/ jueves 5 de septiembre de 2019

La gran brecha entre estar contento y ser feliz

Uno se contenta con lo que hay o con lo que le dan, pero la felicidad es un estado más complicado que exige el desarrollo de habilidades profundas y condiciones de vida dignas. Estos días he leído en múltiples lugares que “Parral está contento” y sí lo creo, la gente de Parral es tan noble que se contenta con las migas que va dejando ese candidato que tenemos por munícipe.

Alfredo es un personaje que ha invertido millones en publicidad. Hacer parecer y aparecer lo que no es y no existe. Por ejemplo, mediante el uso de redes y sus medios oficiales ha hecho creer que la remodelación de cien metros de calle es una gran obra o que pavimentar es un lujo. Mediante el uso de millones en publicidad ha hecho creer que ha invertido en infraestructura hidráulica para mejorar la calidad y cantidad de agua a los vecinos de Parral, pero no ha sucedido.

El presidente municipal de Parral ha mencionado muchas veces que antes se robaban el dinero y ahora no, pero dígame usted amigo lector si favorecer a tus propias empresas no es robar del erario público. Dígame usted amigo lector si permitir el nepotismo al interior de su administración no es robar.

Me queda claro que Parral puede estar contento, más sin embargo nos alejamos cada vez más de la felicidad, pues mientras Alfredo tiene un pie fuera e intenta salir corriendo a otra posición, las obras importantes de las que se dejó franco avance hoy están estacionadas, el agua es un problema serio que no es prioridad para nadie, tenemos un nuevo basurero municipal, pues el excelente relleno sanitario que teníamos ha desaparecido entre la mugre.

Sí, parral está contento o probablemente Alfredo es el que está contento porque son grandes las cantidades de dinero que sigue percibiendo por la recolección de basura, pavimento y luminarias, Alfredo está muy contento porque hace campaña política en su sueño de ser funcionario de por vida con el recurso de los parralenses.

No veo la vivienda para policías que prometió, no veo las remodelaciones a las fachadas de la vialidad del rio, no veo andes obras, sino veo obras enanas sobre mediatizadas. Veo millones de pesos en publicidad y veo un derroche de imagen.

Puede ser que parral esté contento, pero la gente no está feliz, el empleo en parral no ha encontrado un impulso con Lozoya, Lozoya ha encontrado un impulso con Lozoya, la gente no es feliz porque no existe una verdadera atención a los problemas de salud mental, Parral no puede estar feliz porque las sesiones de cabildo en sus múltiples variedades no tienen ningún seguimiento, he escuchado el clamor apasionado de niños, adultos mayores, personas con discapacidad y jóvenes, pero no he visto solución a sus solicitudes, solo faramalla y muchas notas en el medio digital oficial.

Yo preferiría un lugar donde la gente fuera feliz, que un lugar donde la gente se contente, preferiría la verdadera y profunda atención a los problemas que tanta publicidad, Parral exige resultados no publicidad.

Uno se contenta con lo que hay o con lo que le dan, pero la felicidad es un estado más complicado que exige el desarrollo de habilidades profundas y condiciones de vida dignas. Estos días he leído en múltiples lugares que “Parral está contento” y sí lo creo, la gente de Parral es tan noble que se contenta con las migas que va dejando ese candidato que tenemos por munícipe.

Alfredo es un personaje que ha invertido millones en publicidad. Hacer parecer y aparecer lo que no es y no existe. Por ejemplo, mediante el uso de redes y sus medios oficiales ha hecho creer que la remodelación de cien metros de calle es una gran obra o que pavimentar es un lujo. Mediante el uso de millones en publicidad ha hecho creer que ha invertido en infraestructura hidráulica para mejorar la calidad y cantidad de agua a los vecinos de Parral, pero no ha sucedido.

El presidente municipal de Parral ha mencionado muchas veces que antes se robaban el dinero y ahora no, pero dígame usted amigo lector si favorecer a tus propias empresas no es robar del erario público. Dígame usted amigo lector si permitir el nepotismo al interior de su administración no es robar.

Me queda claro que Parral puede estar contento, más sin embargo nos alejamos cada vez más de la felicidad, pues mientras Alfredo tiene un pie fuera e intenta salir corriendo a otra posición, las obras importantes de las que se dejó franco avance hoy están estacionadas, el agua es un problema serio que no es prioridad para nadie, tenemos un nuevo basurero municipal, pues el excelente relleno sanitario que teníamos ha desaparecido entre la mugre.

Sí, parral está contento o probablemente Alfredo es el que está contento porque son grandes las cantidades de dinero que sigue percibiendo por la recolección de basura, pavimento y luminarias, Alfredo está muy contento porque hace campaña política en su sueño de ser funcionario de por vida con el recurso de los parralenses.

No veo la vivienda para policías que prometió, no veo las remodelaciones a las fachadas de la vialidad del rio, no veo andes obras, sino veo obras enanas sobre mediatizadas. Veo millones de pesos en publicidad y veo un derroche de imagen.

Puede ser que parral esté contento, pero la gente no está feliz, el empleo en parral no ha encontrado un impulso con Lozoya, Lozoya ha encontrado un impulso con Lozoya, la gente no es feliz porque no existe una verdadera atención a los problemas de salud mental, Parral no puede estar feliz porque las sesiones de cabildo en sus múltiples variedades no tienen ningún seguimiento, he escuchado el clamor apasionado de niños, adultos mayores, personas con discapacidad y jóvenes, pero no he visto solución a sus solicitudes, solo faramalla y muchas notas en el medio digital oficial.

Yo preferiría un lugar donde la gente fuera feliz, que un lugar donde la gente se contente, preferiría la verdadera y profunda atención a los problemas que tanta publicidad, Parral exige resultados no publicidad.