/ jueves 22 de agosto de 2019

La era de la información y las brújulas descompuestas

A partir de las herramientas digitales y la consolidación del internet, la información ha fluido de una manera como nunca lo hizo en el pasado.

En la antigüedad los textos circulaban con una lentitud exagerada, eran los mercantes los que en ocasiones trasladaban pergaminos como tesoros invaluables. Durante el medioevo los escribas cristianos jugaron un papel importante en la reproducción y circulación de información, mas sin embargo la información era seleccionada con una finalidad clara y con requisitos exageradamente escrupulosos.

El advenimiento de la imprenta logró circular y reproducir que mayor precisión la información, también logró evadir los controles impuestos por el clero. Los libros comenzaron a llevar nuevas a ideas todos los rincones del mundo una época de ilustración se hacía presente.

En nuestros tiempos las barreras de tiempo y espacio se rompieron gracias a la world wide web. En cuestión de segundos una persona puede comunicarse con alguien al otro extremo del mundo y de igual manera las ideas ya disponibles son impresionantes.

Tanta información dispuesta para nosotros, pero resulta extraño que como nunca nos mostramos más desconcertados.

El hombre de la antigüedad, la época medieval o la ilustración tenían mayor claridad de a dónde iban y como es que irían ahí.

Hoy sabemos tantas cosas que sencillamente hemos dejado de entenderlas y sobre todo hemos perdido la capacidad de distinguir entre la información útil y la inútil. Nos hemos sumido a una nueva época oscurantista, donde todo está cerca pero tan lejos.

De igual forma hemos perdido la estructura del conocimiento y con facilidad mezclamos temas personales con posturas o visiones científicas o filosóficas, y los catalogamos al mismo nivel.

Hoy es de suma relevancia trabajar en el discernimiento de la información pues la confusión que se encuentra presente en la sociedad genera una gran cantidad de problemas humanos, como la separación de las parejas, el uso desmedido de sustancias, el suicidio y la pereza.

Tenemos hoy la oportunidad de ser una sociedad global con un potencial impresionante para resolver problemas, pero lo hemos cambiado por una sociedad global que genera problemas innecesarios como los conflictos entre géneros que hemos visto en televisión y redes, antes que el abordaje técnico y resolutivo.

Para conseguir la eficiencia de la información solo hace falta preparar en herramientas mentales como la lógica y la epistemología y con ello re componer las brújulas que están descompuestas. Además la recuperación de los valores históricos no sólo en el discurso, sino también en nuestra actividad diaria.


A partir de las herramientas digitales y la consolidación del internet, la información ha fluido de una manera como nunca lo hizo en el pasado.

En la antigüedad los textos circulaban con una lentitud exagerada, eran los mercantes los que en ocasiones trasladaban pergaminos como tesoros invaluables. Durante el medioevo los escribas cristianos jugaron un papel importante en la reproducción y circulación de información, mas sin embargo la información era seleccionada con una finalidad clara y con requisitos exageradamente escrupulosos.

El advenimiento de la imprenta logró circular y reproducir que mayor precisión la información, también logró evadir los controles impuestos por el clero. Los libros comenzaron a llevar nuevas a ideas todos los rincones del mundo una época de ilustración se hacía presente.

En nuestros tiempos las barreras de tiempo y espacio se rompieron gracias a la world wide web. En cuestión de segundos una persona puede comunicarse con alguien al otro extremo del mundo y de igual manera las ideas ya disponibles son impresionantes.

Tanta información dispuesta para nosotros, pero resulta extraño que como nunca nos mostramos más desconcertados.

El hombre de la antigüedad, la época medieval o la ilustración tenían mayor claridad de a dónde iban y como es que irían ahí.

Hoy sabemos tantas cosas que sencillamente hemos dejado de entenderlas y sobre todo hemos perdido la capacidad de distinguir entre la información útil y la inútil. Nos hemos sumido a una nueva época oscurantista, donde todo está cerca pero tan lejos.

De igual forma hemos perdido la estructura del conocimiento y con facilidad mezclamos temas personales con posturas o visiones científicas o filosóficas, y los catalogamos al mismo nivel.

Hoy es de suma relevancia trabajar en el discernimiento de la información pues la confusión que se encuentra presente en la sociedad genera una gran cantidad de problemas humanos, como la separación de las parejas, el uso desmedido de sustancias, el suicidio y la pereza.

Tenemos hoy la oportunidad de ser una sociedad global con un potencial impresionante para resolver problemas, pero lo hemos cambiado por una sociedad global que genera problemas innecesarios como los conflictos entre géneros que hemos visto en televisión y redes, antes que el abordaje técnico y resolutivo.

Para conseguir la eficiencia de la información solo hace falta preparar en herramientas mentales como la lógica y la epistemología y con ello re componer las brújulas que están descompuestas. Además la recuperación de los valores históricos no sólo en el discurso, sino también en nuestra actividad diaria.