sobre el planeta capaces de entender el mundo, sus procesos y controlarlo a conveniencia.

La razón es la potencialidad de encontrar secuencias y consistencia en el mundo que nos circunda, pero la razón se apega únicamente a elementos tangibles. Salir de la razón implica un salto dogmático. Un dogma es la creencia dada por irrefutable y bajo una prioridad trascendental. El pensar dogmático es el pensar de los absolutos, de las verdades que van más allá de nuestro reconocimiento de pautas del mundo y que apela a un pensamiento que trasciende a la razón práctica.

La visión dogmática de la realidad no es, lejos de lo que se pudiera pensar, una verdad sin pensamiento, para nada y al contrario es un pensar que trasciende lo inmediato (claro no estamos hablando de un dogmatismo irracional, sino de uno inclinado a la explicación del todo).

El dogmatismo del que aquí se habla es el descrito por las religiones. Toda religión tiende a la moral, pero sobre todo a la generación de cosmogonías. El pensar religioso es dogmático, en el sentido que establece verdades incuestionables sobre el origen y destino del mundo y las cosas. Las religiones no son espacios de discusión y acuerdo, contrario a ello, las religiones son la emanación deífica de la verdad. En la visión religiosa no se congrega uno a discutir la esencia y razón de las cosas, se acerca a aceptar una visión no humana, sino celestial o divina.

Desde esta óptica, es importante entender que la realidad y sus menesteres están ya descritos. La escala de valores que regulan nuestro comportamiento social y nuestras tendencias están definidas por la noción de bondad y maldad que acometen a cada religión.

La visión dogmática del mundo es entonces un espacio donde la verdad ha sido revelada y las personas no van todos a construirla. Entonces en esta perspectiva de las cosas existen medios de conocimiento, pero aspiran a un conocimiento que va más allá de lo perceptible, la aspiración es reconocer lo que no está a la vista, pero que se puede llegar por medio de vías emotivas o de un pensamiento puro.

La búsqueda de las religiones no está en el conocimiento de los sucesos materiales, la búsqueda religiosa está adherida a preceptos más altos como el bien, el mal, el futuro luego de la vida, el origen de todas las cosas materiales, la mortalidad o inmortalidad del alma y otras cuestiones que atañen a la vida humana.

En esos términos la visión dogmática-religiosa, no choca con la investigación científica, sólo choca con el cientificismo que se aplica a la explicación del mundo y la cerrazón a ir más allá de lo científicamente explicable. Para concluir es importante entender que la configuración de mundo des una explicación religiosa es dogmática o aceptada como una revelación divina y los cuestionamientos sobre esta visión deben darse como inspiración y una búsqueda espiritual.