/ miércoles 5 de diciembre de 2018

La silla presidencial

Hoy se cumplen 104 años de ese episodio emblemático en la época de la Revolución Mexicana, cuando el “Centauro del Norte” enfundado en su uniforme de General y el “Caudillo del Sur” con su típica vestimenta de Charro, avanzan sobre Paseo de la Reforma acompañados de 30 a 50 mil soldados, vestidos los villistas en caqui y con pequeños sombreros de paja, en tanto que los zapatistas con calzones y los típicos sombreros largos, juntos se enfilan rumbo al Palacio Nacional.

Después de haberse encontrado días antes en Xochimilco, lugar en el quese da el encuentro de los dos caudillos emblemáticos del movimiento revolucionario,donde se estrechan en un sentimiento muto de lucha y deseo, dando paso a la firma del Pacto de Xochimilco, en el cualreafirman su alianza, buscan promulgar la Ley Agrariae intentan impulsar una figura presidencial de forma democrática.

Al llegar a Palacio Nacional donde los esperaba el presidente provisional Eulalio Gutiérrez, quien les ofrece un desayuno y luego un paseo por el lugar, al llegar al espacio donde se encuentra la silla presidencial, Villa se sienta en ella y a su lado Zapata, dando lugar a una imagen histórica que marcó tal vez el triunfo en ese momento de la revolución, el triunfo del pueblo, de los campesinos y de todos aquellos que hasta ese momento habían vivido prácticamente como esclavos.

Quizá esa imagen también es representativa del pensamiento de Villa en ese momento, pensamiento que se ve plasmado en una de sus frases más importantes “El país debe ser gobernado por alguien que realmente quiera a su gente y a su tierra y que comparta la riqueza y el progreso”. Por su parte, para Zapata, sentarse en la silla tenía un sentido diferente, por ello prefirió no hacerlo ya que la silla presidencial representaba todo aquello contra lo que la revolución luchaba, el abuso del poder, la injusticia, la pobreza de su gente.

En fechas muy recientes a esa silla presidencial ha llegado un nuevo presidente, utilizando su propio lema “Por el bien de todos, primero los pobres”, utilizando el camino de la democracia que Villa y Zapata proponían, esa silla sigue estando en un Palacio, En Palacio Nacional, contradicción que permanece, si consideramos que un Palacio es el lugar donde habita un Rey o una Reyna.

Los soldados que lo han acompañado en su arribo al poder, están representados por más de 30 millones de votos, las condiciones que prevalecen en México en la actualidad de desigualdad, pobreza, inseguridad, abuso de poder e injusticia tal vez hoy se den bajo otros matices; sin embargo, lo preocupante es que se siguen existiendo.

Lo importante para el pueblo de México, lleno de esperanza y de fe, es conocer ahora a fondo que representa y que connotación le va a dar a la silla presidencial el nuevo Presidente, si en verdad está preparado para gobernar, para cumplir con las expectativas generadas o sencillamente se va a dejar embrujar por los malos espíritus, que han dejado en la silla presidencial los anteriores presidentes.

leon7dg@hotmail.com

Hoy se cumplen 104 años de ese episodio emblemático en la época de la Revolución Mexicana, cuando el “Centauro del Norte” enfundado en su uniforme de General y el “Caudillo del Sur” con su típica vestimenta de Charro, avanzan sobre Paseo de la Reforma acompañados de 30 a 50 mil soldados, vestidos los villistas en caqui y con pequeños sombreros de paja, en tanto que los zapatistas con calzones y los típicos sombreros largos, juntos se enfilan rumbo al Palacio Nacional.

Después de haberse encontrado días antes en Xochimilco, lugar en el quese da el encuentro de los dos caudillos emblemáticos del movimiento revolucionario,donde se estrechan en un sentimiento muto de lucha y deseo, dando paso a la firma del Pacto de Xochimilco, en el cualreafirman su alianza, buscan promulgar la Ley Agrariae intentan impulsar una figura presidencial de forma democrática.

Al llegar a Palacio Nacional donde los esperaba el presidente provisional Eulalio Gutiérrez, quien les ofrece un desayuno y luego un paseo por el lugar, al llegar al espacio donde se encuentra la silla presidencial, Villa se sienta en ella y a su lado Zapata, dando lugar a una imagen histórica que marcó tal vez el triunfo en ese momento de la revolución, el triunfo del pueblo, de los campesinos y de todos aquellos que hasta ese momento habían vivido prácticamente como esclavos.

Quizá esa imagen también es representativa del pensamiento de Villa en ese momento, pensamiento que se ve plasmado en una de sus frases más importantes “El país debe ser gobernado por alguien que realmente quiera a su gente y a su tierra y que comparta la riqueza y el progreso”. Por su parte, para Zapata, sentarse en la silla tenía un sentido diferente, por ello prefirió no hacerlo ya que la silla presidencial representaba todo aquello contra lo que la revolución luchaba, el abuso del poder, la injusticia, la pobreza de su gente.

En fechas muy recientes a esa silla presidencial ha llegado un nuevo presidente, utilizando su propio lema “Por el bien de todos, primero los pobres”, utilizando el camino de la democracia que Villa y Zapata proponían, esa silla sigue estando en un Palacio, En Palacio Nacional, contradicción que permanece, si consideramos que un Palacio es el lugar donde habita un Rey o una Reyna.

Los soldados que lo han acompañado en su arribo al poder, están representados por más de 30 millones de votos, las condiciones que prevalecen en México en la actualidad de desigualdad, pobreza, inseguridad, abuso de poder e injusticia tal vez hoy se den bajo otros matices; sin embargo, lo preocupante es que se siguen existiendo.

Lo importante para el pueblo de México, lleno de esperanza y de fe, es conocer ahora a fondo que representa y que connotación le va a dar a la silla presidencial el nuevo Presidente, si en verdad está preparado para gobernar, para cumplir con las expectativas generadas o sencillamente se va a dejar embrujar por los malos espíritus, que han dejado en la silla presidencial los anteriores presidentes.

leon7dg@hotmail.com