/ miércoles 3 de julio de 2019

La incertidumbre del campesino

Se estima que para el año 2,050 la población mundial alcanzará 9 mil millones, en contraste el número de personas que se dedican a la agricultura va en franca disminución, sobre todo en las generaciones jóvenes, lo cual pone en un riesgo latente que se garantice la producción de alimentos suficientes y condiciona la existencia del medio rural, toda vez que éste no puede existir sin la presencia de la actividad agrícola.

Según la ONU se define como campesino a toda aquella persona que se dedica de manera individual o grupal, a la producción agrícola o ganadera en pequeña escala, cuyo objetivo es la producción de alimentos y sus derivados, los cuales utiliza para subsistir principalmente, y los excedentes para comerciar, usa la mano de obra de su familia o de su hogar para realizar las labores propias, generando con ello un vínculo especial de dependencia o apego a la tierra.

El campesino es el hombre o la mujer que trabaja la tierra diariamente, con sus herramientas de labranza, con sus manos, con sus pies y con todo su cuerpo va acariciando la tierra, luego la fecunda con la semilla fértil y la cultiva con su esfuerzo, con el sudor que sale de su frente en cada jornada que realiza de sol a sol, la tierra en reciprocidad cada vez que es posible corresponde con el fruto abundante para saciar el apetito genuino del agricultor y su familia.

En nuestro país el 74% de la superficie agrícola se siembra en las condiciones de temporal, es decir sujetas a las condiciones climáticas que imperan entre los meses de junio a octubre, la producción de temporal es un sistema que depende del comportamiento de las lluvias (escasez o abundancia) durante el ciclo de producción y de la capacidad del suelo para captar el agua y conservar la humedad, lo que ocasiona por lo general una gran incertidumbre en la siembra, cultivo y cosecha de los alimentos.

Se puede decir que el trabajo del campesino se caracteriza por estar sujeto en gran medida a agentes externos; precipitaciones, granizo, heladas, plagas, semillas apropiadas y hasta de las condiciones del mercado, el campesino sigue trabajando la tierra a pesar de ser considerado en una de las categorías sociales más bajas de la escala social, su dinero no le alcanza, sus condiciones de vida son inestables, insuficientes y en algunos casos hasta inhumanas, sin embargo lo hace por tradición, costumbre, estilo de vida y pensamiento, cuestión que riñe con el mundo moderno caracterizado por el estrés, los problemas urbanos y la rutina.

Otro aspecto que está causando serias afectaciones en la agricultura de temporal es el cambio climático; el calentamiento global provoca una disminución en la humedad de la tierra, así como huracanes, sequias y una serie de cambios más que ocasionan perturbaciones en el aprovechamiento de la tierra y en la abundancia de alimentos.

El campesino es la base histórica de un pueblo, y su herencia productiva ha sido una de las figuras sociales más importantes en todas las civilizaciones y culturas, en la actualidad se considera que el 60% de los alimentos en el mundo son producidos por los campesinos. La agricultura ocupa un papel fundamental en la vida de un país, es considerada una de las actividades económicas, sociales y ambientales más importantes para el ser humano, sin embargo, es una actividad que se está haciendo vieja al ser practicada en su mayoría por personas de edad media y adulta.

Es por ello el llamado a una concientización de la sociedad en general, a involucrarse para conocer cómo, dónde y cuándo se produce los alimentos que llegan a diario a nuestras mesas provenientes del campo. Es necesario revalorizar la actividad del agricultor, reconocer su esfuerzo, compromiso y sacrificio para producir la mayoría de los alimentos que utiliza el ser humano.

Debemos cambiar la percepción de que la agricultura es una práctica que se realiza principalmente en las zonas marginas, generando con ello una visión de menosprecio y de poco valor, que provoca que muchas personas quieran abandonar esa forma de vida principalmente los jóvenes, el agricultor debe ser visto como una forma de vida que genere un patrimonio, una identidad cultural, una tradición, un orgullo que va más allá de un valor económico, valores que además son muy necesarios en la sociedad actual.

Se estima que para el año 2,050 la población mundial alcanzará 9 mil millones, en contraste el número de personas que se dedican a la agricultura va en franca disminución, sobre todo en las generaciones jóvenes, lo cual pone en un riesgo latente que se garantice la producción de alimentos suficientes y condiciona la existencia del medio rural, toda vez que éste no puede existir sin la presencia de la actividad agrícola.

Según la ONU se define como campesino a toda aquella persona que se dedica de manera individual o grupal, a la producción agrícola o ganadera en pequeña escala, cuyo objetivo es la producción de alimentos y sus derivados, los cuales utiliza para subsistir principalmente, y los excedentes para comerciar, usa la mano de obra de su familia o de su hogar para realizar las labores propias, generando con ello un vínculo especial de dependencia o apego a la tierra.

El campesino es el hombre o la mujer que trabaja la tierra diariamente, con sus herramientas de labranza, con sus manos, con sus pies y con todo su cuerpo va acariciando la tierra, luego la fecunda con la semilla fértil y la cultiva con su esfuerzo, con el sudor que sale de su frente en cada jornada que realiza de sol a sol, la tierra en reciprocidad cada vez que es posible corresponde con el fruto abundante para saciar el apetito genuino del agricultor y su familia.

En nuestro país el 74% de la superficie agrícola se siembra en las condiciones de temporal, es decir sujetas a las condiciones climáticas que imperan entre los meses de junio a octubre, la producción de temporal es un sistema que depende del comportamiento de las lluvias (escasez o abundancia) durante el ciclo de producción y de la capacidad del suelo para captar el agua y conservar la humedad, lo que ocasiona por lo general una gran incertidumbre en la siembra, cultivo y cosecha de los alimentos.

Se puede decir que el trabajo del campesino se caracteriza por estar sujeto en gran medida a agentes externos; precipitaciones, granizo, heladas, plagas, semillas apropiadas y hasta de las condiciones del mercado, el campesino sigue trabajando la tierra a pesar de ser considerado en una de las categorías sociales más bajas de la escala social, su dinero no le alcanza, sus condiciones de vida son inestables, insuficientes y en algunos casos hasta inhumanas, sin embargo lo hace por tradición, costumbre, estilo de vida y pensamiento, cuestión que riñe con el mundo moderno caracterizado por el estrés, los problemas urbanos y la rutina.

Otro aspecto que está causando serias afectaciones en la agricultura de temporal es el cambio climático; el calentamiento global provoca una disminución en la humedad de la tierra, así como huracanes, sequias y una serie de cambios más que ocasionan perturbaciones en el aprovechamiento de la tierra y en la abundancia de alimentos.

El campesino es la base histórica de un pueblo, y su herencia productiva ha sido una de las figuras sociales más importantes en todas las civilizaciones y culturas, en la actualidad se considera que el 60% de los alimentos en el mundo son producidos por los campesinos. La agricultura ocupa un papel fundamental en la vida de un país, es considerada una de las actividades económicas, sociales y ambientales más importantes para el ser humano, sin embargo, es una actividad que se está haciendo vieja al ser practicada en su mayoría por personas de edad media y adulta.

Es por ello el llamado a una concientización de la sociedad en general, a involucrarse para conocer cómo, dónde y cuándo se produce los alimentos que llegan a diario a nuestras mesas provenientes del campo. Es necesario revalorizar la actividad del agricultor, reconocer su esfuerzo, compromiso y sacrificio para producir la mayoría de los alimentos que utiliza el ser humano.

Debemos cambiar la percepción de que la agricultura es una práctica que se realiza principalmente en las zonas marginas, generando con ello una visión de menosprecio y de poco valor, que provoca que muchas personas quieran abandonar esa forma de vida principalmente los jóvenes, el agricultor debe ser visto como una forma de vida que genere un patrimonio, una identidad cultural, una tradición, un orgullo que va más allá de un valor económico, valores que además son muy necesarios en la sociedad actual.