/ martes 4 de agosto de 2020

La Educación Virtual en la Universidad Autónoma de Chihuahua

La educación virtual ya tenía años incorporándose a las estrategias educativas de muchas personas e instituciones, sin embargo este año debido a la pandemia la educación virtual se extendió a todos los niveles educativos. De manera inesperada, urgente y en ocasiones sin la preparación ni las herramientas necesarias, maestros y alumnos están adaptándose para hacer su mejor esfuerzo para aprender y enseñar desde una computadora. Cuando cabe la posibilidad de que tanto maestros como alumnos no conozcan plataformas para la educación virtual o ni siquiera cuenten con una computadora. Los teléfonos inteligentes han sido de gran apoyo durante esta contingencia y algunos maestros con mucha creatividad y esfuerzo han sacado adelante su trabajo.

Es interesante hacer un análisis en retrospectiva de la práctica docente, más sin embargo resulta complicado al tratar de ser imparcial y objetivos, aun en clases presenciales en términos generales están los pocos alumnos que sobresalen, la mayoría que son regulares y otros con necesidades educativas especiales.

Tanto en ambientes virtuales como presenciales el aprendizaje es afectivo cuando se realiza compartiéndolo con otros, y se define como un grupo social que construye su aprendizaje unos con otros, creando en colaboración una cultura de compartir contenidos y significados. Se busca el estudiante analice, investigue, colabore, comparta, construya y genere en base a lo que ya sabe y en ambos modelos es posible.

Considero que aun con nuevas herramientas para el manejo de los cursos virtuales, el maestro o maestra es la clave para la operación de los ambientes virtuales de aprendizaje, por lo que gobiernos e instituciones educativas deben apoyar a los maestros para que al menos cuenten con computadoras en buen estado, internet, y los recursos necesarios para que sea menos complejo y laborioso su trabajo y puedan brindar el seguimiento y participación de los estudiantes.

Plataformas como Moodle que utiliza la Universidad Autónoma de Chihuahua permite sistematizar, como el seguimiento de registros, actividades y estadísticas. Si buscáramos comparar esto con el esquema tradicional, lo más parecido equivaldría contar como docente con un asistente que estuviera organizado todos los trabajos, registrara las participaciones y tareas, elaborara reportes, entre otras, además requerirías que tuviera la posibilidad de trabajar las 24 horas los 7 días de la semana.

Más que soportar Moodle la educación virtual de la Universidad, la pregunta sería hasta qué punto la Universidad estaría abierta a mejorar una gran cantidad de sus procesos formativos, ya que de manera natural esto genera un salto cualitativo en sus programas educativos, ya que creo que tanto a maestros como alumnos fácilmente se adaptarán a estas plataformas por las facilidades que su uso generan.

Estoy convencido que, en un principio como en todo, adaptarnos a plataformas innovadora de enseñanza, requerirá un esfuerzo extraordinario para dominar cada herramienta disponible, para lograr movernos como peces en el agua. Pero el premio al riesgo es muy alto, así que valen la pena las horas invertidas a sacarle el jugo a esta nueva modalidad educativa, en beneficio de los alumnos, de la universidad, de la sociedad y de nosotros mismos.

Lograr que un estudiante evidencie un buen desempeño en la modalidad virtual, implica ciertas características básicas, como lo son el uso de sistemas informáticos básicos, una visión más clara de sus necesidades de aprendizaje, auto motivación, mayor conciencia en el desarrollo de habilidades que mejoren su competitividad como profesional, entre otras.

Por otra parte, es indispensable identificar el valor agregado del docente en los procesos de enseñanza aprendizaje, en términos de lo que Zabalsa (2003) menciona como los profesores seguimos transmitiendo información, pero lo que los alumnos necesitan son CRITERIOS para saber integrarla en estructuras conceptuales que les sean útiles en su proceso de aprendizaje, necesitan decodificadores para interpretarla, entenderla y poder construir su propio conocimiento.

La pandemia del Covid-19 ha permitido que instituciones educativas como la Universidad Autónoma de Chihuahua sean más flexibles y que la burocracia no obstaculice a las nuevas tecnologías y metodologías de enseñanza virtual que tienen ya varios años encubándose pero es hasta ahora que ha tenido que abrirse y brindar más apoyo a la educación virtual.


La educación virtual ya tenía años incorporándose a las estrategias educativas de muchas personas e instituciones, sin embargo este año debido a la pandemia la educación virtual se extendió a todos los niveles educativos. De manera inesperada, urgente y en ocasiones sin la preparación ni las herramientas necesarias, maestros y alumnos están adaptándose para hacer su mejor esfuerzo para aprender y enseñar desde una computadora. Cuando cabe la posibilidad de que tanto maestros como alumnos no conozcan plataformas para la educación virtual o ni siquiera cuenten con una computadora. Los teléfonos inteligentes han sido de gran apoyo durante esta contingencia y algunos maestros con mucha creatividad y esfuerzo han sacado adelante su trabajo.

Es interesante hacer un análisis en retrospectiva de la práctica docente, más sin embargo resulta complicado al tratar de ser imparcial y objetivos, aun en clases presenciales en términos generales están los pocos alumnos que sobresalen, la mayoría que son regulares y otros con necesidades educativas especiales.

Tanto en ambientes virtuales como presenciales el aprendizaje es afectivo cuando se realiza compartiéndolo con otros, y se define como un grupo social que construye su aprendizaje unos con otros, creando en colaboración una cultura de compartir contenidos y significados. Se busca el estudiante analice, investigue, colabore, comparta, construya y genere en base a lo que ya sabe y en ambos modelos es posible.

Considero que aun con nuevas herramientas para el manejo de los cursos virtuales, el maestro o maestra es la clave para la operación de los ambientes virtuales de aprendizaje, por lo que gobiernos e instituciones educativas deben apoyar a los maestros para que al menos cuenten con computadoras en buen estado, internet, y los recursos necesarios para que sea menos complejo y laborioso su trabajo y puedan brindar el seguimiento y participación de los estudiantes.

Plataformas como Moodle que utiliza la Universidad Autónoma de Chihuahua permite sistematizar, como el seguimiento de registros, actividades y estadísticas. Si buscáramos comparar esto con el esquema tradicional, lo más parecido equivaldría contar como docente con un asistente que estuviera organizado todos los trabajos, registrara las participaciones y tareas, elaborara reportes, entre otras, además requerirías que tuviera la posibilidad de trabajar las 24 horas los 7 días de la semana.

Más que soportar Moodle la educación virtual de la Universidad, la pregunta sería hasta qué punto la Universidad estaría abierta a mejorar una gran cantidad de sus procesos formativos, ya que de manera natural esto genera un salto cualitativo en sus programas educativos, ya que creo que tanto a maestros como alumnos fácilmente se adaptarán a estas plataformas por las facilidades que su uso generan.

Estoy convencido que, en un principio como en todo, adaptarnos a plataformas innovadora de enseñanza, requerirá un esfuerzo extraordinario para dominar cada herramienta disponible, para lograr movernos como peces en el agua. Pero el premio al riesgo es muy alto, así que valen la pena las horas invertidas a sacarle el jugo a esta nueva modalidad educativa, en beneficio de los alumnos, de la universidad, de la sociedad y de nosotros mismos.

Lograr que un estudiante evidencie un buen desempeño en la modalidad virtual, implica ciertas características básicas, como lo son el uso de sistemas informáticos básicos, una visión más clara de sus necesidades de aprendizaje, auto motivación, mayor conciencia en el desarrollo de habilidades que mejoren su competitividad como profesional, entre otras.

Por otra parte, es indispensable identificar el valor agregado del docente en los procesos de enseñanza aprendizaje, en términos de lo que Zabalsa (2003) menciona como los profesores seguimos transmitiendo información, pero lo que los alumnos necesitan son CRITERIOS para saber integrarla en estructuras conceptuales que les sean útiles en su proceso de aprendizaje, necesitan decodificadores para interpretarla, entenderla y poder construir su propio conocimiento.

La pandemia del Covid-19 ha permitido que instituciones educativas como la Universidad Autónoma de Chihuahua sean más flexibles y que la burocracia no obstaculice a las nuevas tecnologías y metodologías de enseñanza virtual que tienen ya varios años encubándose pero es hasta ahora que ha tenido que abrirse y brindar más apoyo a la educación virtual.


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